¡Ay, Dios mío, qué vaina! La diputada Pilar Cisneros soltó unas verdades en el Plenario que levantaron toda clase de polvo. Resulta que, tras el robo sufrido por la diputada Ada Acuña en Talamanca, Cisneros echó balones adelantados, acusándola directamente a la legisladora de haberse metido en líos y al pobre chofer del Congreso de ser un despistado.
Para ponerlos en clima, recuerden que la diputada Acuña denunció el robo de su computador, teléfono y tarjetas bancarias durante una gira de trabajo en zonas rurales de Talamanca y Guápiles. Lo que parecía una simple denuncia se transformó en un verdadero circo mediático gracias a las declaraciones de Cisneros, quien no se anduvo con rodeos y culpó a Acuña de haber cometido un error garrafal.
Según Cisneros, la diputada se equivocó al pensar que el robo ocurrió durante la actividad en el Colegio Técnico Profesional (CTP) de Talamanca. "Ella ciertamente se equivocó cuando pensó que le habían robado en el CTP", enfatizó Cisneros con esa cara de “yo tenía razón”. Según ella, solo hubo dos paradas: en el CTP y en Guápiles, y ahí es donde, supuestamente, las cosas se fueron al traste.
Y acá viene lo jugoso, mis queridos lectores. Cisneros contó la historia así: Acuña le pidió al chofer que hiciera una parada rápida “porque necesitaba ir al baño”, y que se tardó tres minutos. En esos tres minutitos, según Cisneros, el chofer, aparentemente distraído o quizás descansando un poquito, dejó desatendida la camioneta y ¡zas!, le robaron todas las pertenencias de la diputada. ¡Imagínense la bronca!
“A ver, yo me pregunto, si la Asamblea (Legislativa) no debería hacerse cargo de ese robo, porque el chofer tiene la obligación de estar cuidando al diputado o diputada de la República y los bienes que tiene dentro del carro”, sentenció Cisneros, dejando claro su punto de vista. Su discurso, lleno de dardos venenosos, generó indignación entre los diputados de la oposición, quienes consideraron injusto culpar a la diputada y responsabilizar al chofer de una situación lamentable.
Las reacciones no se dejaron esperar. Dipuatas del Frente Amplio exigieron una investigación exhaustiva para aclarar los hechos y determinar quién es realmente responsable del robo. La presidenta a.i. del Congreso, Vanessa Castro, prometió que se abrirá una investigación para esclarecer lo sucedido y encontrar a los responsables de este incidente que ha puesto en evidencia las fallas de seguridad en las actividades legislativas.
Lo curioso de todo esto es que el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), tras revisar las cámaras de seguridad, determinó que el robo no ocurrió en el CTP, sino en otro lugar. Esto pone en tela de juicio las declaraciones de Cisneros, quien parece haber apresurado sus conclusiones sin tener todos los datos en mano. El caso, además, ha reavivado el debate sobre la responsabilidad de los funcionarios públicos en la protección de los bienes estatales y la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad en las giras oficiales. ¿Será que Cisneros tendrá que pedir disculpas?
En fin, un escándalo más en nuestra política nacional, con acusaciones cruzadas, investigaciones pendientes y un montón de preguntas sin respuesta. Esta maraña de versiones e intereses deja a muchos preguntándose: ¿quién es el culpable real de este robo? ¿Fue un descuido de la diputada Acuña, una falla en la seguridad del Congreso, o simplemente una oportunidad aprovechada por unos delincuentes oportunistas? ¡Díganos qué piensa usted en los comentarios!
Para ponerlos en clima, recuerden que la diputada Acuña denunció el robo de su computador, teléfono y tarjetas bancarias durante una gira de trabajo en zonas rurales de Talamanca y Guápiles. Lo que parecía una simple denuncia se transformó en un verdadero circo mediático gracias a las declaraciones de Cisneros, quien no se anduvo con rodeos y culpó a Acuña de haber cometido un error garrafal.
Según Cisneros, la diputada se equivocó al pensar que el robo ocurrió durante la actividad en el Colegio Técnico Profesional (CTP) de Talamanca. "Ella ciertamente se equivocó cuando pensó que le habían robado en el CTP", enfatizó Cisneros con esa cara de “yo tenía razón”. Según ella, solo hubo dos paradas: en el CTP y en Guápiles, y ahí es donde, supuestamente, las cosas se fueron al traste.
Y acá viene lo jugoso, mis queridos lectores. Cisneros contó la historia así: Acuña le pidió al chofer que hiciera una parada rápida “porque necesitaba ir al baño”, y que se tardó tres minutos. En esos tres minutitos, según Cisneros, el chofer, aparentemente distraído o quizás descansando un poquito, dejó desatendida la camioneta y ¡zas!, le robaron todas las pertenencias de la diputada. ¡Imagínense la bronca!
“A ver, yo me pregunto, si la Asamblea (Legislativa) no debería hacerse cargo de ese robo, porque el chofer tiene la obligación de estar cuidando al diputado o diputada de la República y los bienes que tiene dentro del carro”, sentenció Cisneros, dejando claro su punto de vista. Su discurso, lleno de dardos venenosos, generó indignación entre los diputados de la oposición, quienes consideraron injusto culpar a la diputada y responsabilizar al chofer de una situación lamentable.
Las reacciones no se dejaron esperar. Dipuatas del Frente Amplio exigieron una investigación exhaustiva para aclarar los hechos y determinar quién es realmente responsable del robo. La presidenta a.i. del Congreso, Vanessa Castro, prometió que se abrirá una investigación para esclarecer lo sucedido y encontrar a los responsables de este incidente que ha puesto en evidencia las fallas de seguridad en las actividades legislativas.
Lo curioso de todo esto es que el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), tras revisar las cámaras de seguridad, determinó que el robo no ocurrió en el CTP, sino en otro lugar. Esto pone en tela de juicio las declaraciones de Cisneros, quien parece haber apresurado sus conclusiones sin tener todos los datos en mano. El caso, además, ha reavivado el debate sobre la responsabilidad de los funcionarios públicos en la protección de los bienes estatales y la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad en las giras oficiales. ¿Será que Cisneros tendrá que pedir disculpas?
En fin, un escándalo más en nuestra política nacional, con acusaciones cruzadas, investigaciones pendientes y un montón de preguntas sin respuesta. Esta maraña de versiones e intereses deja a muchos preguntándose: ¿quién es el culpable real de este robo? ¿Fue un descuido de la diputada Acuña, una falla en la seguridad del Congreso, o simplemente una oportunidad aprovechada por unos delincuentes oportunistas? ¡Díganos qué piensa usted en los comentarios!
