¡Ay, Dios mío! Qué vaina, chavos. El Presidente Rodrigo Chaves volvió a meter gamba en una entrevista con FOX News, calificando la preocupante escalada de violencia en Costa Rica como una simple 'serie de malentendidos'. ¿En serio, profe? Con to’ esos asesinatos y familias destrozadas, dice que es un malentendido… ¡Qué torta!
Durante el diálogo con el medio estadounidense, conocido por su sesgo conservador, Chaves insistió en que gran parte de la sangre derramada es resultado de enfrentamientos entre pequeñas bandas de narcotráficos – esos ‘retail traffickers’, como les gusta decir ahora – que se matan por controlar territorios. Claro, ahí vamos pintando la situación como si fueran guerras de pandillas callejeras, pero se olvidan de la gente inocente que queda atrapada en fuego cruzado. Que paso con esos que iban buscando changüitos?
Pero lo más preocupante fue cómo, una vez más, Chaves evitó cualquier asunción de responsabilidad por la espiral de violencia que ha azotado al país desde que asumió el cargo. En lugar de eso, echó balones fuera a diestra y siniestra, culpando a la Asamblea Legislativa, al Poder Judicial y hasta al propio Fiscal General de la República. ¡Un chuyazo total de responsabilidades! Parece que siempre hay alguien más culpable que él mismo, ey.
La estadística es demoledora: ya suman 2.926 víctimas mortales desde que Chaves está en la presidencia. Dos mil noventa y seis vidas truncadas por la violencia, y él habla de ‘malentendidos’. ¿Dónde quedó la empatía? ¿Dónde quedó el compromiso de proteger a los ciudadanos? Se acuerdan cuando decía que iba a limpiar la casa... ahora parece que la quemó toda, mae.
El mandatario criticó duramente la legislación costarricense, argumentando que es demasiado permisiva con los criminales y que facilita su liberación. Según él, solo en Costa Rica un tipo puede dispararle a un policía con un fusil y quedar libre en cuestión de horas. Aunque tenga razón sobre algunos puntos de la ley, qué pena que no propone soluciones constructivas, sino que solamente se queja y lanza críticas gratuitas. Eso no ayuda a nadie, brete. A ver si le pone camisa de fuerza a la legislacion como dice, y dejate de bla bla bla.
Mientras tanto, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), liderado por Randall Zúñiga, ha advertido constantemente sobre la creciente preocupación por los niveles de criminalidad. Zúñiga, con toda la razón del mundo, señaló que minimizar la situación es una actitud peligrosa e irresponsable, especialmente considerando que el país podría superar los mil homicidios este año. Ya superamos el 2023 que fue histórico en cuanto a muertes violentas, ¡qué sal!
Y no olvidemos que el 2023 fue el año más sangriento en la historia nacional, con 906 asesinatos; el 2024, con 871; y el 2022, con 661. Una tendencia alarmante que, lejos de remitirse, sigue en ascenso. A pesar de este panorama sombrío, el Gobierno continúa restándole importancia al problema, creando una sensación de falsa calma que, a todas luces, es engañosa. Esto es pa' darle hartura a cualquiera, vaya.
Ante este escenario tan complejo y preocupante, la pregunta que debemos hacernos es: ¿Hasta cuándo vamos a seguir permitiendo que el Presidente Chaves niegue la realidad y evada su responsabilidad en la gestión de la seguridad pública? ¿Cuál creen ustedes debería ser la medida más efectiva para frenar esta espiral de violencia y recuperar la tranquilidad en nuestras calles?
Durante el diálogo con el medio estadounidense, conocido por su sesgo conservador, Chaves insistió en que gran parte de la sangre derramada es resultado de enfrentamientos entre pequeñas bandas de narcotráficos – esos ‘retail traffickers’, como les gusta decir ahora – que se matan por controlar territorios. Claro, ahí vamos pintando la situación como si fueran guerras de pandillas callejeras, pero se olvidan de la gente inocente que queda atrapada en fuego cruzado. Que paso con esos que iban buscando changüitos?
Pero lo más preocupante fue cómo, una vez más, Chaves evitó cualquier asunción de responsabilidad por la espiral de violencia que ha azotado al país desde que asumió el cargo. En lugar de eso, echó balones fuera a diestra y siniestra, culpando a la Asamblea Legislativa, al Poder Judicial y hasta al propio Fiscal General de la República. ¡Un chuyazo total de responsabilidades! Parece que siempre hay alguien más culpable que él mismo, ey.
La estadística es demoledora: ya suman 2.926 víctimas mortales desde que Chaves está en la presidencia. Dos mil noventa y seis vidas truncadas por la violencia, y él habla de ‘malentendidos’. ¿Dónde quedó la empatía? ¿Dónde quedó el compromiso de proteger a los ciudadanos? Se acuerdan cuando decía que iba a limpiar la casa... ahora parece que la quemó toda, mae.
El mandatario criticó duramente la legislación costarricense, argumentando que es demasiado permisiva con los criminales y que facilita su liberación. Según él, solo en Costa Rica un tipo puede dispararle a un policía con un fusil y quedar libre en cuestión de horas. Aunque tenga razón sobre algunos puntos de la ley, qué pena que no propone soluciones constructivas, sino que solamente se queja y lanza críticas gratuitas. Eso no ayuda a nadie, brete. A ver si le pone camisa de fuerza a la legislacion como dice, y dejate de bla bla bla.
Mientras tanto, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), liderado por Randall Zúñiga, ha advertido constantemente sobre la creciente preocupación por los niveles de criminalidad. Zúñiga, con toda la razón del mundo, señaló que minimizar la situación es una actitud peligrosa e irresponsable, especialmente considerando que el país podría superar los mil homicidios este año. Ya superamos el 2023 que fue histórico en cuanto a muertes violentas, ¡qué sal!
Y no olvidemos que el 2023 fue el año más sangriento en la historia nacional, con 906 asesinatos; el 2024, con 871; y el 2022, con 661. Una tendencia alarmante que, lejos de remitirse, sigue en ascenso. A pesar de este panorama sombrío, el Gobierno continúa restándole importancia al problema, creando una sensación de falsa calma que, a todas luces, es engañosa. Esto es pa' darle hartura a cualquiera, vaya.
Ante este escenario tan complejo y preocupante, la pregunta que debemos hacernos es: ¿Hasta cuándo vamos a seguir permitiendo que el Presidente Chaves niegue la realidad y evada su responsabilidad en la gestión de la seguridad pública? ¿Cuál creen ustedes debería ser la medida más efectiva para frenar esta espiral de violencia y recuperar la tranquilidad en nuestras calles?
