¡Ay, Dios mío! Esto sí que es un cimbronazo para Tibás. Un señor de 74 años, don Ramón Luis Azofeifa, falleció la noche del martes, acribillado en plena Ruta 32. La versión que corre es que los picadores se equivocaron de objetivo, una verdadera torta, si me preguntan. Don Ramón, un hombre querido en la comunidad, dejó a mucha gente consternada.
Don Ramón, propietario de una venta de carros en Tibás, iba camino a San Isidro de Heredia cuando unos tipos en moto le abrieron fuego. Según testigos, recibió cinco disparos directos antes de perder el control del vehículo e impactar contra un tráiler. Imagínate el apagón que hubo en la carretera, medio mundo varado y el OIJ movilizado para levantar el cuerpo y buscar pistas. ¡Un brete!
Pero ahí viene la carnada, el detalle que puso a todos con la mosca detrás de la oreja: parece que don Ramón estaba conduciendo un carro que le pertenecía a un cliente, un Chunche prestado, dicen algunos. La Policía está investigando si esto tuvo que ver con la confusión y si realmente los matones iban por otra persona. ¡Qué pena!, porque ahora hay una familia destrozada y un caso por resolver.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) anda recogiendo cámaras de seguridad de to' lao, buscando alguna pista que les ayude a esclarecer qué pasó. Han tomado declaraciones a vecinos, empleados, amigos... Todo para tratar de armar el rompecabezas y determinar quiénes eran esos tipos en moto y cuál era el verdadero objetivo. Por ahora, mantienen todo bajo estricta confidencialidad, pero se rumorea que la investigación va por buen camino.
Don Ramón era conocido en Tibás como un tipo siempre dispuesto a echarle una mano, un comerciante honesto y respetuoso. Dejé de lado los chismes de otros temas para contarte esto porque los viejitos merecen respeto y paz. Era vecino de San Juan de Tibás y deja huérfana a su hija, quien ahora enfrenta el dolor de perder a su papá de la manera más cruel posible. El velorio será este jueves en la Funeraria del Recuerdo, en Barrio Don Bosco, donde sus seres queridos le darán el último adiós.
Y claro, la Ruta 32, esa carretera maldita. Siempre dando problemas, siempre siendo escenario de tragedias. Esta vez, además del impacto emocional, generó un caos vehicular impresionante. Muchos quedaron atrapados durante horas, esperando que se normalizara la situación. Ya imaginas la bronca que se armó entre los conductores, con razón la gente dice que esas carreteras nos traen malos recuerdos. Parecía salido de película, un choque brutal con tráfico atascado. ¡Qué sal!
Ahora, la gran interrogante es si realmente se trató de un error. ¿Es posible que alguien haya sido confundido con otra persona y pagado con la vida por una equivocación? Algunos dicen que sí, que los sicarios tenían otra identificación y se equivocaron de auto. Otros sostienen que hay algo más detrás de todo esto, una venganza, una disputa comercial… Solo el tiempo y la investigación del OIJ podrán revelar la verdad. Porque así es en estos casos, la información cambia más rápido que calcetines de bebé.
Esta tragedia nos hace reflexionar sobre la violencia que azota nuestro país y la fragilidad de la vida. ¿Será que estamos llegando a un punto en el que nadie está seguro de nada? ¿Creen ustedes que es preocupante que incluso hombres de negocios respetados puedan convertirse en víctimas inocentes de la delincuencia organizada? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios, estoy segura de que tienen mucho que aportar a esta conversación tan importante.
Don Ramón, propietario de una venta de carros en Tibás, iba camino a San Isidro de Heredia cuando unos tipos en moto le abrieron fuego. Según testigos, recibió cinco disparos directos antes de perder el control del vehículo e impactar contra un tráiler. Imagínate el apagón que hubo en la carretera, medio mundo varado y el OIJ movilizado para levantar el cuerpo y buscar pistas. ¡Un brete!
Pero ahí viene la carnada, el detalle que puso a todos con la mosca detrás de la oreja: parece que don Ramón estaba conduciendo un carro que le pertenecía a un cliente, un Chunche prestado, dicen algunos. La Policía está investigando si esto tuvo que ver con la confusión y si realmente los matones iban por otra persona. ¡Qué pena!, porque ahora hay una familia destrozada y un caso por resolver.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) anda recogiendo cámaras de seguridad de to' lao, buscando alguna pista que les ayude a esclarecer qué pasó. Han tomado declaraciones a vecinos, empleados, amigos... Todo para tratar de armar el rompecabezas y determinar quiénes eran esos tipos en moto y cuál era el verdadero objetivo. Por ahora, mantienen todo bajo estricta confidencialidad, pero se rumorea que la investigación va por buen camino.
Don Ramón era conocido en Tibás como un tipo siempre dispuesto a echarle una mano, un comerciante honesto y respetuoso. Dejé de lado los chismes de otros temas para contarte esto porque los viejitos merecen respeto y paz. Era vecino de San Juan de Tibás y deja huérfana a su hija, quien ahora enfrenta el dolor de perder a su papá de la manera más cruel posible. El velorio será este jueves en la Funeraria del Recuerdo, en Barrio Don Bosco, donde sus seres queridos le darán el último adiós.
Y claro, la Ruta 32, esa carretera maldita. Siempre dando problemas, siempre siendo escenario de tragedias. Esta vez, además del impacto emocional, generó un caos vehicular impresionante. Muchos quedaron atrapados durante horas, esperando que se normalizara la situación. Ya imaginas la bronca que se armó entre los conductores, con razón la gente dice que esas carreteras nos traen malos recuerdos. Parecía salido de película, un choque brutal con tráfico atascado. ¡Qué sal!
Ahora, la gran interrogante es si realmente se trató de un error. ¿Es posible que alguien haya sido confundido con otra persona y pagado con la vida por una equivocación? Algunos dicen que sí, que los sicarios tenían otra identificación y se equivocaron de auto. Otros sostienen que hay algo más detrás de todo esto, una venganza, una disputa comercial… Solo el tiempo y la investigación del OIJ podrán revelar la verdad. Porque así es en estos casos, la información cambia más rápido que calcetines de bebé.
Esta tragedia nos hace reflexionar sobre la violencia que azota nuestro país y la fragilidad de la vida. ¿Será que estamos llegando a un punto en el que nadie está seguro de nada? ¿Creen ustedes que es preocupante que incluso hombres de negocios respetados puedan convertirse en víctimas inocentes de la delincuencia organizada? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios, estoy segura de que tienen mucho que aportar a esta conversación tan importante.