¡Aguántense!, parce, que llegó una movida grande desde el Minae. Parece que nos quieren meter a todos en carros eléctricos para el 2035. Sí, así escucharon, al menos un 20% de los vehículos circulando por nuestras carreteras tendrán que ser eléctricos. La ONU les puso la presión y nuestros gobernantes dijeron “dale, vamos a intentarlo”. Pero ojo, que esto no es tan sencillo como enchufarle un cable a la camioneta.
Lo que pasa es que Costa Rica, con su rolito de ser el país verde de Latinoamérica, tuvo que ponerle cara a la comunidad internacional en la reciente Conferencia de las Partes (COP30). Según dicen, nuestro sector de transporte es el que más está pegando duro al ambiente ahorita, entonces decidieron atacarlo con esta estrategia de electromovilidad. Pablo Bermúdez, el asesor del Minae, lanzó unos datos que no son moco de pavo: quieren que tengamos hasta el 50% de los carros particulares con tecnologías limpias en una década y el 20% del transporte ligero totalmente eléctrico.
Si logramos esta transformación, podríamos ahorrar una buena cantidad de toneladas de dióxido de carbono (CO2). Estamos hablando de casi 1048 gigagramos, ¡eso sí es una diferencia! Imagínense, sería como quitarle la circulación a más de 227 mil carros de combustión. Suena chiva, ¿verdad? Pero la pura verdad es que todavía le falta un buen trago para llegar ahí. Porque, díganlo en voz baja, la cosa no pinta tan fácil.
Y es que aunque la entrada de carros eléctricos ha ido aumentando, eso sí se nota, la directora ejecutiva de Asomove, Silvia Rojas, nos refrescó la memoria diciendo que solo un 17% de los vehículos que entraron este año son de cero emisiones. Eso suena decente, pero cuando pensamos en toda la flota vehicular que andamos rodando por las rutas, el número se pone bastante más bajo. Como decía mi abu, ‘pa’ freír huevos hace falta fuego’. Necesitamos hacer algo con esos carros viejos que siguen echando humo, porque ni modo que solo compren carros nuevos y la basura siga circulando.
Aquí viene el brete más grande, parce. En otros países, cuando venden un carro viejo, el dueño recibe un incentivo para comprar uno nuevo y moderno. Aquí, no. Entran carros nuevos, pero los viejos se quedan dando vueltas como alma que lleva diablo. Por eso, Asomove está insistiendo en que el gobierno cree una política pública de descarte de vehículos. Tiene que haber un plan pa' sacarlos de circulación, sino, el esfuerzo por electrificar la flota se quedará a medias.
Ahora, hablemos de los autobuses. Originalmente, el plan era que para el 2035, el 30% del transporte público fuera eléctrico, incluso con un tren eléctrico funcionando al 100%. Pero ahora, se redujo la meta a solo un 10%, priorizando algunos corredores. ¡Un bajón, derecho! Esto demuestra que quizás la promesa de un futuro cien por ciento eléctrico en el transporte público es más complicada de lo que parece. Dicen que necesitan alrededor de 103 millones de dólares para poder siquiera empezar a cambiar la flota actual, donde apenas hay menos de un 1% de autobuses eléctricos. ¡Una ganga considerando la magnitud del problema!
El Minae dice que para 2030 quiere tener un 10% de los carros particulares funcionando con electricidad. Pero la clave está en la infraestructura, ¿eh? No sirve de nada tener carros eléctricos si no hay suficientes puntos de carga disponibles. Además, necesitamos que la electricidad que usamos para cargar esos carros provenga de fuentes renovables, como el agua y el sol, sino estaríamos simplemente trasladando la contaminación a otro lugar. Más allá de los números y los planes, lo importante es que empecemos a tomar decisiones conscientes como sociedad, tanto a nivel individual como colectivo. Empezar a pensar en movilidad sostenible no es una moda pasajera, es una necesidad urgente.
