¡Ay, qué torta! Otra vez nos quedamos sin ir al Mundial. Después del duro golpe de perder la clasificación ante Nueva Zelanda, la nostalgia nos invade y empezamos a preguntarnos: ¿cómo era Costa Rica la última vez que nos tocó ver el mundial desde la tele?
Si le damos una vuelta atrás, vamos a 2009. Una época diferente, un país en otra onda. Aunque hoy en día nos quejamos de todo, hay que reconocer que muchas cosas han cambiado –para bien, ojo– desde aquel entonces. Piensa en la infraestructura, en cómo se manejaba internet, en los carros que circulaban… ¡una chimba comparar!
Para ponerle orden a la cosa, hicimos una investigación rapidito y te traemos 15 cositas que eran diferentes allá por esos tiempos. Empezando por lo básico: el precio del café. En 2009, un kilo de grano estaba alrededor de los $3.50. Hoy, dependiendo de la calidad, puede pasar fácilmente de los $8. Y ni hablemos del litro de gasolina súper, que costaba casi la mitad de lo que cuesta ahorita, ¡diay! Así que mientras lloramos por no estar en Qatar, recordemos que nuestro bolsillo también ha sufrido.
Otro dato curioso: el smartphone todavía era un lujo. Muchos usábamos celulares básicos o los primeros modelos de Blackberry. WhatsApp ni existía, así que si querías hablar con alguien tenía que hacer una llamada o mandar un mensaje de texto, que salía baratito (en comparación con los planes ilimitados de ahora). Las redes sociales estaban en pañales; Facebook empezaba a pegar, pero Instagram y TikTok eran pura ciencia ficción.
En cuanto al fútbol, las cosas también estaban bastante distintas. Ricardo La Volpe estaba al mando de la Selección, y aunque tuvo algunos momentos brillantes, la verdad es que tampoco logró darnos la clasificación. La figura de Keylor Navas comenzaba a emerger, pero aún no era el ídolo absoluto que es hoy. Había otros jugadores importantes, como Álvaro Saborio y Michael Rangel, pero la generación actual, liderada por Navas, Bryan Ruiz y compañía, ha marcado una era.
Las carreteras también eran otras. Aunque siempre hemos tenido problemas de tráfico, algunas autopistas aún estaban en construcción. El Juan Santamaría era menos caótico que ahora, y viajar a Liberia o Jacó tomaba un poquito más de tiempo. Además, la oferta turística era más limitada; no teníamos tantos hoteles boutique ni Airbnb como ahora. Lo bueno es que el turismo ha crecido, generando empleos y dinamizando la economía. Pero vaya, a veces me pregunto si tanta gente en el país no contribuye al estrés diario...
Volviendo al tema del fútbol, es importante destacar que la diferencia entre las selecciones grandes y nosotros no es tan abismal. Hemos demostrado tener talento, pero la consistencia y la preparación táctica a veces nos fallan. Además, el nivel competitivo ha aumentado muchísimo a nivel mundial; ya no alcanza con tener a un par de cracks individuales. Se necesita un trabajo colectivo y una mentalidad ganadora que, a veces, parece faltarle a nuestros muchachos. Ahora tenemos a Gustavo Alfaro tratando de enderezar el rumbo, pero la tarea es complicada y requiere paciencia y apoyo.
En fin, la ausencia del Mundial nos deja un sabor amargo, pero también nos invita a reflexionar sobre cómo ha cambiado nuestra querida Costa Rica y qué debemos hacer para mejorar nuestro fútbol. ¿Creen ustedes que estamos enfocados en desarrollar el fútbol base o seguimos apostando a figuras individuales para intentar darle una alegría al país? ¿Será posible construir una selección competitiva a largo plazo, o seguiremos siendo “el gran rezagado” que sueña con llegar a las instancias finales de un Mundial algún día?
Si le damos una vuelta atrás, vamos a 2009. Una época diferente, un país en otra onda. Aunque hoy en día nos quejamos de todo, hay que reconocer que muchas cosas han cambiado –para bien, ojo– desde aquel entonces. Piensa en la infraestructura, en cómo se manejaba internet, en los carros que circulaban… ¡una chimba comparar!
Para ponerle orden a la cosa, hicimos una investigación rapidito y te traemos 15 cositas que eran diferentes allá por esos tiempos. Empezando por lo básico: el precio del café. En 2009, un kilo de grano estaba alrededor de los $3.50. Hoy, dependiendo de la calidad, puede pasar fácilmente de los $8. Y ni hablemos del litro de gasolina súper, que costaba casi la mitad de lo que cuesta ahorita, ¡diay! Así que mientras lloramos por no estar en Qatar, recordemos que nuestro bolsillo también ha sufrido.
Otro dato curioso: el smartphone todavía era un lujo. Muchos usábamos celulares básicos o los primeros modelos de Blackberry. WhatsApp ni existía, así que si querías hablar con alguien tenía que hacer una llamada o mandar un mensaje de texto, que salía baratito (en comparación con los planes ilimitados de ahora). Las redes sociales estaban en pañales; Facebook empezaba a pegar, pero Instagram y TikTok eran pura ciencia ficción.
En cuanto al fútbol, las cosas también estaban bastante distintas. Ricardo La Volpe estaba al mando de la Selección, y aunque tuvo algunos momentos brillantes, la verdad es que tampoco logró darnos la clasificación. La figura de Keylor Navas comenzaba a emerger, pero aún no era el ídolo absoluto que es hoy. Había otros jugadores importantes, como Álvaro Saborio y Michael Rangel, pero la generación actual, liderada por Navas, Bryan Ruiz y compañía, ha marcado una era.
Las carreteras también eran otras. Aunque siempre hemos tenido problemas de tráfico, algunas autopistas aún estaban en construcción. El Juan Santamaría era menos caótico que ahora, y viajar a Liberia o Jacó tomaba un poquito más de tiempo. Además, la oferta turística era más limitada; no teníamos tantos hoteles boutique ni Airbnb como ahora. Lo bueno es que el turismo ha crecido, generando empleos y dinamizando la economía. Pero vaya, a veces me pregunto si tanta gente en el país no contribuye al estrés diario...
Volviendo al tema del fútbol, es importante destacar que la diferencia entre las selecciones grandes y nosotros no es tan abismal. Hemos demostrado tener talento, pero la consistencia y la preparación táctica a veces nos fallan. Además, el nivel competitivo ha aumentado muchísimo a nivel mundial; ya no alcanza con tener a un par de cracks individuales. Se necesita un trabajo colectivo y una mentalidad ganadora que, a veces, parece faltarle a nuestros muchachos. Ahora tenemos a Gustavo Alfaro tratando de enderezar el rumbo, pero la tarea es complicada y requiere paciencia y apoyo.
En fin, la ausencia del Mundial nos deja un sabor amargo, pero también nos invita a reflexionar sobre cómo ha cambiado nuestra querida Costa Rica y qué debemos hacer para mejorar nuestro fútbol. ¿Creen ustedes que estamos enfocados en desarrollar el fútbol base o seguimos apostando a figuras individuales para intentar darle una alegría al país? ¿Será posible construir una selección competitiva a largo plazo, o seguiremos siendo “el gran rezagado” que sueña con llegar a las instancias finales de un Mundial algún día?
