Maes, ¿se acuerdan de esa noticia bonita de que el ICE iba a bajar un poquito el recibo de la luz para el 2026? Bueno, agarren silla, porque parece que ese plan se fue al traste de la forma más tica posible: con un enredo monumental. Resulta que mientras por un lado nos endulzaban el oído con una rebaja, por otro lado, le estaban pidiendo a la Aresep un aumento en toda la línea. ¡Qué torta! Es el clásico ejemplo de que una mano no sabe lo que está haciendo la otra, o peor aún, sí lo sabe y la que pierde es la nuestra.
Vamos a desmenuzar esta vara, porque tiene su ciencia. El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) salió muy campante a decir que proyectaba una rebaja de un 2.3% en los recibos. Esto, en plata blanca, eran como ¢300 en un consumo promedio de ¢17.000. O sea, ni para el fresco del almuerzo, pero bueno, una rebaja es una rebaja, ¿cierto? El problema es que, casi al mismo tiempo, el ICE le mandó a la Aresep la solicitud tarifaria oficial, y ¡sorpresa! No solo no pedía una rebaja, sino que solicitaba un aumento en todos los componentes: Generación, Transmisión, Distribución y hasta Alumbrado Público. O sea, se jalaron una torta de comunicación que nos deja a todos con cara de pregunta.
Y para ponerle más leña al fuego, entra en escena la Aresep. Antes de todo este despiche, ellos habían salido con un pronóstico todavía más optimista. Gracias a que se estaba usando menos combustible fósil para generar energía (lo cual es una excelente noticia, por cierto), la Aresep calculaba que se podía dar una rebaja de hasta un 13%. ¡Un 13 por ciento! Imagínense esa maravilla en el recibo. Pero diay, ese sueño se desvaneció rapidito. El propio intendente de Energía, Mario Mora, tuvo que salir a apagar el incendio y aclarar que lo que recibieron del ICE no fue una solicitud de rebaja, sino todo lo contrario, y que ahora les toca hacer un estudio detallado para ver qué procede con esos aumentos.
La verdad es que esto frustra, y mucho. Uno ya no sabe a quién creerle. ¿Fue un error de cálculo del ICE? ¿Una estrategia para manejar las expectativas? ¿O simplemente un desorden administrativo de los que ya estamos acostumbrados? Lo que queda claro es que la única certeza es la incertidumbre. Pasamos de celebrar una posible rebaja del 13% (la tuanis, la de Aresep), a conformarnos con una de ¢300 (la del ICE), para terminar enterándonos de que lo más probable es que nos claven un aumento. ¡Qué sal la nuestra! En un momento donde cada colón cuenta y el costo de la vida no para de subir, estas noticias caen como un baldazo de agua fría.
Al final del día, los que quedamos en el medio somos nosotros, los que pagamos el recibo mes a mes. Este tipo de contradicciones entre instituciones que deberían trabajar por el bien del país lo que hacen es minar la confianza. Ya uno no sabe si alegrarse con un anuncio o esperar la letra pequeña. La comunicación transparente debería ser la norma, no la excepción. Y ahora la pelota queda en la cancha de la Aresep, que tiene el brete de analizar con lupa las cifras del ICE y definir cuánto nos va a costar encender el bombillo en 2026. Esperemos que pongan los intereses de la gente primero.
Maes, más allá del enojo, ¿ustedes qué creen que es esto? ¿Pura incompetencia y un despiche de comunicación, o de verdad nos están tratando de meter un golazo con los recibos? ¿De quién es la torta al final?
Vamos a desmenuzar esta vara, porque tiene su ciencia. El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) salió muy campante a decir que proyectaba una rebaja de un 2.3% en los recibos. Esto, en plata blanca, eran como ¢300 en un consumo promedio de ¢17.000. O sea, ni para el fresco del almuerzo, pero bueno, una rebaja es una rebaja, ¿cierto? El problema es que, casi al mismo tiempo, el ICE le mandó a la Aresep la solicitud tarifaria oficial, y ¡sorpresa! No solo no pedía una rebaja, sino que solicitaba un aumento en todos los componentes: Generación, Transmisión, Distribución y hasta Alumbrado Público. O sea, se jalaron una torta de comunicación que nos deja a todos con cara de pregunta.
Y para ponerle más leña al fuego, entra en escena la Aresep. Antes de todo este despiche, ellos habían salido con un pronóstico todavía más optimista. Gracias a que se estaba usando menos combustible fósil para generar energía (lo cual es una excelente noticia, por cierto), la Aresep calculaba que se podía dar una rebaja de hasta un 13%. ¡Un 13 por ciento! Imagínense esa maravilla en el recibo. Pero diay, ese sueño se desvaneció rapidito. El propio intendente de Energía, Mario Mora, tuvo que salir a apagar el incendio y aclarar que lo que recibieron del ICE no fue una solicitud de rebaja, sino todo lo contrario, y que ahora les toca hacer un estudio detallado para ver qué procede con esos aumentos.
La verdad es que esto frustra, y mucho. Uno ya no sabe a quién creerle. ¿Fue un error de cálculo del ICE? ¿Una estrategia para manejar las expectativas? ¿O simplemente un desorden administrativo de los que ya estamos acostumbrados? Lo que queda claro es que la única certeza es la incertidumbre. Pasamos de celebrar una posible rebaja del 13% (la tuanis, la de Aresep), a conformarnos con una de ¢300 (la del ICE), para terminar enterándonos de que lo más probable es que nos claven un aumento. ¡Qué sal la nuestra! En un momento donde cada colón cuenta y el costo de la vida no para de subir, estas noticias caen como un baldazo de agua fría.
Al final del día, los que quedamos en el medio somos nosotros, los que pagamos el recibo mes a mes. Este tipo de contradicciones entre instituciones que deberían trabajar por el bien del país lo que hacen es minar la confianza. Ya uno no sabe si alegrarse con un anuncio o esperar la letra pequeña. La comunicación transparente debería ser la norma, no la excepción. Y ahora la pelota queda en la cancha de la Aresep, que tiene el brete de analizar con lupa las cifras del ICE y definir cuánto nos va a costar encender el bombillo en 2026. Esperemos que pongan los intereses de la gente primero.
Maes, más allá del enojo, ¿ustedes qué creen que es esto? ¿Pura incompetencia y un despiche de comunicación, o de verdad nos están tratando de meter un golazo con los recibos? ¿De quién es la torta al final?