¡Ay, Dios mío! El caso Creighton, ese que nos dejó a todos con el corazón en la boca allá por el 2018, ha resucitado. Sí, señores, después de siete largos años, la justicia parece estar volviendo a moverle el chunche a este asunto que sacudió hasta los cimientos del país. Parece que los tribunales van a tener que desempolvar el expediente y darle otra calada.
Para los que no lo recuerden, William Creighton, un empresario gringo que vivía acá, desapareció en septiembre de 2018. Al poco tiempo, salió la noticia de que lo habían secuestrado y exigían un rescate millonario, ¡una torta! Pedían cinco millones de dólares o su equivalente en bitcoins, ¡imagínate el diay!
Lo increíble es que la familia, desesperada, juntó los billetes, bueno, los bitcoins en realidad, y les pasaron casi un millón de dólares en criptomonedas. Tres billeteras virtuales recibieron $178 mil, $676 mil y $102 mil, lo que equivale a 148 bitcoins, si mis cuentas no me fallan. Pero, ¡qué sal! Poco después, encontraron el cuerpo de Creighton en un cementerio de Quepos. Un final dantesco, vamos.
En 2019, la policía, con ayuda de nuestros primos españoles, logró pillar a la banda. Se movieron rápido, porque esos correosos ya estaban pensando en irse pa’ Europa a repartirse el botín. A ver si ahora sí le agarran bien a la mara, porque la primera vez dejaron algunas cabezas sueltas, y eso nadie quiere.
En 2022, nueve personas recibieron condenas por este crimen. Pero ojo, que esto no termina ahí. Ahora, el caso vuelve a los tribunales con tres imputados nuevos: una mujer llamada Aguirre, acusada de secuestro extorsivo con resultado de muerte, y dos hombres, Morales y Molina, también por secuestro extorsivo y, encima, por legitimación de capitales. ¡Esto está más que cargao!
La fiscalía va a intentar demostrar que estos tres estaban metidos hasta el cuello en el plan delictivo. Dicen que los bitcoins llegaron a esas tres billeteras y que luego se repartieron entre ellos. La verdad es que el Ministerio Público tiene que hacer bien su brete para convencer al juez de que estos mae's tuvieron participación directa en el secuestro y la muerte de Creighton.
Aguirre ya había participado en el juicio anterior, así que conoce bien la rosca. En cambio, Morales y Molina nunca fueron imputados antes, porque cuando se presentaron los cargos iniciales, todavía no los habían vinculado con el caso. A ver qué pruebas saca la fiscalía para demostrar que eran parte integral de esta operación tan macabra.
Bueno, mi gente, con todo este revuelo legal, me pregunto… ¿Creen que esta segunda vuelta en los tribunales traerá a la luz verdades que quedaron ocultas en el primer juicio? ¿Será que finalmente justicearemos la memoria de William Creighton o seguiremos viendo cómo este caso se arrastra por los suelos?
Para los que no lo recuerden, William Creighton, un empresario gringo que vivía acá, desapareció en septiembre de 2018. Al poco tiempo, salió la noticia de que lo habían secuestrado y exigían un rescate millonario, ¡una torta! Pedían cinco millones de dólares o su equivalente en bitcoins, ¡imagínate el diay!
Lo increíble es que la familia, desesperada, juntó los billetes, bueno, los bitcoins en realidad, y les pasaron casi un millón de dólares en criptomonedas. Tres billeteras virtuales recibieron $178 mil, $676 mil y $102 mil, lo que equivale a 148 bitcoins, si mis cuentas no me fallan. Pero, ¡qué sal! Poco después, encontraron el cuerpo de Creighton en un cementerio de Quepos. Un final dantesco, vamos.
En 2019, la policía, con ayuda de nuestros primos españoles, logró pillar a la banda. Se movieron rápido, porque esos correosos ya estaban pensando en irse pa’ Europa a repartirse el botín. A ver si ahora sí le agarran bien a la mara, porque la primera vez dejaron algunas cabezas sueltas, y eso nadie quiere.
En 2022, nueve personas recibieron condenas por este crimen. Pero ojo, que esto no termina ahí. Ahora, el caso vuelve a los tribunales con tres imputados nuevos: una mujer llamada Aguirre, acusada de secuestro extorsivo con resultado de muerte, y dos hombres, Morales y Molina, también por secuestro extorsivo y, encima, por legitimación de capitales. ¡Esto está más que cargao!
La fiscalía va a intentar demostrar que estos tres estaban metidos hasta el cuello en el plan delictivo. Dicen que los bitcoins llegaron a esas tres billeteras y que luego se repartieron entre ellos. La verdad es que el Ministerio Público tiene que hacer bien su brete para convencer al juez de que estos mae's tuvieron participación directa en el secuestro y la muerte de Creighton.
Aguirre ya había participado en el juicio anterior, así que conoce bien la rosca. En cambio, Morales y Molina nunca fueron imputados antes, porque cuando se presentaron los cargos iniciales, todavía no los habían vinculado con el caso. A ver qué pruebas saca la fiscalía para demostrar que eran parte integral de esta operación tan macabra.
Bueno, mi gente, con todo este revuelo legal, me pregunto… ¿Creen que esta segunda vuelta en los tribunales traerá a la luz verdades que quedaron ocultas en el primer juicio? ¿Será que finalmente justicearemos la memoria de William Creighton o seguiremos viendo cómo este caso se arrastra por los suelos?