¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que la exDefensora de los Habitantes, Ofelia Taitelbaum, ahora tendrá la oportunidad de cumplir el resto de su condena en su propia casa. Después de tanto rollo en el Centro Penitenciario para Mujeres Vilma Curling, la jueza Carla Bonilla Ballestero decidió darle casa por cárcel con monitoreo electrónico. Se supone que ya le van a poner el aparatito en las próximas 24 horas, así que prepárense para verla por ahí, aunque limitada por el GPS.
Todo esto viene por una solicitud de su defensa, argumentando que la señora Taitelbaum está pasando muy mal con problemas de salud. Según documentos presentados, doña Ofelia dice que le duele muchísimo y que no aguanta más la situación en la cárcel. En un audio transcrito, lamentablemente, expresa que se está “muriendo” allí, tomándose aspirinas para aliviar el dolor. Bueno, mándale flores, porque la vida en la cárcel no precisamente es conocida por sus spas y masajes relajantes.
La jueza, después de evaluar toda la información, llegó a la conclusión de que era lo mejor para la salud de Taitelbaum. La oficina de prensa de la Corte nos explicó que la decisión se basa en unos padecimientos médicos que requiere atención especial. Dijeron algo así como que en el CAI no tienen las facilidades necesarias para atender a una persona de la edad y condición de la exdefensora. A ver si ahora, en su propia casa, le pueden ofrecer un poco más de comodidad y cuidado médico adecuado. Ojalá le tengan un buen doctor cerca.
Para refrescarles la memoria, recordemos que Taitelbaum lleva siete años y medio de sentencia por 29 delitos de uso de documento falso. Ingresó al correccional en octubre del 2024 después de que la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia ratificara la condena y se negara a aceptar un recurso de casación. Un caso bien movido, lleno de controversia y acusaciones cruzadas, que además nos sacudió a todos los ticos cuando salió a la luz el escándalo de la costurera.
Y hablando de ese escándalo, vamos a recordar cómo empezó todo este brete. Todo comenzó cuando María de los Ángeles Otárola, una costurera, denunció que le estaban atribuyendo ingresos falsos y exorbitantes a nombre suyo, vinculados a empresas ligadas a Taitelbaum. Se descubrió que tenía cuentas bancarias a su nombre con sumas mayores a los treinta millones de colones por supuestos servicios que jamás prestó. ¡Imagínate el papelón! Y para rematar, apareció una grabación donde se escucha a doña Ofelia pidiéndole a Otárola que se retractara de la denuncia. ¡Qué barbaridad!
Este caso ha generado mucha polémica y opiniones encontradas en Costa Rica. Algunos creen que Taitelbaum merece compasión por su estado de salud y que la casa por cárcel es una medida justa. Otros, sin embargo, consideran que es un privilegio injustificado, especialmente teniendo en cuenta la gravedad de sus delitos. Además, muchos se preguntan si esta decisión sienta un precedente peligroso para otros casos similares. Como siempre, la justicia parece tener su propia lógica, a veces difícil de entender para nosotros los mortales.
Ahora, con esta nueva situación, la exfuncionaria deberá cumplir con las condiciones impuestas por el juez, que incluyen el monitoreo electrónico constante. El Ministerio de Justicia y Paz definirá dónde exactamente tendrá que estar ubicada y qué tipo de programa de atención técnica recibirá. O sea, que no será simplemente quedarse tirada en la cama viendo telenovelas, sino que tendrá que seguir cumpliendo con ciertas obligaciones y asistencias médicas. Esperemos que todo salga bien y que respete las reglas del juego, porque sino, ¡puede que le toque volver al CAI!
Bueno, pues, ¿qué opinan ustedes, compañeros del Foro? Con tanta novedad y considerando la situación particular de Taitelbaum, ¿creen que la decisión de la jueza es justa o debería haber permanecido cumpliendo su condena en la cárcel? ¡Déjenme sus comentarios y veamos qué sale de este debate!
Todo esto viene por una solicitud de su defensa, argumentando que la señora Taitelbaum está pasando muy mal con problemas de salud. Según documentos presentados, doña Ofelia dice que le duele muchísimo y que no aguanta más la situación en la cárcel. En un audio transcrito, lamentablemente, expresa que se está “muriendo” allí, tomándose aspirinas para aliviar el dolor. Bueno, mándale flores, porque la vida en la cárcel no precisamente es conocida por sus spas y masajes relajantes.
La jueza, después de evaluar toda la información, llegó a la conclusión de que era lo mejor para la salud de Taitelbaum. La oficina de prensa de la Corte nos explicó que la decisión se basa en unos padecimientos médicos que requiere atención especial. Dijeron algo así como que en el CAI no tienen las facilidades necesarias para atender a una persona de la edad y condición de la exdefensora. A ver si ahora, en su propia casa, le pueden ofrecer un poco más de comodidad y cuidado médico adecuado. Ojalá le tengan un buen doctor cerca.
Para refrescarles la memoria, recordemos que Taitelbaum lleva siete años y medio de sentencia por 29 delitos de uso de documento falso. Ingresó al correccional en octubre del 2024 después de que la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia ratificara la condena y se negara a aceptar un recurso de casación. Un caso bien movido, lleno de controversia y acusaciones cruzadas, que además nos sacudió a todos los ticos cuando salió a la luz el escándalo de la costurera.
Y hablando de ese escándalo, vamos a recordar cómo empezó todo este brete. Todo comenzó cuando María de los Ángeles Otárola, una costurera, denunció que le estaban atribuyendo ingresos falsos y exorbitantes a nombre suyo, vinculados a empresas ligadas a Taitelbaum. Se descubrió que tenía cuentas bancarias a su nombre con sumas mayores a los treinta millones de colones por supuestos servicios que jamás prestó. ¡Imagínate el papelón! Y para rematar, apareció una grabación donde se escucha a doña Ofelia pidiéndole a Otárola que se retractara de la denuncia. ¡Qué barbaridad!
Este caso ha generado mucha polémica y opiniones encontradas en Costa Rica. Algunos creen que Taitelbaum merece compasión por su estado de salud y que la casa por cárcel es una medida justa. Otros, sin embargo, consideran que es un privilegio injustificado, especialmente teniendo en cuenta la gravedad de sus delitos. Además, muchos se preguntan si esta decisión sienta un precedente peligroso para otros casos similares. Como siempre, la justicia parece tener su propia lógica, a veces difícil de entender para nosotros los mortales.
Ahora, con esta nueva situación, la exfuncionaria deberá cumplir con las condiciones impuestas por el juez, que incluyen el monitoreo electrónico constante. El Ministerio de Justicia y Paz definirá dónde exactamente tendrá que estar ubicada y qué tipo de programa de atención técnica recibirá. O sea, que no será simplemente quedarse tirada en la cama viendo telenovelas, sino que tendrá que seguir cumpliendo con ciertas obligaciones y asistencias médicas. Esperemos que todo salga bien y que respete las reglas del juego, porque sino, ¡puede que le toque volver al CAI!
Bueno, pues, ¿qué opinan ustedes, compañeros del Foro? Con tanta novedad y considerando la situación particular de Taitelbaum, ¿creen que la decisión de la jueza es justa o debería haber permanecido cumpliendo su condena en la cárcel? ¡Déjenme sus comentarios y veamos qué sale de este debate!