Entonces, dime tú, ¿crees que Costa Rica realmente podrá alcanzar estas metas de electromovilidad para el 2035? ¿Qué medidas crees que deberían tomarse para acelerar la transición hacia un sistema de transporte más limpio y sostenible? ¿O te parece que esto es otra campaña publicitaria más que no va a llevar a ningún lado? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios!
Lo que pasa es que Costa Rica, con su rolito de ser el país verde de Latinoamérica, tuvo que ponerle cara a la comunidad internacional en la reciente Conferencia de las Partes (COP30). Según dicen, nuestro sector de transporte es el que más está pegando duro al ambiente ahorita, entonces decidieron atacarlo con esta estrategia de electromovilidad. Pablo Bermúdez, el asesor del Minae, lanzó unos datos que no son moco de pavo: quieren que tengamos hasta el 50% de los carros particulares con tecnologías limpias en una década y el 20% del transporte ligero totalmente eléctrico.
Si logramos esta transformación, podríamos ahorrar una buena cantidad de toneladas de dióxido de carbono (CO2). Estamos hablando de casi 1048 gigagramos, ¡eso sí es una diferencia! Imagínense, sería como quitarle la circulación a más de 227 mil carros de combustión. Suena chiva, ¿verdad? Pero la pura verdad es que todavía le falta un buen trago para llegar ahí. Porque, díganlo en voz baja, la cosa no pinta tan fácil.
Y es que aunque la entrada de carros eléctricos ha ido aumentando, eso sí se nota, la directora ejecutiva de Asomove, Silvia Rojas, nos refrescó la memoria diciendo que solo un 17% de los vehículos que entraron este año son de cero emisiones. Eso suena decente, pero cuando pensamos en toda la flota vehicular que andamos rodando por las rutas, el número se pone bastante más bajo. Como decía mi abu, ‘pa’ freír huevos hace falta fuego’. Necesitamos hacer algo con esos carros viejos que siguen echando humo, porque ni modo que solo compren carros nuevos y la basura siga circulando.
Aquí viene el brete más grande, parce. En otros países, cuando venden un carro viejo, el dueño recibe un incentivo para comprar uno nuevo y moderno. Aquí, no. Entran carros nuevos, pero los viejos se quedan dando vueltas como alma que lleva diablo. Por eso, Asomove está insistiendo en que el gobierno cree una política pública de descarte de vehículos. Tiene que haber un plan pa' sacarlos de circulación, sino, el esfuerzo por electrificar la flota se quedará a medias.
Ahora, hablemos de los autobuses. Originalmente, el plan era que para el 2035, el 30% del transporte público fuera eléctrico, incluso con un tren eléctrico funcionando al 100%. Pero ahora, se redujo la meta a solo un 10%, priorizando algunos corredores. ¡Un bajón, derecho! Esto demuestra que quizás la promesa de un futuro cien por ciento eléctrico en el transporte público es más complicada de lo que parece. Dicen que necesitan alrededor de 103 millones de dólares para poder siquiera empezar a cambiar la flota actual, donde apenas hay menos de un 1% de autobuses eléctricos. ¡Una ganga considerando la magnitud del problema!
El Minae dice que para 2030 quiere tener un 10% de los carros particulares funcionando con electricidad. Pero la clave está en la infraestructura, ¿eh? No sirve de nada tener carros eléctricos si no hay suficientes puntos de carga disponibles. Además, necesitamos que la electricidad que usamos para cargar esos carros provenga de fuentes renovables, como el agua y el sol, sino estaríamos simplemente trasladando la contaminación a otro lugar. Más allá de los números y los planes, lo importante es que empecemos a tomar decisiones conscientes como sociedad, tanto a nivel individual como colectivo. Empezar a pensar en movilidad sostenible no es una moda pasajera, es una necesidad urgente.
Entonces, dime tú, ¿crees que Costa Rica realmente podrá alcanzar estas metas de electromovilidad para el 2035? ¿Qué medidas crees que deberían tomarse para acelerar la transición hacia un sistema de transporte más limpio y sostenible? ¿O te parece que esto es otra campaña publicitaria más que no va a llevar a ningún lado? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios!