¡Ay, Dios mío! Aquí estamos otra vez, hablando de lo mismo. La Defensoría de los Habitantes soltó la bomba: Costa Rica sigue dando vueltas en círculos en la lucha contra la corrupción. Ya ni nos sorprende, pero la verdad, da un chin de pena ver cómo nos vamos para atrás mientras otros países avanzan a toda máquina.
Parece mentira que llevemos años escuchando discursos bonitos sobre transparencia y ética pública, pero los hechos hablan por sí solos. La corrupción ya es como esa mosca molesta que no te deja dormir; siempre ahí, fastidiando, echando a perder todo. Y lo peor es que pega directamente a la gente humilde, a los que menos tienen, ¿entienden?
Según la Defensoría, la gran falla es que no tenemos una Política Nacional de Integridad y Combate a la Corrupción. En otras palabras, no hay un mapa claro de dónde ir y qué hacer. Cada institución se mueve a su rollo, sin coordinación alguna, y así, ¿cómo queremos ganar esta pelea? Es como si quisiéramos apagar un incendio con un vaso de agua.
Y no es que no hemos intentado hacer cosas. Recuerdo aquella famosa ENIPC, la Estrategia Nacional de Integridad y Prevención de la Corrupción, que parecía prometedora. Pero resulta que la desmantelaron, “de facto” dicen ellos. Desmantelaron, chunche, como si fuera un juguete viejo. Eso demuestra lo poco que le importa el tema a algunos.
El Ministerio de Justicia, recién, prometió tener la política lista antes de que termine este gobierno. ¡Ajá! Ya saben cómo andan esas promesas... Dicen que tienen borradores, que todavía les falta mucho. Uno se queda pensando: ¿será que realmente quieren resolver esto o solo están comprando tiempo?
Las estadísticas no mienten. Según Transparencia Internacional, Costa Rica apenas llegó a 58 puntos de 100 en el Índice de Percepción de la Corrupción. Estamos muy por debajo de Uruguay, que va a toda marcha con 76 puntos, y también por debajo del promedio de los países de la OCDE, que tienen unos 65 puntos. ¡Qué parada!
Y no es solo el gobierno el que tiene la culpa. También faltan la participación de las organizaciones de la sociedad civil, de las cámaras empresariales, de los académicos… Todos deberíamos estar metiendo mano, vigilando, exigiendo resultados. Pero parece que muchos prefieren mirar hacia otro lado, porque les da pereza o porque están cómplices, quién sabe.
Ahora bien, la pregunta que me quiero hacer a ustedes, mis queridos lectores del Foro, es la siguiente: ¿creen que este nuevo intento por crear una política anticorrupción tendrá éxito, o será como tantas otras iniciativas que terminan en el olvido? ¿Qué medidas creen que deberían tomarse para combatir la corrupción de forma efectiva y duradera en Costa Rica?
Parece mentira que llevemos años escuchando discursos bonitos sobre transparencia y ética pública, pero los hechos hablan por sí solos. La corrupción ya es como esa mosca molesta que no te deja dormir; siempre ahí, fastidiando, echando a perder todo. Y lo peor es que pega directamente a la gente humilde, a los que menos tienen, ¿entienden?
Según la Defensoría, la gran falla es que no tenemos una Política Nacional de Integridad y Combate a la Corrupción. En otras palabras, no hay un mapa claro de dónde ir y qué hacer. Cada institución se mueve a su rollo, sin coordinación alguna, y así, ¿cómo queremos ganar esta pelea? Es como si quisiéramos apagar un incendio con un vaso de agua.
Y no es que no hemos intentado hacer cosas. Recuerdo aquella famosa ENIPC, la Estrategia Nacional de Integridad y Prevención de la Corrupción, que parecía prometedora. Pero resulta que la desmantelaron, “de facto” dicen ellos. Desmantelaron, chunche, como si fuera un juguete viejo. Eso demuestra lo poco que le importa el tema a algunos.
El Ministerio de Justicia, recién, prometió tener la política lista antes de que termine este gobierno. ¡Ajá! Ya saben cómo andan esas promesas... Dicen que tienen borradores, que todavía les falta mucho. Uno se queda pensando: ¿será que realmente quieren resolver esto o solo están comprando tiempo?
Las estadísticas no mienten. Según Transparencia Internacional, Costa Rica apenas llegó a 58 puntos de 100 en el Índice de Percepción de la Corrupción. Estamos muy por debajo de Uruguay, que va a toda marcha con 76 puntos, y también por debajo del promedio de los países de la OCDE, que tienen unos 65 puntos. ¡Qué parada!
Y no es solo el gobierno el que tiene la culpa. También faltan la participación de las organizaciones de la sociedad civil, de las cámaras empresariales, de los académicos… Todos deberíamos estar metiendo mano, vigilando, exigiendo resultados. Pero parece que muchos prefieren mirar hacia otro lado, porque les da pereza o porque están cómplices, quién sabe.
Ahora bien, la pregunta que me quiero hacer a ustedes, mis queridos lectores del Foro, es la siguiente: ¿creen que este nuevo intento por crear una política anticorrupción tendrá éxito, o será como tantas otras iniciativas que terminan en el olvido? ¿Qué medidas creen que deberían tomarse para combatir la corrupción de forma efectiva y duradera en Costa Rica?
