¡Patria linda! Este 7 de noviembre, cuando vamos rifándole al año, nos toca celebrar dos cositas bien importantes que nos hacen ser quiénes somos: el cumpleaños de la Fuerza Pública y la fecha en que nos dimos una constitución que, aunque necesita algunos brochazos, sigue siendo la base de cómo vivimos nosotros los ticos. Son 76 años de apostarle a la paz, a la seguridad y a que todos podamos vivir tranquilos, sin necesidad de tener un ejército que ande causando problemas.
Y pa’ entenderle a esto, hay que recordar que hace casi un siglo, decidimos mandarnos luces y abolir el ejército. Muchos pensaban que íbamos a quedar indefensos, pero bueno, hicimos un modelito diferente, uno donde la seguridad estaba en manos de gente preparada, disciplinada y comprometida con defender nuestros derechos. Así nació la Fuerza Pública, una institución civil, lejos de esas cosas de guerra, enfocada en servirnos y protegernos a los ciudadanos, cuidando que todos tengamos la libertad de hacer lo que queramos dentro de la ley, claro.
La Fuerza Pública no anda buscando pelea ni empuñando fusiles, sino resolviendo problemas con inteligencia, honestidad y, sobre todo, mucho respeto por la gente. Ellos son herederos de esa idea pura que tenemos nosotros los ticos: que la paz no se consigue echándole encima a nadie, sino construyéndola con justicia, con cariño y dándole importancia a todos. Por eso, cada vez que pasa el 7 de noviembre, no solo recordamos cómo empezó todo, sino que también le volvemos a echar ganas, porque son miles los que se esfuerzan día y noche para que estemos seguros en nuestras casas, en la calle, en todos lados.
Pero no todo es festejo, tampoco olvidemos a esos héroes y heroínas que dieron lo máximo por nuestra querida Costa Rica, aquellos que con valentía enfrentaron situaciones difíciles y, lamentablemente, ya no están entre nosotros. Hombres y mujeres que hasta su último aliento demostraron su amor por la patria y nos dejaron un legado invaluable de sacrificio y entrega. Un aplauso para ellos, diay, qué pena haberlos perdido, pero su memoria siempre vivirá en nuestros corazones.
Y hablando de momentos históricos, ese mismo día de 1949, nuestros diputados se pusieron a trabajar y nos regalaron la Constitución Política que rige hasta hoy. En ese documento clave se plasmaron valores como la justicia social, la libertad de expresión y el respeto por la dignidad de cada ser humano, formando las bases de nuestro sistema democrático. ¡Un documento que nos une como sociedad!
Esta Constitución es como un contrato sagrado entre todos nosotros. Nos dice cómo deben actuar nuestras leyes, protege nuestros derechos y nos asegura que todos tengamos oportunidades en la vida. Es la brújula que nos indica el camino hacia una sociedad más justa, equitativa y próspera. Como abogados y abogadas, sabemos bien lo importante que es defenderla y fortalecerla, porque es el escudo que nos protege de cualquier amenaza contra nuestra libertad y nuestra democracia.
Desde el Colegio de Abogados y Abogadas, les decimos que estamos orgullosos de ser parte de este país sin ejército, pero con una Fuerza Pública que da muestra de estar a la altura de los desafíos. Un país sin guerras, pero con una constitución que nos garantiza nuestras libertades. Un país que no le teme a nada, pero que sí tiene el valor de seguir luchando por la justicia y la igualdad cada día que pasa. Que esta celebración nos sirva de inspiración para seguir poniendo el corazón en la construcción de un futuro mejor para todos los costarricenses. A defender con uñas y dientes lo que nos hace únicos y libres.
En fin, son 76 años de un modelo que ha dado frutos, pero que también necesita constante mejora. ¿Ustedes creen que la Fuerza Pública está recibiendo el apoyo suficiente para enfrentar los retos actuales de la inseguridad? ¿Será que necesitamos revisar aspectos de nuestra Constitución para adaptarla a los tiempos modernos y asegurar que siga protegiendo los derechos de todas y todos los costarricenses?
Y pa’ entenderle a esto, hay que recordar que hace casi un siglo, decidimos mandarnos luces y abolir el ejército. Muchos pensaban que íbamos a quedar indefensos, pero bueno, hicimos un modelito diferente, uno donde la seguridad estaba en manos de gente preparada, disciplinada y comprometida con defender nuestros derechos. Así nació la Fuerza Pública, una institución civil, lejos de esas cosas de guerra, enfocada en servirnos y protegernos a los ciudadanos, cuidando que todos tengamos la libertad de hacer lo que queramos dentro de la ley, claro.
La Fuerza Pública no anda buscando pelea ni empuñando fusiles, sino resolviendo problemas con inteligencia, honestidad y, sobre todo, mucho respeto por la gente. Ellos son herederos de esa idea pura que tenemos nosotros los ticos: que la paz no se consigue echándole encima a nadie, sino construyéndola con justicia, con cariño y dándole importancia a todos. Por eso, cada vez que pasa el 7 de noviembre, no solo recordamos cómo empezó todo, sino que también le volvemos a echar ganas, porque son miles los que se esfuerzan día y noche para que estemos seguros en nuestras casas, en la calle, en todos lados.
Pero no todo es festejo, tampoco olvidemos a esos héroes y heroínas que dieron lo máximo por nuestra querida Costa Rica, aquellos que con valentía enfrentaron situaciones difíciles y, lamentablemente, ya no están entre nosotros. Hombres y mujeres que hasta su último aliento demostraron su amor por la patria y nos dejaron un legado invaluable de sacrificio y entrega. Un aplauso para ellos, diay, qué pena haberlos perdido, pero su memoria siempre vivirá en nuestros corazones.
Y hablando de momentos históricos, ese mismo día de 1949, nuestros diputados se pusieron a trabajar y nos regalaron la Constitución Política que rige hasta hoy. En ese documento clave se plasmaron valores como la justicia social, la libertad de expresión y el respeto por la dignidad de cada ser humano, formando las bases de nuestro sistema democrático. ¡Un documento que nos une como sociedad!
Esta Constitución es como un contrato sagrado entre todos nosotros. Nos dice cómo deben actuar nuestras leyes, protege nuestros derechos y nos asegura que todos tengamos oportunidades en la vida. Es la brújula que nos indica el camino hacia una sociedad más justa, equitativa y próspera. Como abogados y abogadas, sabemos bien lo importante que es defenderla y fortalecerla, porque es el escudo que nos protege de cualquier amenaza contra nuestra libertad y nuestra democracia.
Desde el Colegio de Abogados y Abogadas, les decimos que estamos orgullosos de ser parte de este país sin ejército, pero con una Fuerza Pública que da muestra de estar a la altura de los desafíos. Un país sin guerras, pero con una constitución que nos garantiza nuestras libertades. Un país que no le teme a nada, pero que sí tiene el valor de seguir luchando por la justicia y la igualdad cada día que pasa. Que esta celebración nos sirva de inspiración para seguir poniendo el corazón en la construcción de un futuro mejor para todos los costarricenses. A defender con uñas y dientes lo que nos hace únicos y libres.
En fin, son 76 años de un modelo que ha dado frutos, pero que también necesita constante mejora. ¿Ustedes creen que la Fuerza Pública está recibiendo el apoyo suficiente para enfrentar los retos actuales de la inseguridad? ¿Será que necesitamos revisar aspectos de nuestra Constitución para adaptarla a los tiempos modernos y asegurar que siga protegiendo los derechos de todas y todos los costarricenses?
