¡Ay, Dios mío, qué lío con este tren! Doña Claudia Dobles, ex primera dama y ahora aspirante presidencial, le metió freno de mano al proyecto del tren eléctrico, pero no porque no quiera, sino porque dice que así como va, ¡va a quedar más caro que un kilo de pejibilles!
Para ponerlos al tanto, la jefa Dobles, que como sabemos siempre ha sido partidaria del proyecto desde tiempos de Don Luis Guillermo (recuerden las buenas), aseguró que la propuesta actual del gobierno es un retroceso en comparación con lo que se había avanzado en 2022. Según ella, han ido para atrás, dejando el proyecto tal cual estaba en el lejano 2020. ¡Imagínense la pérdida de tiempo!
La preocupación más grande de la señora Dobles es que el precio del pasaje termine siendo tan alto que solo puedan dármelo los más chic. “No podemos tener una tarifa que deje por fuera a tanta gente,” sentenció, recordando el caso de alguien que tenga que ir todos los días de Heredia a Cartago. Como bien dijo, un proyecto de esta magnitud debería estar pensando en llevar a toda la población, no solo a unos cuantos.
Y ahí no paró. También puso el dedo en la llaga sobre los plazos para la aprobación en la Asamblea Legislativa. Con poco tiempo restante para que culmine la gestión del Congreso actual, la exdama lamenta que todavía haya que presentar, discutir y aprobar el expediente. Esto genera muchísima incertidumbre sobre si realmente lograrán el visto bueno a tiempo, teniendo en cuenta que cambiaron el diseño original. ¡Qué brete!
Recordemos que el proyecto inicial contaba con pasos a desnivel para evitar problemas de tráfico. Pero parece que esos detalles se fueron al traste en la nueva versión. Ahora, con menos kilómetros de vías y estos cambios, Doña Claudia teme que eso impacte directamente en el bolsillo del ciudadano común. Realmente, sería una pena que un proyecto que prometía tanto terminara excluyendo a quienes más lo necesitan.
La oposición, claro, está sacándole raja a la situación. Ya algunos diputados del PLN comenzaron a cuestionar el manejo del proyecto por parte del Gobierno, argumentando que no hay transparencia ni claridad sobre los costos reales. Otros incluso sugieren reconsiderar algunas partidas presupuestarias para hacer el proyecto más accesible. ¡Todo esto mientras tanto, el país sigue atascado en las carreteras!
En medio de este panorama, surge la gran interrogante: ¿será posible salvar el proyecto del tren eléctrico en su forma original, garantizando que sea accesible para todos los costarricenses? Parece que tendremos que esperar y ver cómo se desarrolla la situación en la Asamblea Legislativa. Lo cierto es que, si no se toman medidas urgentes, podríamos perder una oportunidad única para modernizar nuestro transporte público y mejorar la calidad de vida de miles de personas.
Con todas estas idas y vueltas, me pregunto, ¿creen ustedes que es más importante priorizar la velocidad del proyecto o asegurarse de que sea financieramente viable y accesible para todos los costarricenses? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan!
Para ponerlos al tanto, la jefa Dobles, que como sabemos siempre ha sido partidaria del proyecto desde tiempos de Don Luis Guillermo (recuerden las buenas), aseguró que la propuesta actual del gobierno es un retroceso en comparación con lo que se había avanzado en 2022. Según ella, han ido para atrás, dejando el proyecto tal cual estaba en el lejano 2020. ¡Imagínense la pérdida de tiempo!
La preocupación más grande de la señora Dobles es que el precio del pasaje termine siendo tan alto que solo puedan dármelo los más chic. “No podemos tener una tarifa que deje por fuera a tanta gente,” sentenció, recordando el caso de alguien que tenga que ir todos los días de Heredia a Cartago. Como bien dijo, un proyecto de esta magnitud debería estar pensando en llevar a toda la población, no solo a unos cuantos.
Y ahí no paró. También puso el dedo en la llaga sobre los plazos para la aprobación en la Asamblea Legislativa. Con poco tiempo restante para que culmine la gestión del Congreso actual, la exdama lamenta que todavía haya que presentar, discutir y aprobar el expediente. Esto genera muchísima incertidumbre sobre si realmente lograrán el visto bueno a tiempo, teniendo en cuenta que cambiaron el diseño original. ¡Qué brete!
Recordemos que el proyecto inicial contaba con pasos a desnivel para evitar problemas de tráfico. Pero parece que esos detalles se fueron al traste en la nueva versión. Ahora, con menos kilómetros de vías y estos cambios, Doña Claudia teme que eso impacte directamente en el bolsillo del ciudadano común. Realmente, sería una pena que un proyecto que prometía tanto terminara excluyendo a quienes más lo necesitan.
La oposición, claro, está sacándole raja a la situación. Ya algunos diputados del PLN comenzaron a cuestionar el manejo del proyecto por parte del Gobierno, argumentando que no hay transparencia ni claridad sobre los costos reales. Otros incluso sugieren reconsiderar algunas partidas presupuestarias para hacer el proyecto más accesible. ¡Todo esto mientras tanto, el país sigue atascado en las carreteras!
En medio de este panorama, surge la gran interrogante: ¿será posible salvar el proyecto del tren eléctrico en su forma original, garantizando que sea accesible para todos los costarricenses? Parece que tendremos que esperar y ver cómo se desarrolla la situación en la Asamblea Legislativa. Lo cierto es que, si no se toman medidas urgentes, podríamos perder una oportunidad única para modernizar nuestro transporte público y mejorar la calidad de vida de miles de personas.
Con todas estas idas y vueltas, me pregunto, ¿creen ustedes que es más importante priorizar la velocidad del proyecto o asegurarse de que sea financieramente viable y accesible para todos los costarricenses? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan!
