¡Ay, mi gente! Se armó tremenda pachanga navideña en Turrialba. La Municipalidad le puso ganas y repartió casi una tonelada de confites entre los doce distritos del cantón. ¡Imagínate la cara de los puros chamacos! Una verdadera explosión de color y dulce sabor.
La Colachada Municipal, ya saben, esa tradición que busca llevar el espíritu navideño a todos los rincones del cantón, regresó con más fuerza que nunca. Por segundo año corrido, un camión adornado hasta las últimas, lleno de Santa Clauses y música alegre, recorrió las calles visitando cada distrito. Y eso sí, ¡con mucho cariño!
Desde Tuis hasta Santa Cruz, pasando por Tayutic, La Suiza y tantos otros lugares emblemáticos, la caravana navideña dejó una estela de sonrisas y felicidad. Se toparon con familias enteras esperando ansiosas para recibir el regalo dulce, y vaya si lo hicieron sentir. Un brete de organización para cubrir todo el territorio del cantón en apenas siete días, pero valió totalmente la pena.
Este año, la Colachada Municipal inició sus andanzas el 16 de diciembre y culminó el 22, cumpliendo una agenda apretadísima. Los organizadores tuvieron que meterle empeño de verdad, porque coordinar un recorrido así en zonas rurales y urbanas requiere un montón de logística, chunches y mucha paciencia. Pero al final, lograron llegar a todos, demostrando que la municipalidad sí sabe conectar con la gente.
El Alcalde Carlos Hidalgo Flores no se quedó callado y aprovechó para destacar que esto va mucho más allá de entregar caramelos. Él mismo dijo que es una manera de reafirmar el compromiso del gobierno local con el bienestar social y la unión de la comunidad. “No somos solo gestores administrativos,” recalcó, “también debemos estar presentes en los momentos que nos unen como familia turrialbeña”. ¡Queda claro que le tienen agarrada la onda!
Para muchos, en medio de estos tiempos difíciles donde el costo de vida sigue dando brincos, la Colachada Municipal representó un respiro, un espacio para dejar atrás las preocupaciones y disfrutar de un momento de alegría compartida. Ver a los niños correr tras el camión, pedirle fotos a Santa Claus… ¡eso no tiene precio! No se puede negar que levantó el ánimo de la gente, y eso es oro puro.
La Municipalidad ha dejado claro que estas iniciativas son parte fundamental de su plan de trabajo, apostando por la inclusión, la cercanía con los ciudadanos y la promoción de valores como la solidaridad y la esperanza. Ellos creen firmemente en sembrar buenas semillas, y esta colachada es prueba de ello. Que siga así, llevando alegría y creando recuerdos imborrables para las nuevas generaciones.
Así que ya ven, la gestión municipal se metió a la calle y puso a las personas en el centro de la celebración. Pero dígame, ¿usted cree que la municipalidad debería extender la Colachada Municipal a otras épocas del año, como por ejemplo, el Día del Niño o las fiestas patrias, o prefiere mantenerla exclusivamente para la Navidad?
La Colachada Municipal, ya saben, esa tradición que busca llevar el espíritu navideño a todos los rincones del cantón, regresó con más fuerza que nunca. Por segundo año corrido, un camión adornado hasta las últimas, lleno de Santa Clauses y música alegre, recorrió las calles visitando cada distrito. Y eso sí, ¡con mucho cariño!
Desde Tuis hasta Santa Cruz, pasando por Tayutic, La Suiza y tantos otros lugares emblemáticos, la caravana navideña dejó una estela de sonrisas y felicidad. Se toparon con familias enteras esperando ansiosas para recibir el regalo dulce, y vaya si lo hicieron sentir. Un brete de organización para cubrir todo el territorio del cantón en apenas siete días, pero valió totalmente la pena.
Este año, la Colachada Municipal inició sus andanzas el 16 de diciembre y culminó el 22, cumpliendo una agenda apretadísima. Los organizadores tuvieron que meterle empeño de verdad, porque coordinar un recorrido así en zonas rurales y urbanas requiere un montón de logística, chunches y mucha paciencia. Pero al final, lograron llegar a todos, demostrando que la municipalidad sí sabe conectar con la gente.
El Alcalde Carlos Hidalgo Flores no se quedó callado y aprovechó para destacar que esto va mucho más allá de entregar caramelos. Él mismo dijo que es una manera de reafirmar el compromiso del gobierno local con el bienestar social y la unión de la comunidad. “No somos solo gestores administrativos,” recalcó, “también debemos estar presentes en los momentos que nos unen como familia turrialbeña”. ¡Queda claro que le tienen agarrada la onda!
Para muchos, en medio de estos tiempos difíciles donde el costo de vida sigue dando brincos, la Colachada Municipal representó un respiro, un espacio para dejar atrás las preocupaciones y disfrutar de un momento de alegría compartida. Ver a los niños correr tras el camión, pedirle fotos a Santa Claus… ¡eso no tiene precio! No se puede negar que levantó el ánimo de la gente, y eso es oro puro.
La Municipalidad ha dejado claro que estas iniciativas son parte fundamental de su plan de trabajo, apostando por la inclusión, la cercanía con los ciudadanos y la promoción de valores como la solidaridad y la esperanza. Ellos creen firmemente en sembrar buenas semillas, y esta colachada es prueba de ello. Que siga así, llevando alegría y creando recuerdos imborrables para las nuevas generaciones.
Así que ya ven, la gestión municipal se metió a la calle y puso a las personas en el centro de la celebración. Pero dígame, ¿usted cree que la municipalidad debería extender la Colachada Municipal a otras épocas del año, como por ejemplo, el Día del Niño o las fiestas patrias, o prefiere mantenerla exclusivamente para la Navidad?