¡Ay, Dios mío! La noticia sacudió a todos acá en Costa Rica. Una bebé de apenas seis meses falleció ayer por la noche en un centro médico en San José, luego de sufrir heridas graves en un accidente de tráfico ocurrido en Cañas Dulces, Liberia. Uno siente un nudo en la garganta al pensar en la familia, qué dolor tan grande deben estar pasando.
Según confirmó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el lamentable hecho ocurrió alrededor de las cuatro y media de la tarde en la carretera Interamericana Norte, a unos cien metros al norte del puente de Irigay, en dirección a La Cruz. Un vehículo, por motivos que todavía se están investigando, terminó impactándose contra un árbol. Parece una película, pero la realidad es bien dura, ¿verdad?
Las autoridades indicaron que tanto la pequeña como su hermanita mayor sufrieron lesiones considerables y fueron trasladadas inicialmente al Hospital Enrique Baltodano en Liberia. Desde ahí, y con toda la artillería disponible, se activó un plan operativo de emergencia que involucró al Cuerpo de Bomberos y a la empresa privada SAAT. Era urgente llevarlas a recibir atención especializada en la capital.
La magnitud de la situación requirió un esfuerzo logístico impresionante. Ambulancias, personal médico altamente capacitado y helicópteros...todo para intentar salvar la vida de estas angelitos. Fuentes cercanas al caso nos comentaron que una ambulancia y un helicóptero de SAAT volaron a Liberia para trasladarlas a San José, operando rápidamente entre hospitales.
Se habilitó un vuelo especial desde el aeropuerto Juan Santamaría hasta Liberia para facilitar el traslado de los especialistas médicos. La idea era brindarles la mejor atención posible en el Hospital Nacional de Niños, donde contaban con recursos y experiencia para tratar casos complejos como este. Pero al final, la tragedia fue inevitable. ¡Qué pena!
Este tipo de incidentes siempre nos hacen reflexionar sobre la seguridad vial y la importancia de tomar precauciones en carretera. Muchos se preguntan si hubo alguna falla mecánica en el vehículo, o tal vez un factor externo contribuyó al accidente. Las investigaciones del OIJ están tratando de esclarecer estos puntos para determinar las responsabilidades correspondientes. En estos momentos, lo más importante es darle apoyo a la familia afectada y permitir que puedan despedirse de su hija en paz.
La comunidad de Liberia está consternada por lo sucedido. Vecinos, amigos y conocidos han expresado sus condolencias a la familia, ofreciéndoles su apoyo incondicional. Es admirable cómo la gente se une en estos momentos difíciles, mostrando el lado más humano de nuestra sociedad. Este brete toca el corazón de todos, sin importar quién seas.
Es realmente desgarrador enterarse de una pérdida así, especialmente cuando se trata de un bebé inocente. Con el alma hecha pedazos, me pregunto: ¿Qué medidas adicionales podríamos implementar para mejorar la seguridad vial en nuestras carreteras y evitar tragedias similares en el futuro? Compartamos nuestras ideas y veamos cómo podemos aportar a un país más seguro para nuestros niños.
Según confirmó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el lamentable hecho ocurrió alrededor de las cuatro y media de la tarde en la carretera Interamericana Norte, a unos cien metros al norte del puente de Irigay, en dirección a La Cruz. Un vehículo, por motivos que todavía se están investigando, terminó impactándose contra un árbol. Parece una película, pero la realidad es bien dura, ¿verdad?
Las autoridades indicaron que tanto la pequeña como su hermanita mayor sufrieron lesiones considerables y fueron trasladadas inicialmente al Hospital Enrique Baltodano en Liberia. Desde ahí, y con toda la artillería disponible, se activó un plan operativo de emergencia que involucró al Cuerpo de Bomberos y a la empresa privada SAAT. Era urgente llevarlas a recibir atención especializada en la capital.
La magnitud de la situación requirió un esfuerzo logístico impresionante. Ambulancias, personal médico altamente capacitado y helicópteros...todo para intentar salvar la vida de estas angelitos. Fuentes cercanas al caso nos comentaron que una ambulancia y un helicóptero de SAAT volaron a Liberia para trasladarlas a San José, operando rápidamente entre hospitales.
Se habilitó un vuelo especial desde el aeropuerto Juan Santamaría hasta Liberia para facilitar el traslado de los especialistas médicos. La idea era brindarles la mejor atención posible en el Hospital Nacional de Niños, donde contaban con recursos y experiencia para tratar casos complejos como este. Pero al final, la tragedia fue inevitable. ¡Qué pena!
Este tipo de incidentes siempre nos hacen reflexionar sobre la seguridad vial y la importancia de tomar precauciones en carretera. Muchos se preguntan si hubo alguna falla mecánica en el vehículo, o tal vez un factor externo contribuyó al accidente. Las investigaciones del OIJ están tratando de esclarecer estos puntos para determinar las responsabilidades correspondientes. En estos momentos, lo más importante es darle apoyo a la familia afectada y permitir que puedan despedirse de su hija en paz.
La comunidad de Liberia está consternada por lo sucedido. Vecinos, amigos y conocidos han expresado sus condolencias a la familia, ofreciéndoles su apoyo incondicional. Es admirable cómo la gente se une en estos momentos difíciles, mostrando el lado más humano de nuestra sociedad. Este brete toca el corazón de todos, sin importar quién seas.
Es realmente desgarrador enterarse de una pérdida así, especialmente cuando se trata de un bebé inocente. Con el alma hecha pedazos, me pregunto: ¿Qué medidas adicionales podríamos implementar para mejorar la seguridad vial en nuestras carreteras y evitar tragedias similares en el futuro? Compartamos nuestras ideas y veamos cómo podemos aportar a un país más seguro para nuestros niños.
