¡Ay, Dios mío! Parece que nos estamos tragando la pura sal, ¿eh? Las estadísticas del Ministerio de Salud no dan pie a muchas alegrías: casi el 70% de nosotros, los adultos, andamos con sobrepeso, y ni hablar de la obesidad que azota a un 34%. ¡Qué carga!
Y eso no es todo, mae. Más de 375 mil personas entre los veinte tacos y los setenta y nueve viven con diabetes. Un 9,8% de la población, ¡idiay! Esto según el Atlas de la Diabetes, que tampoco pinta un panorama muy bonito. Claramente, esto es una vara bien preocupante.
Lo peor es que estas dos plagas, la obesidad y la diabetes, se están llevando el protagonismo como los principales enemigos silenciosos del corazón. Elevaron el riesgo de infartos, golpes y otras tragedias que te dejan viendo estrellitas. No es broma, ¡esto es serio!
Los expertos no se andan con rodeos: la obesidad y la diabetes tipo 2 avanzan sigilosas, y cuando las descubrimos, ¡ya hay daño hecho! Roberto Herrera, un especialista en temas cardiometabólicos, nos puso el dedo encima: “Las personas con diabetes tipo 2 tienen el doble de probabilidades de sufrir problemas en el corazón o un golpe”. ¡A qué susto me dio eso!
¿Y cómo funciona esta vaina, se preguntarán? Pues resulta que el exceso de azúcar en la sangre daña los vasitos sanguíneos y los nervios que cuidan nuestro corazón, haciendo que las arterias se estrenchen. Además, la obesidad va de la mano con otros problemillas como la presión alta, el colesterol alto y la resistencia a la insulina, creando una tormenta perfecta para el corazón.
Estudios recientes también han descubierto que la grasita extra causa una inflamación crónica que lastima directamente al corazón. ¡Qué manera de complicarle las cosas! La Organización Panamericana de la Salud (OPS) también nos recuerda que en toda Latinoamérica, más del 68% de los adultos anda con sobrepeso u obesidad. Somos parte de un problema regional, diay.
Pero no todo está perdido, amigos. Según la doctora Ileana Chiari, tenemos herramientas para proteger nuestras vidas, incluso si ya tenemos estos problemas. Hay tratamientos que ayudan a controlar la glucosa en la sangre, bajar de peso y, lo más importante, cuidar el corazón, los riñones y el cerebro. Ahora el brete es que los doctores receten estos tratamientos y que todos tengamos acceso a ellos.
Así que, señoras y señores, llegó el momento de cambiar el chip. Detectemos los riesgos a tiempo, cambiemos nuestros malos hábitos y busquemos ayuda profesional. ¿Ustedes creen que el Estado debería hacer más para promover estilos de vida saludables y facilitar el acceso a tratamientos cardiovasculares innovadores? ¡Cuéntenme sus opiniones en el foro!
Y eso no es todo, mae. Más de 375 mil personas entre los veinte tacos y los setenta y nueve viven con diabetes. Un 9,8% de la población, ¡idiay! Esto según el Atlas de la Diabetes, que tampoco pinta un panorama muy bonito. Claramente, esto es una vara bien preocupante.
Lo peor es que estas dos plagas, la obesidad y la diabetes, se están llevando el protagonismo como los principales enemigos silenciosos del corazón. Elevaron el riesgo de infartos, golpes y otras tragedias que te dejan viendo estrellitas. No es broma, ¡esto es serio!
Los expertos no se andan con rodeos: la obesidad y la diabetes tipo 2 avanzan sigilosas, y cuando las descubrimos, ¡ya hay daño hecho! Roberto Herrera, un especialista en temas cardiometabólicos, nos puso el dedo encima: “Las personas con diabetes tipo 2 tienen el doble de probabilidades de sufrir problemas en el corazón o un golpe”. ¡A qué susto me dio eso!
¿Y cómo funciona esta vaina, se preguntarán? Pues resulta que el exceso de azúcar en la sangre daña los vasitos sanguíneos y los nervios que cuidan nuestro corazón, haciendo que las arterias se estrenchen. Además, la obesidad va de la mano con otros problemillas como la presión alta, el colesterol alto y la resistencia a la insulina, creando una tormenta perfecta para el corazón.
Estudios recientes también han descubierto que la grasita extra causa una inflamación crónica que lastima directamente al corazón. ¡Qué manera de complicarle las cosas! La Organización Panamericana de la Salud (OPS) también nos recuerda que en toda Latinoamérica, más del 68% de los adultos anda con sobrepeso u obesidad. Somos parte de un problema regional, diay.
Pero no todo está perdido, amigos. Según la doctora Ileana Chiari, tenemos herramientas para proteger nuestras vidas, incluso si ya tenemos estos problemas. Hay tratamientos que ayudan a controlar la glucosa en la sangre, bajar de peso y, lo más importante, cuidar el corazón, los riñones y el cerebro. Ahora el brete es que los doctores receten estos tratamientos y que todos tengamos acceso a ellos.
Así que, señoras y señores, llegó el momento de cambiar el chip. Detectemos los riesgos a tiempo, cambiemos nuestros malos hábitos y busquemos ayuda profesional. ¿Ustedes creen que el Estado debería hacer más para promover estilos de vida saludables y facilitar el acceso a tratamientos cardiovasculares innovadores? ¡Cuéntenme sus opiniones en el foro!