¡Ay, Dios mío! Qué atracón de decisiones estamos viviendo en este país. Resulta que el Presidente Rodrigo Chaves, fiel a su estilo de ir tirando, derogó la norma técnica del aborto que había sido aprobada en tiempos de Carlos Alvarado. Sí, así como lo leen, ¡le dio puerta a un documento que daba cierta seguridad jurídica a las mujeres!
Para ponerlos al día, esta norma técnica, firmada allá por diciembre de 2019 por Alvarado y el ministro de Salud de la época, Daniel Salas, era el Decreto Ejecutivo 42113. Básicamente, establecía protocolos claros para cuando una mujer estuviera en peligro de muerte o sufrir daños graves en su salud y necesitaba interrumpir su embarazo. Era una especie de salvavidas, díganlo como quieran.
Pero resulta que Chaves, quien prometió hace meses –de esos que uno olvida rápido– a la Alianza Evangélica que iba a meterle mano a esta norma, cumplió su palabra. El anuncio lo hizo este miércoles en su acostumbrada conferencia de prensa, acompañado de la viceministra de Salud, Mariela Marín. Dijeron que quieren un nuevo documento, uno que supuestamente proteja más a los “no nacidos”. ¡Pa’ qué tantos rodeos!
El Presidente, con toda la calma del mundo –o quizás demasiado– justificó su decisión diciendo que la norma anterior tenía “huecos por donde podían pasar camiones de 18 ruedas”. Bueno, don Rodri, con esas metáforas le da pa' novela. Lo que sí quedó claro es que, según él, el único motivo válido para abortar es “proteger la vida de la madre cuando hay solo dos opciones: la vida de la madre o del feto.” ¡Un chiste, vamos!
Mariela Marín, por su parte, enfatizó que la nueva norma busca proteger la vida del bebé y, al mismo tiempo, garantizar la salud de la madre en situaciones de riesgo. Dicen que van a “tomar todas aquellas medidas necesarias”, pero todavía nadie sabe qué significa eso en la práctica. Promesas, promesas… siempre lo mismo con estos políticos. ¡Una pena!
Lo curioso, y vaya que lo está, es que este movimiento se da quince días después de que arrancó oficialmente la campaña electoral. ¿Coincidencia? No lo creo, amigos míos. Sabemos cómo funciona esto: le dan al electorado lo que creen que quiere para sumar votos. Y en este caso, parece que la jugada apunta a un sector muy específico de la población. ¡Qué cosas tiene uno que aguantar!
Y hablando de secretismo, The Observer intentó conseguir el nuevo documento, pero se les fue imposible. Según Presidencia, tendremos que esperar a que lo publiquen, quién sabe cuándo. Esto ha levantado ampollas entre organizaciones pro vida como Crece por mi País y Médicos por la Vida, quienes exigen transparencia y cuestionan la forma en que se llevó a cabo todo el proceso. Ileana Flores, presidenta de Crece por mi País, insistió en que necesitan analizar el nuevo decreto para asegurarse de que se protejan ambas vidas. Ni hablar de la crítica hacia la ministra Mary Munive, a quien acusan de defender la norma anterior.
Ahora bien, la gran pregunta que queda en el aire es: ¿será que este cambio realmente traerá beneficios a las mujeres y sus familias, o simplemente es una estrategia política disfrazada de preocupación por la vida? Muchos se preguntan si el nuevo decreto realmente asegurará el acceso a un aborto seguro en casos extremos, o si, por el contrario, complicará aún más la situación de miles de mujeres que se encuentran en una encrucijada. Piénsenlo bien, ¿creen que este cambio realmente beneficiará a Costa Rica o solo es un juego político?
Para ponerlos al día, esta norma técnica, firmada allá por diciembre de 2019 por Alvarado y el ministro de Salud de la época, Daniel Salas, era el Decreto Ejecutivo 42113. Básicamente, establecía protocolos claros para cuando una mujer estuviera en peligro de muerte o sufrir daños graves en su salud y necesitaba interrumpir su embarazo. Era una especie de salvavidas, díganlo como quieran.
Pero resulta que Chaves, quien prometió hace meses –de esos que uno olvida rápido– a la Alianza Evangélica que iba a meterle mano a esta norma, cumplió su palabra. El anuncio lo hizo este miércoles en su acostumbrada conferencia de prensa, acompañado de la viceministra de Salud, Mariela Marín. Dijeron que quieren un nuevo documento, uno que supuestamente proteja más a los “no nacidos”. ¡Pa’ qué tantos rodeos!
El Presidente, con toda la calma del mundo –o quizás demasiado– justificó su decisión diciendo que la norma anterior tenía “huecos por donde podían pasar camiones de 18 ruedas”. Bueno, don Rodri, con esas metáforas le da pa' novela. Lo que sí quedó claro es que, según él, el único motivo válido para abortar es “proteger la vida de la madre cuando hay solo dos opciones: la vida de la madre o del feto.” ¡Un chiste, vamos!
Mariela Marín, por su parte, enfatizó que la nueva norma busca proteger la vida del bebé y, al mismo tiempo, garantizar la salud de la madre en situaciones de riesgo. Dicen que van a “tomar todas aquellas medidas necesarias”, pero todavía nadie sabe qué significa eso en la práctica. Promesas, promesas… siempre lo mismo con estos políticos. ¡Una pena!
Lo curioso, y vaya que lo está, es que este movimiento se da quince días después de que arrancó oficialmente la campaña electoral. ¿Coincidencia? No lo creo, amigos míos. Sabemos cómo funciona esto: le dan al electorado lo que creen que quiere para sumar votos. Y en este caso, parece que la jugada apunta a un sector muy específico de la población. ¡Qué cosas tiene uno que aguantar!
Y hablando de secretismo, The Observer intentó conseguir el nuevo documento, pero se les fue imposible. Según Presidencia, tendremos que esperar a que lo publiquen, quién sabe cuándo. Esto ha levantado ampollas entre organizaciones pro vida como Crece por mi País y Médicos por la Vida, quienes exigen transparencia y cuestionan la forma en que se llevó a cabo todo el proceso. Ileana Flores, presidenta de Crece por mi País, insistió en que necesitan analizar el nuevo decreto para asegurarse de que se protejan ambas vidas. Ni hablar de la crítica hacia la ministra Mary Munive, a quien acusan de defender la norma anterior.
Ahora bien, la gran pregunta que queda en el aire es: ¿será que este cambio realmente traerá beneficios a las mujeres y sus familias, o simplemente es una estrategia política disfrazada de preocupación por la vida? Muchos se preguntan si el nuevo decreto realmente asegurará el acceso a un aborto seguro en casos extremos, o si, por el contrario, complicará aún más la situación de miles de mujeres que se encuentran en una encrucijada. Piénsenlo bien, ¿creen que este cambio realmente beneficiará a Costa Rica o solo es un juego político?