¡Ay, Dios mío! Quién iba a decir que la elección presidencial estaría tan… así, a medias, ¿saben? Pero resulta que Don Rodrigo sigue siendo el centro de todas las miradas, y eso, para los demás candidatos, debe estar picándolos como hormigas en café. Según los analistas de la U, él todavía acapara todos los titulares, aunque le lluevan las criticas. ¡Qué carga!
La verdad, desde que se declaró candidata, la cosa andaba tranquila, casi aburrida. Uno esperaba ver batallas campales, propuestas innovadoras, ¡pero no! En cambio, tenemos a Chaves reaccionando a todo, metiéndose en broncas con el TSE, armando polémica por cualquier cosa. Parece que le gusta el drama, ¿eh?
Y no es solo por sus declaraciones explosivas. Mira, la denuncia por “beligerancia política”, los problemas con la norma del aborto terapéutico, la movida de transmitir las conferencias de prensa por todos lados… ¡Un brete! Entre tanto lío, los demás candidatos apenas si pueden respirar, mucho menos proponer algo concreto.
José Andrés Díaz, ese pana de la U, me decía que la campaña está prácticamente paralizada porque la gente está más pendiente de qué dirá Chaves mañana que de lo que ofrecen los otros aspirantes. Explica que la gente está esperando ver si la Corte Constitucional hace algo con esas denuncias. Imaginen, quince denuncias acumuladas... ¡Qué torta!
Además, la falta de financiamiento electoral también complica las cosas. Los partidos saben que tienen que ahorrarle bala y enfocarse en enero, cuando dicen que se deciden las cosas de verdad. Como dicen por ahí, “para enero los tigres amanecen flacos”. Esperemos que no se queden sin munición tan pronto.
¿Y qué hay de Randall Zúñiga? Su investigación y suspensión, otro capítulo más en la novela Chaves. ¡Cómo si esto fuera América!, dirían algunos. Eso demuestra que nadie, ni siquiera el jefe del OIJ, está a salvo de las garras del Presidente. Se fue al traste el silencio, vaya.
Algunos opinan que Chaves está jugando a ser el eterno incomprendido, el único que se atreve a decir la verdad aunque duela. Otros creen que simplemente está buscando mantener la atención sobre sí mismo, sin importarles las consecuencias. Sea cual sea la razón, el hecho es que su presencia domina el escenario político y dificulta la competencia justa.
Con este panorama, me pregunto, ¿cree usted que la figura de Rodrigo Chaves beneficia o perjudica a la democracia costarricense? ¿Deberían los medios concentrarse más en las propuestas de los otros candidatos para darle un respiro a la figura presidencial, o es inevitable que la atención siga centrada en sus polémicas?
La verdad, desde que se declaró candidata, la cosa andaba tranquila, casi aburrida. Uno esperaba ver batallas campales, propuestas innovadoras, ¡pero no! En cambio, tenemos a Chaves reaccionando a todo, metiéndose en broncas con el TSE, armando polémica por cualquier cosa. Parece que le gusta el drama, ¿eh?
Y no es solo por sus declaraciones explosivas. Mira, la denuncia por “beligerancia política”, los problemas con la norma del aborto terapéutico, la movida de transmitir las conferencias de prensa por todos lados… ¡Un brete! Entre tanto lío, los demás candidatos apenas si pueden respirar, mucho menos proponer algo concreto.
José Andrés Díaz, ese pana de la U, me decía que la campaña está prácticamente paralizada porque la gente está más pendiente de qué dirá Chaves mañana que de lo que ofrecen los otros aspirantes. Explica que la gente está esperando ver si la Corte Constitucional hace algo con esas denuncias. Imaginen, quince denuncias acumuladas... ¡Qué torta!
Además, la falta de financiamiento electoral también complica las cosas. Los partidos saben que tienen que ahorrarle bala y enfocarse en enero, cuando dicen que se deciden las cosas de verdad. Como dicen por ahí, “para enero los tigres amanecen flacos”. Esperemos que no se queden sin munición tan pronto.
¿Y qué hay de Randall Zúñiga? Su investigación y suspensión, otro capítulo más en la novela Chaves. ¡Cómo si esto fuera América!, dirían algunos. Eso demuestra que nadie, ni siquiera el jefe del OIJ, está a salvo de las garras del Presidente. Se fue al traste el silencio, vaya.
Algunos opinan que Chaves está jugando a ser el eterno incomprendido, el único que se atreve a decir la verdad aunque duela. Otros creen que simplemente está buscando mantener la atención sobre sí mismo, sin importarles las consecuencias. Sea cual sea la razón, el hecho es que su presencia domina el escenario político y dificulta la competencia justa.
Con este panorama, me pregunto, ¿cree usted que la figura de Rodrigo Chaves beneficia o perjudica a la democracia costarricense? ¿Deberían los medios concentrarse más en las propuestas de los otros candidatos para darle un respiro a la figura presidencial, o es inevitable que la atención siga centrada en sus polémicas?
