¡Qué buena nota! La inversión en ciencia y tecnología dio un brinco del 5,7% este año, llegando a casi mil setecientos millones de colones. Suenan unos clavos, ¿verdad? Pero si nos ponemos a ver los detalles, el panorama no es tan tuanis como parece. Parece que todavía estamos jalandonos unas tortas en varios aspectos clave para realmente impulsar la innovación en nuestro país.
Según el MICITT, el sector académico sigue siendo el que más invierte, con más de mil veinte millones de colones. Después le siguen el gobierno, con quinientos noventa y tres, y las empresas, que aportan apenas ochenta y un millones. Eso ya da una idea de dónde deberíamos estar poniendo más énfasis, ¿no creen?
La Enseñanza y Formación Científica y Tecnológica (EFCT) lleva la batuta con el 44,3% de la inversión. Luego vienen los Servicios Científicos y Tecnológicos (SCT), que representan el 43,6%, particularmente fuertes en el sector público. Esto quiere decir que, aunque hay dinero circulando, aún necesitamos buscar formas de estimular la investigación experimental (I+D), que tuvo una ligera bajada del 1,6% este año. Es un brete porque ahí es donde realmente podemos marcar la diferencia.
Las universidades no se quedaron atrás, entregando casi cincuenta mil diplomas este año, y la mayoría fueron para mujeres – ¡qué chiva eso! Las universidades privadas se lucen en ciencias sociales y salud, mientras que las públicas apuestan por ingeniería y tecnología. Eso muestra que tenemos talento, pero ¿lo estamos aprovechando bien?
Ahora sí, hablemos de las empresas. Un poquito más de la mitad del sector agropecuario (41,8%) logró innovar en el período comprendido entre 2023 y 2024, principalmente en procesos. Lo bueno es que muchas consideran que esas innovaciones son “mejoras incrementales significativas”, pero aquí viene el despiche…
Aunque el 56,9% de las empresas conoce las opciones de financiamiento, ¡apenas el 19,6% logra acceder a ellas! Esto es grave, mae. Significa que hay una barrera importante que impide que nuestros emprendedores puedan llevar sus ideas adelante. Y no es solo cuestión de falta de plata; también hay problemas de acceso al crédito y de infraestructura, que son piedras en el camino.
Claramente, hay mucho potencial en Costa Rica para avanzar en ciencia y tecnología, pero todavía nos faltan algunos tornillos para afinar el mecanismo. Se necesita más colaboración entre el sector privado y el gobierno, simplificar los trámites burocráticos y ofrecer incentivos reales para la innovación. No basta con hablar de progreso, tenemos que hacerlo realidad. Además, la cultura de emprendimiento aún necesita madurar un poco por acá, diay.
Entonces, ¿creen que estamos enfocando la inversión en ciencia y tecnología en los lugares correctos? ¿Qué medidas concretas deberían tomarse para facilitar el acceso a financiamiento y eliminar las barreras que impiden la innovación en nuestras empresas, especialmente en el sector agropecuario? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!
Según el MICITT, el sector académico sigue siendo el que más invierte, con más de mil veinte millones de colones. Después le siguen el gobierno, con quinientos noventa y tres, y las empresas, que aportan apenas ochenta y un millones. Eso ya da una idea de dónde deberíamos estar poniendo más énfasis, ¿no creen?
La Enseñanza y Formación Científica y Tecnológica (EFCT) lleva la batuta con el 44,3% de la inversión. Luego vienen los Servicios Científicos y Tecnológicos (SCT), que representan el 43,6%, particularmente fuertes en el sector público. Esto quiere decir que, aunque hay dinero circulando, aún necesitamos buscar formas de estimular la investigación experimental (I+D), que tuvo una ligera bajada del 1,6% este año. Es un brete porque ahí es donde realmente podemos marcar la diferencia.
Las universidades no se quedaron atrás, entregando casi cincuenta mil diplomas este año, y la mayoría fueron para mujeres – ¡qué chiva eso! Las universidades privadas se lucen en ciencias sociales y salud, mientras que las públicas apuestan por ingeniería y tecnología. Eso muestra que tenemos talento, pero ¿lo estamos aprovechando bien?
Ahora sí, hablemos de las empresas. Un poquito más de la mitad del sector agropecuario (41,8%) logró innovar en el período comprendido entre 2023 y 2024, principalmente en procesos. Lo bueno es que muchas consideran que esas innovaciones son “mejoras incrementales significativas”, pero aquí viene el despiche…
Aunque el 56,9% de las empresas conoce las opciones de financiamiento, ¡apenas el 19,6% logra acceder a ellas! Esto es grave, mae. Significa que hay una barrera importante que impide que nuestros emprendedores puedan llevar sus ideas adelante. Y no es solo cuestión de falta de plata; también hay problemas de acceso al crédito y de infraestructura, que son piedras en el camino.
Claramente, hay mucho potencial en Costa Rica para avanzar en ciencia y tecnología, pero todavía nos faltan algunos tornillos para afinar el mecanismo. Se necesita más colaboración entre el sector privado y el gobierno, simplificar los trámites burocráticos y ofrecer incentivos reales para la innovación. No basta con hablar de progreso, tenemos que hacerlo realidad. Además, la cultura de emprendimiento aún necesita madurar un poco por acá, diay.
Entonces, ¿creen que estamos enfocando la inversión en ciencia y tecnología en los lugares correctos? ¿Qué medidas concretas deberían tomarse para facilitar el acceso a financiamiento y eliminar las barreras que impiden la innovación en nuestras empresas, especialmente en el sector agropecuario? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!
