Carlotta Brett-Pierce o la "madre monstruo", así la llaman los medios de comunicación, fue declarada culpable de malos tratos a su hija Marchella, así como por dejarla morir de hambre. A falta de ratificación, la condena puede ir desde los 32 años hasta la cadena perpetua. Y todavía al salir del juzgado, Carlotta declaraba ser "una madre amorosa y cuidadora" de sus tres hijos. A sus cuatro años de edad la niña sólo pesaba unos 8 kilos y medio ; "Me faltaba la educación, el conocimiento y los medios para cuidar de una niña tan enferma", ha dicho la madre en cuestión. Sin embargo, no se ha declarado culpable, en ningún momento, de la muerte de su hija. "No se veía tan mal", dijo, refiriéndose al aspecto de la niña al morir. La agencia responsable de los niños en el Estado de Nueva York admite haber fallado en este caso. Pero ni el jurado ni la jueza han creído ni por un momento las palabras de la mujer, ni se han dejado influir por los indicios de "delirio". Por ello, la han encontrado responsable y culpable de la muerte de la pequeña. También han declarado culpable a la abuela de la niña, la cual vivía con ellas y tampoco prestó auxilio a Marchella