¡Ay, Dios mío, qué torta! Parece que el Presidente Rodrigo Chaves no puede vivir sin tener un agarrón con alguien, y ahora le tocó al alcalde de Naranjo, Randall Vega. La cosa del agua sigue dando pa' atender, y el mandatario ha vuelto a encender la polémica con declaraciones que algunos consideran… bueno, digamos que bastante fuertes.
Para ponerlos al día, la raíz del problema viene desde hace rato, desde que se empezó a construir el proyecto habitacional La Esperanza. El departamento de acueducto municipal otorgó el agua de manera condicionada, porque en aquel entonces el cantón no tenía suficiente recurso hídrico y necesitaba hacer algunas adaptaciones. Eso fue sembrando la semilla del desacuerdo, y ahora, parece que floreció en un verdadero churrascal.
Según el Presidente Chaves, el alcalde Vega estaría interponiendo medidas cautelares “obscenas” ante el Tribunal Contencioso Administrativo, que podrían dejar sin agua a unas 120 familias del proyecto. Y, claro, ahí salió la frase que puso a todos a hablar: “¡Don Randall váyase a revisar!”. Vamos, pura picardía presidencial para avivar el fuego.
Pero espera, que la cosa se complica aún más. Lourdes Sáurez, presidenta del AyA, aclara que la medida cautelar fue presentada incluso antes de que la Sala Constitucional diera luz verde al proyecto y garantizara el acceso al agua. Dice que Vega insiste en exigir que el AyA no altere el acueducto, y que como ente rector, ellos van a defender el derecho de los ciudadanos al agua potable. Esto es un brete, ¿eh?
Conversamos con el alcalde Vega, quien nos respondió con calma (relativa, considerando todo el drama). Nos dijo que la municipalidad ya reformuló la medida cautelar, eliminando cualquier solicitud de desconexión del agua. Insistió en que actualmente no hay ningún proceso activo que busque quitarle el agua a las familias, como afirma el Presidente. Parece que hubo un malentendido, o quizás… no tanto.
La verdad es que toda esta novela del agua de La Esperanza ha expuesto tensiones políticas profundas en nuestra querida Costa Rica. No es solo una cuestión técnica o administrativa; es una pelea de egos, de poder, de diferentes visiones sobre cómo gestionar los recursos públicos. Y, lamentablemente, las familias que dependen de ese agua terminan siendo las que más sufren.
Ahora, con esta última descarga verbal del Presidente Chaves, la situación se pone aún más tensa. Algunos dicen que el mandatario busca desviar la atención de otros problemas, mientras que otros creen que simplemente no se da cuenta del daño que está causando con sus constantes ataques. Sea cual sea la razón, es evidente que este conflicto está lejos de terminar y que seguirá generando polémica en nuestro país, como una carga pesadísima.
Esta vara del agua y las polémicas presidenciales nos deja pensando: ¿Hasta dónde llegará este choque entre Chaves y Vega? ¿Consideran que el Presidente debería bajar el tono y buscar soluciones dialogadas, o creen que el alcalde Vega también tiene parte de culpa en esta situación? ¡Den su opinión en el foro!
Para ponerlos al día, la raíz del problema viene desde hace rato, desde que se empezó a construir el proyecto habitacional La Esperanza. El departamento de acueducto municipal otorgó el agua de manera condicionada, porque en aquel entonces el cantón no tenía suficiente recurso hídrico y necesitaba hacer algunas adaptaciones. Eso fue sembrando la semilla del desacuerdo, y ahora, parece que floreció en un verdadero churrascal.
Según el Presidente Chaves, el alcalde Vega estaría interponiendo medidas cautelares “obscenas” ante el Tribunal Contencioso Administrativo, que podrían dejar sin agua a unas 120 familias del proyecto. Y, claro, ahí salió la frase que puso a todos a hablar: “¡Don Randall váyase a revisar!”. Vamos, pura picardía presidencial para avivar el fuego.
Pero espera, que la cosa se complica aún más. Lourdes Sáurez, presidenta del AyA, aclara que la medida cautelar fue presentada incluso antes de que la Sala Constitucional diera luz verde al proyecto y garantizara el acceso al agua. Dice que Vega insiste en exigir que el AyA no altere el acueducto, y que como ente rector, ellos van a defender el derecho de los ciudadanos al agua potable. Esto es un brete, ¿eh?
Conversamos con el alcalde Vega, quien nos respondió con calma (relativa, considerando todo el drama). Nos dijo que la municipalidad ya reformuló la medida cautelar, eliminando cualquier solicitud de desconexión del agua. Insistió en que actualmente no hay ningún proceso activo que busque quitarle el agua a las familias, como afirma el Presidente. Parece que hubo un malentendido, o quizás… no tanto.
La verdad es que toda esta novela del agua de La Esperanza ha expuesto tensiones políticas profundas en nuestra querida Costa Rica. No es solo una cuestión técnica o administrativa; es una pelea de egos, de poder, de diferentes visiones sobre cómo gestionar los recursos públicos. Y, lamentablemente, las familias que dependen de ese agua terminan siendo las que más sufren.
Ahora, con esta última descarga verbal del Presidente Chaves, la situación se pone aún más tensa. Algunos dicen que el mandatario busca desviar la atención de otros problemas, mientras que otros creen que simplemente no se da cuenta del daño que está causando con sus constantes ataques. Sea cual sea la razón, es evidente que este conflicto está lejos de terminar y que seguirá generando polémica en nuestro país, como una carga pesadísima.
Esta vara del agua y las polémicas presidenciales nos deja pensando: ¿Hasta dónde llegará este choque entre Chaves y Vega? ¿Consideran que el Presidente debería bajar el tono y buscar soluciones dialogadas, o creen que el alcalde Vega también tiene parte de culpa en esta situación? ¡Den su opinión en el foro!
