¡Ay, Dios mío! Esto sí que es novela, mi gente. Resulta que Don Rodrigo, nuestro querido presidente, se ha metido en un brete tremendo con este negocio de las zonas francas. Un día dice que hay que cuidar la inversión extranjera, al siguiente critica a la Contralora como si fuera la culpable de todos los males del país. ¡Un quilombo!
Todo empezó con unas declaraciones de Marta Acosta, la Contralora, donde mencionó la necesidad de revisar la carga tributaria y cómo afecta a Costa Rica. En medio de una comisión en la Asamblea, dio a entender que quizás era momento de hablar de gravar las zonas francas. Y ahí salió Chaves, con sus redes sociales encendidas, atacándola durísimo, acusándola de querer “gobarner” con otros. ¡Una pena tener que ver esto en nuestra tele!”, comentó un usuario en Twitter.
Pero la cosa no quedó ahí, porque resulta que Luis Molina, el ministro interino de Hacienda – que anda con trabajos – también estaba presente en esa misma comisión. Y vaya sorpresa, ¡él sí que propuso abrir la discusión sobre gravar las zonas francas! Literalmente se contradijo al presidente, dejando a muchos preguntándose quién le dice a quién qué hacer en este gobierno. Parece que hay más corrientes dentro del partido de los que pensábamos, diay.
Molina, con toda la calma del mundo, presentó unos números que dan bastante que pensar. Dijo que el gasto tributario en Costa Rica es altísimo, ¡casi un billón de colones! Y de esos, 782 millones provienen de exoneraciones a las zonas francas. Una suma considerable que, según él, podría destinarse a otras áreas del Estado, aunque reconoce que meterle mano a eso sería como ir a bailar con la estampada. ¿Se imaginan cuánto dinero extra podríamos recaudar?
“Son los números grandotes que están ahí”, enfatizó Molina, como diciendo: ‘mire usted, aquí tenemos los datos’. Agregó que también hay que hablar del aguinaldo y del salario escolar, que también están exentos de impuestos. Parece que el tesoro público necesita urgentemente un buen empujón, y el gobierno anda buscando dónde pellizcar, aunque siempre terminan toqueteando temas delicados. Uno esperaría que tuviera bien claro qué quiere hacer, ¡pero parece que hasta ellos están confundidos!”
Ahora, lo interesante de todo esto es analizar la estrategia política detrás de estas movidas. ¿Será que Chaves está tratando de distraer la atención de otros problemas con estos ataques personales? ¿O será que realmente está considerando gravar las zonas francas, pero necesita medir las reacciones públicas? Y lo más importante, ¿qué tan factible es realmente aprobar una reforma tributaria que afecte a sectores tan poderosos como las zonas francas? Esta vara está complicada, mis panas.
Todo empezó con unas declaraciones de Marta Acosta, la Contralora, donde mencionó la necesidad de revisar la carga tributaria y cómo afecta a Costa Rica. En medio de una comisión en la Asamblea, dio a entender que quizás era momento de hablar de gravar las zonas francas. Y ahí salió Chaves, con sus redes sociales encendidas, atacándola durísimo, acusándola de querer “gobarner” con otros. ¡Una pena tener que ver esto en nuestra tele!”, comentó un usuario en Twitter.
Pero la cosa no quedó ahí, porque resulta que Luis Molina, el ministro interino de Hacienda – que anda con trabajos – también estaba presente en esa misma comisión. Y vaya sorpresa, ¡él sí que propuso abrir la discusión sobre gravar las zonas francas! Literalmente se contradijo al presidente, dejando a muchos preguntándose quién le dice a quién qué hacer en este gobierno. Parece que hay más corrientes dentro del partido de los que pensábamos, diay.
Molina, con toda la calma del mundo, presentó unos números que dan bastante que pensar. Dijo que el gasto tributario en Costa Rica es altísimo, ¡casi un billón de colones! Y de esos, 782 millones provienen de exoneraciones a las zonas francas. Una suma considerable que, según él, podría destinarse a otras áreas del Estado, aunque reconoce que meterle mano a eso sería como ir a bailar con la estampada. ¿Se imaginan cuánto dinero extra podríamos recaudar?
“Son los números grandotes que están ahí”, enfatizó Molina, como diciendo: ‘mire usted, aquí tenemos los datos’. Agregó que también hay que hablar del aguinaldo y del salario escolar, que también están exentos de impuestos. Parece que el tesoro público necesita urgentemente un buen empujón, y el gobierno anda buscando dónde pellizcar, aunque siempre terminan toqueteando temas delicados. Uno esperaría que tuviera bien claro qué quiere hacer, ¡pero parece que hasta ellos están confundidos!”
Ahora, lo interesante de todo esto es analizar la estrategia política detrás de estas movidas. ¿Será que Chaves está tratando de distraer la atención de otros problemas con estos ataques personales? ¿O será que realmente está considerando gravar las zonas francas, pero necesita medir las reacciones públicas? Y lo más importante, ¿qué tan factible es realmente aprobar una reforma tributaria que afecte a sectores tan poderosos como las zonas francas? Esta vara está complicada, mis panas.