¡Ay, Dios mío, qué bronca! El caso de Randall Zúñiga se puso todavía más chinche esta mañana. Justo cuando todos estábamos pensando que ya estaba pa’ atrás, la Fiscalía metiendo mano en su casita y en la oficina del OIJ, aparece la noticia bomba: una de las mujeres que lo tenía en problemas decide echar para atrás la denuncia. Esto sí que es novela, fiu!
Como les recordaremos, el director del OIJ, Randall Zúñiga, lleva varios meses lidiando con estas acusaciones de cosas bien feas. Desde el principio, él juraba y perjuraba que todo era un invento del gobierno de Chaves, una venganza por sus investigaciones. Pero ahí estaban las denuncias, pesándole como una carga, y ahora, sumando a eso los allanamientos y el escandalo general, parecía que las paredes se le cerraban. El mae andaba aprietado, dígale.
Esta mañana, los oficiales judiciales llegaron temprano a su casa en La Uruca y a la sede del OIJ en San José. La Fiscalía Adjunta de Género, con ganas de aclarar toda la vaina, estaba buscando documentos y pistas digitales que pudieran confirmar o negar las acusaciones. Se rumora que estaban revisando a fondo correos electrónicos, mensajes de WhatsApp, ¡todo! Buscando alguna incoherencia que les ayudara a resolver este brete.
Pero la jugada maestra vino con la noticia del retiro de la denuncia. Resulta que una de las señoras, precisamente la que decía que los hechos ocurrieron en Corredores de Puntarenas, cambió de parecer y se echó para atrás. Según fuentes cercanas, no sabemos exactamente qué pasó, pero dicen que pudo haber recibido alguna oferta o simplemente no quiso seguir involucrada en el proceso judicial. ¡Esto cambió el panorama, brígido!
Ahora, aunque una de las acusaciones se haya ido al traste, las otras dos siguen en pie. Así que Zúñiga no puede respirar tranquilo. Pese a lo que diga, el proceso legal sigue abierto y la Fiscalía no va a aflojar. Todavía hay mucho por investigar y muchos cabos sueltos que atar. Vamos a ver cómo le hacen a limpiar su nombre, porque anda con la soga al cuello, imagínate.
Y hablando de limpiar nombres, Zúñiga insiste en que todo esto es un complot orquestado por el gobierno. Dice que Chaves quiere vengarse de él por las investigaciones que el OIJ ha estado haciendo sobre posibles actos de corrupción dentro del Poder Ejecutivo. Claro, siempre hay que buscar un chivo expiatorio, ¿verdad? Eso sí que es una lata, porque te meten en medio de política pura.
En fin, el caso Zúñiga sigue dando de qué hablar. Con este nuevo giro, la cosa se pone aún más interesante y complicada. Ya nadie sabe qué esperar. La Fiscalía promete mantenernos informados, pero nosotros seguiremos atentos a cualquier detalle que surja. Este brete está lejos de terminar, mángue, y seguramente nos dará para rato.
Con todo este revuelo, me pregunto: ¿Creen ustedes que el retiro de la denuncia es un indicio de que realmente Zúñiga es inocente, o es solo otra estrategia para intentar salir impune de esta situación? ¿Será que el gobierno de Chaves está detrás de todo esto, como dice él, o hay otros intereses en juego?
	
		
			
		
		
	
				
			Como les recordaremos, el director del OIJ, Randall Zúñiga, lleva varios meses lidiando con estas acusaciones de cosas bien feas. Desde el principio, él juraba y perjuraba que todo era un invento del gobierno de Chaves, una venganza por sus investigaciones. Pero ahí estaban las denuncias, pesándole como una carga, y ahora, sumando a eso los allanamientos y el escandalo general, parecía que las paredes se le cerraban. El mae andaba aprietado, dígale.
Esta mañana, los oficiales judiciales llegaron temprano a su casa en La Uruca y a la sede del OIJ en San José. La Fiscalía Adjunta de Género, con ganas de aclarar toda la vaina, estaba buscando documentos y pistas digitales que pudieran confirmar o negar las acusaciones. Se rumora que estaban revisando a fondo correos electrónicos, mensajes de WhatsApp, ¡todo! Buscando alguna incoherencia que les ayudara a resolver este brete.
Pero la jugada maestra vino con la noticia del retiro de la denuncia. Resulta que una de las señoras, precisamente la que decía que los hechos ocurrieron en Corredores de Puntarenas, cambió de parecer y se echó para atrás. Según fuentes cercanas, no sabemos exactamente qué pasó, pero dicen que pudo haber recibido alguna oferta o simplemente no quiso seguir involucrada en el proceso judicial. ¡Esto cambió el panorama, brígido!
Ahora, aunque una de las acusaciones se haya ido al traste, las otras dos siguen en pie. Así que Zúñiga no puede respirar tranquilo. Pese a lo que diga, el proceso legal sigue abierto y la Fiscalía no va a aflojar. Todavía hay mucho por investigar y muchos cabos sueltos que atar. Vamos a ver cómo le hacen a limpiar su nombre, porque anda con la soga al cuello, imagínate.
Y hablando de limpiar nombres, Zúñiga insiste en que todo esto es un complot orquestado por el gobierno. Dice que Chaves quiere vengarse de él por las investigaciones que el OIJ ha estado haciendo sobre posibles actos de corrupción dentro del Poder Ejecutivo. Claro, siempre hay que buscar un chivo expiatorio, ¿verdad? Eso sí que es una lata, porque te meten en medio de política pura.
En fin, el caso Zúñiga sigue dando de qué hablar. Con este nuevo giro, la cosa se pone aún más interesante y complicada. Ya nadie sabe qué esperar. La Fiscalía promete mantenernos informados, pero nosotros seguiremos atentos a cualquier detalle que surja. Este brete está lejos de terminar, mángue, y seguramente nos dará para rato.
Con todo este revuelo, me pregunto: ¿Creen ustedes que el retiro de la denuncia es un indicio de que realmente Zúñiga es inocente, o es solo otra estrategia para intentar salir impune de esta situación? ¿Será que el gobierno de Chaves está detrás de todo esto, como dice él, o hay otros intereses en juego?
 
	 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		