¡Ay, Dios mío! Resulta que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), nuestra querida Caja, anda metida en un brete monumental. Marta Acosta, la contralora, soltó la bomba: ¡más de mil trescientas cuarenta millones de colones se han ido volando en pagar personal extra porque el nuevo sistema ERP-SAP está más loco que un hurón!
Todo empezó hace unos siete meses, cuando implementaron este SAP, prometiéndonos maravillas. Pero parece que el sistema llegó prematuro, medio crudo, y ahora estamos pagando las consecuencias. Lo peor es que no solo afecta los bolsillos de todos los costarricenses, sino que también está complicando los pagos a proveedores; ¡qué torta!
Según la propia contralora, la CCSS tarda alrededor de 57 días en hacer los pagos. ¡57 días! Imagínate a los proveedores esperando tanto tiempo, acumulando intereses y multas... Unos atracos, diay. Además, nos enteramos que tuvieron que recurrir a métodos manuales para intentar solucionar esto, como si estuviéramos en la época de Gutenberg, cuando ya deberíamos tener todo automatizado.
Pero eso no es todo. Antes del SAP, las farmacias tenían mucho más control sobre los medicamentos. Recibían los fármacos, los registraban en sus propios sistemas y luego los entregaban. Así podían rastrear todo: cuántos medicamentos llegaban, cuántos se usaban, quién los recibía. Era un sistema sencillo y efectivo.
Ahora, con el SAP, las cosas se han complicado muchísimo. Las farmacias tienen problemas para ver qué hay realmente en existencia y para saber cuántos medicamentos están entregando. Parece que las interfaces entre los diferentes sistemas siguen dando guerra. ¡Y lo peor es que algunas recetas ni siquiera se están registrando correctamente! No me digas…
Esta falta de control no solo es un problema administrativo, también afecta las finanzas de la Caja. Si no saben exactamente qué tienen en inventario, cómo esperan llevar las cuentas claras y tomar decisiones correctas? Esto pone en peligro toda la estabilidad económica de la institución; una verdadera patada en el trasero.
Y hablando de estabilidad, no podemos olvidar que estas fallas impactan directamente en nosotros, los usuarios. ¿Cómo vamos a confiar en que la Caja tiene los medicamentos que necesitamos si no sabe ni dónde están guardados? Esta es una cuestión seria que requiere atención inmediata y soluciones efectivas. Aparte, ¿cuánto más dinero vamos a gastar en arreglar estos berredos?
En fin, parece que la implementación del SAP ha sido un fiasco mayúsculo, costándonos a todos una fortuna. Y la pregunta que surge es ésta: ¿Quién será responsable de asumir la responsabilidad por esta debacle y cómo podemos asegurarnos de que nunca más vuelva a suceder algo así? Compartan sus opiniones, máes. ¿Creen que la solución es cambiar el sistema completo o simplemente ajustar algunas piezas?
Todo empezó hace unos siete meses, cuando implementaron este SAP, prometiéndonos maravillas. Pero parece que el sistema llegó prematuro, medio crudo, y ahora estamos pagando las consecuencias. Lo peor es que no solo afecta los bolsillos de todos los costarricenses, sino que también está complicando los pagos a proveedores; ¡qué torta!
Según la propia contralora, la CCSS tarda alrededor de 57 días en hacer los pagos. ¡57 días! Imagínate a los proveedores esperando tanto tiempo, acumulando intereses y multas... Unos atracos, diay. Además, nos enteramos que tuvieron que recurrir a métodos manuales para intentar solucionar esto, como si estuviéramos en la época de Gutenberg, cuando ya deberíamos tener todo automatizado.
Pero eso no es todo. Antes del SAP, las farmacias tenían mucho más control sobre los medicamentos. Recibían los fármacos, los registraban en sus propios sistemas y luego los entregaban. Así podían rastrear todo: cuántos medicamentos llegaban, cuántos se usaban, quién los recibía. Era un sistema sencillo y efectivo.
Ahora, con el SAP, las cosas se han complicado muchísimo. Las farmacias tienen problemas para ver qué hay realmente en existencia y para saber cuántos medicamentos están entregando. Parece que las interfaces entre los diferentes sistemas siguen dando guerra. ¡Y lo peor es que algunas recetas ni siquiera se están registrando correctamente! No me digas…
Esta falta de control no solo es un problema administrativo, también afecta las finanzas de la Caja. Si no saben exactamente qué tienen en inventario, cómo esperan llevar las cuentas claras y tomar decisiones correctas? Esto pone en peligro toda la estabilidad económica de la institución; una verdadera patada en el trasero.
Y hablando de estabilidad, no podemos olvidar que estas fallas impactan directamente en nosotros, los usuarios. ¿Cómo vamos a confiar en que la Caja tiene los medicamentos que necesitamos si no sabe ni dónde están guardados? Esta es una cuestión seria que requiere atención inmediata y soluciones efectivas. Aparte, ¿cuánto más dinero vamos a gastar en arreglar estos berredos?
En fin, parece que la implementación del SAP ha sido un fiasco mayúsculo, costándonos a todos una fortuna. Y la pregunta que surge es ésta: ¿Quién será responsable de asumir la responsabilidad por esta debacle y cómo podemos asegurarnos de que nunca más vuelva a suceder algo así? Compartan sus opiniones, máes. ¿Creen que la solución es cambiar el sistema completo o simplemente ajustar algunas piezas?