¡Aguante, pura vida! Parece que el país le pegó un buen empujón a la competitividad en 2025, según el Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC). Subió de 54.5 a 56.2, lo que suena medio decente a primera vista. Pero, ¡ojo!, que esto no significa que nos compremos un gallito y bailemos en la calle, porque la cosa es más complicada que hacer un café chorreado en medio de una tormenta.
El Índice de Competitividad Nacional (ICN), que ya lleva unos cuantos años midiendo cómo nos va en varios aspectos –desde nuestras instituciones hasta el acceso al internet–, nos muestra que este respingo es más bien un ajuste temporal. Un maquinazo, vamos. Está impulsado casi en su totalidad por las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Imaginen, ¡el 73% del avance viene de eso! Claramente estamos conectados, pero eso no soluciona todos nuestros problemas, ¿verdad?
El reporte del CPC analiza seis pilares fundamentales: instituciones, infraestructura, adopción de TIC, salud, habilidades y competencias, y dinamismo de mercados. Lo que se pone feo es que, si bien avanzamos en algunas cosas, vamos retrasándonos en otras esenciales. Por ejemplo, la salud está dando patadas al aire, la seguridad ciudadana sigue siendo un brete y la educación… bueno, digamos que todavía tenemos mucho que mejorar. ¡Ay, Dios mío!
Y hablando de educación, aunque la cobertura en todos los niveles es casi completa, el logro educativo de la gente adulta deja bastante que desear. Esto nos dice que no basta con meterlos en la escuela, también necesitamos asegurarnos de que realmente aprendan algo útil. Porque luego salen pensando que saber TikTok es lo mismo que tener un título universitario, ¡y ahí nos queremos morir!
Ahora sí, hablemos claro: la infraestructura, si bien ha mejorado gracias al acceso a servicios básicos como agua y luz, todavía hay cantones quedándose atrás, especialmente en las zonas costeras. ¡Parece mentira que en pleno siglo XXI haya lugares donde la gente tenga que cargar agua desde el río! Y la gestión de los gobiernos locales... ¡ufff! A veces parece que andan caminando en círculos y no saben dónde tienen los pies.
Lo positivo es que el pilar de habilidades y competencias también tuvo un avance, gracias a las mejoras en ciencia y tecnología y a la inversión en educación por estudiante. Pero cuidado con celebrarlo demasiado, porque la calidad del sistema educativo sigue siendo una vara alta que debemos alcanzar. Necesitamos evaluar bien a nuestros estudiantes y ajustarnos, ¡ya basta de andar cambiando de criterio cada dos por tres!
El dinamismo de mercados sigue siendo un problema. Demasiado negocio concentrado en la GAM (Gran Área Metropolitana), dejando a muchas zonas del país olvidadas. Eso no es justo ni sostenible a largo plazo. Y la volatilidad del servicio eléctrico tampoco ayuda. ¡Un apagón inesperado puede arruinarle el día a cualquiera!
Entonces, ¿qué podemos concluir de todo esto? Que hemos dado un paso adelante, sí, pero que todavía nos queda un camino larguísimo por recorrer. No nos duerman las flores con este pequeño avance. Tenemos que seguir trabajando duro para fortalecer nuestra economía, mejorar la calidad de vida de todos los costarricenses y construir un futuro más próspero y equitativo. ¿Ustedes creen que el gobierno debería priorizar la inversión en seguridad ciudadana o en mejorar el sistema educativo para impulsar realmente la competitividad a largo plazo? ¡Den su opinión en el foro!
El Índice de Competitividad Nacional (ICN), que ya lleva unos cuantos años midiendo cómo nos va en varios aspectos –desde nuestras instituciones hasta el acceso al internet–, nos muestra que este respingo es más bien un ajuste temporal. Un maquinazo, vamos. Está impulsado casi en su totalidad por las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Imaginen, ¡el 73% del avance viene de eso! Claramente estamos conectados, pero eso no soluciona todos nuestros problemas, ¿verdad?
El reporte del CPC analiza seis pilares fundamentales: instituciones, infraestructura, adopción de TIC, salud, habilidades y competencias, y dinamismo de mercados. Lo que se pone feo es que, si bien avanzamos en algunas cosas, vamos retrasándonos en otras esenciales. Por ejemplo, la salud está dando patadas al aire, la seguridad ciudadana sigue siendo un brete y la educación… bueno, digamos que todavía tenemos mucho que mejorar. ¡Ay, Dios mío!
Y hablando de educación, aunque la cobertura en todos los niveles es casi completa, el logro educativo de la gente adulta deja bastante que desear. Esto nos dice que no basta con meterlos en la escuela, también necesitamos asegurarnos de que realmente aprendan algo útil. Porque luego salen pensando que saber TikTok es lo mismo que tener un título universitario, ¡y ahí nos queremos morir!
Ahora sí, hablemos claro: la infraestructura, si bien ha mejorado gracias al acceso a servicios básicos como agua y luz, todavía hay cantones quedándose atrás, especialmente en las zonas costeras. ¡Parece mentira que en pleno siglo XXI haya lugares donde la gente tenga que cargar agua desde el río! Y la gestión de los gobiernos locales... ¡ufff! A veces parece que andan caminando en círculos y no saben dónde tienen los pies.
Lo positivo es que el pilar de habilidades y competencias también tuvo un avance, gracias a las mejoras en ciencia y tecnología y a la inversión en educación por estudiante. Pero cuidado con celebrarlo demasiado, porque la calidad del sistema educativo sigue siendo una vara alta que debemos alcanzar. Necesitamos evaluar bien a nuestros estudiantes y ajustarnos, ¡ya basta de andar cambiando de criterio cada dos por tres!
El dinamismo de mercados sigue siendo un problema. Demasiado negocio concentrado en la GAM (Gran Área Metropolitana), dejando a muchas zonas del país olvidadas. Eso no es justo ni sostenible a largo plazo. Y la volatilidad del servicio eléctrico tampoco ayuda. ¡Un apagón inesperado puede arruinarle el día a cualquiera!
Entonces, ¿qué podemos concluir de todo esto? Que hemos dado un paso adelante, sí, pero que todavía nos queda un camino larguísimo por recorrer. No nos duerman las flores con este pequeño avance. Tenemos que seguir trabajando duro para fortalecer nuestra economía, mejorar la calidad de vida de todos los costarricenses y construir un futuro más próspero y equitativo. ¿Ustedes creen que el gobierno debería priorizar la inversión en seguridad ciudadana o en mejorar el sistema educativo para impulsar realmente la competitividad a largo plazo? ¡Den su opinión en el foro!