¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, el 'Caso Traición' sigue sacando espuma por la boca. Resulta que el operativo más grande en la historia del OIJ, con casi mil doscientas bocas dando candelabros, tenía más que toparse con unos cuantos traficantes. Descubrieron una madeja tan complicada que parece novela de televisión… y vaya que nos ha dado para hablar, ey.
Este brete, que tiene a todos pegados al celular, destapó una red de narcotráfico internacional con sede aquí mismo, en nuestro terruño. Hablamos del llamado ‘Cartel del Caribe Sur’, esos mismos que se dedicaban a mandar cocaína pa’l norte y pa’ Europa, controlando rutas como si fueran suyas. Además, acumularon 68 asesinatos, ¡sesenta y ocho vidas segadas! Una barbaridad, sin lugar a dudas. Los jefes, Luis Manuel y Jordie Kevin Picado, alias ‘Shock’ y ‘Noni’, ahora andan encerrados esperando la visita de los gringos, porque sí, quieren extraditarlos a Texas, agarrándolos con los pantalones abajo, mándale.
Pero la cosa no termina ahí, mi pana. El expediente, ese documento que parece nunca va a acabar, reveló otro lado oscuro del asunto: ¡el lujo excesivo de algunos allegados a ‘Shock’! Su esposa, Estefanía Mc Donald, y su mamá, Anita Mc Donald, resultan estar involucradas en lavado de plata. Qué lata, eh, cuando ves cómo gastan la lana ajena…
Y hablando de gastar la lana ajena, ¡miren esto! Las tarjetas de crédito contando historias. Durante una escapada a Estados Unidos, Estefanía se dio vuelo comprando cosas que ni te imaginas. Cartier, Trump International Hotel, Celine, Christian Dior… todo a nombre de la tarjeta. ¡Un total de $22.741 en compras! Eso sí que es vivir a full, ¿no creen? Obviamente, nadie vive así con un salario normalito de ¢363.000. Ahí huele a chorizo, mi querido público.
Luego aparecen las cuentas en Gucci, Saks Fifth Avenue, Burberry… ¡una lista interminable de boutiques de lujo! Y no hablemos de los viajes a Francia, donde gastaron más de $8.610 en pasajes aéreos. Parece que la vida de glamour era el modo de vida habitual, ey, mientras algunos de nosotros apenas damos pa’ pagar los servicios públicos. Ese contraste siempre da pena, ¿verdad?
La fiscalía sostiene que todo este festín fue posible gracias al dinero sucio del cartel. Conexiones directas, dicen, entre el estilo de vida ostentoso y la legitimación de capitales. Y para rematar, encontraron un Chevrolet Silverado valuado en $140.000 en la cochera de Estefanía, ¡un carro que ni siquiera puedes soñar con comprar si trabajas honradamente! Y ni hablar de las colegiaturas de sus hijas, que cuestan más que un alquiler decente, diay.
Pero este caso no es solo de lujos y compras extravagantes. El OIJ también decomisó 13,7 toneladas de droga, 69 armas de alto calibre y millones de colones en efectivo. ¡Parece que estaban preparando una guerra! También incautaron vehículos, motores fueraborda, terrenos, joyas, cabezas de ganado, ¡hasta ponis! Una fortuna acumulada producto de actividades ilícitas que clama venganza, pura verdad.
Con tanto revuelo y tanta información saliendo a la luz, uno no puede evitar preguntarse: ¿Cuánto daño realmente causó este cartel a nuestra sociedad? ¿Lograrán las autoridades llevar a todos los responsables ante la justicia, o este será otro caso que se queda en la impunidad? ¿Creen que debemos endurecer las penas para este tipo de delitos, o enfocarnos en atacar las causas profundas que alimentan el narcotráfico en Costa Rica? Compartan sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensan ustedes sobre este tremendo brete.
Este brete, que tiene a todos pegados al celular, destapó una red de narcotráfico internacional con sede aquí mismo, en nuestro terruño. Hablamos del llamado ‘Cartel del Caribe Sur’, esos mismos que se dedicaban a mandar cocaína pa’l norte y pa’ Europa, controlando rutas como si fueran suyas. Además, acumularon 68 asesinatos, ¡sesenta y ocho vidas segadas! Una barbaridad, sin lugar a dudas. Los jefes, Luis Manuel y Jordie Kevin Picado, alias ‘Shock’ y ‘Noni’, ahora andan encerrados esperando la visita de los gringos, porque sí, quieren extraditarlos a Texas, agarrándolos con los pantalones abajo, mándale.
Pero la cosa no termina ahí, mi pana. El expediente, ese documento que parece nunca va a acabar, reveló otro lado oscuro del asunto: ¡el lujo excesivo de algunos allegados a ‘Shock’! Su esposa, Estefanía Mc Donald, y su mamá, Anita Mc Donald, resultan estar involucradas en lavado de plata. Qué lata, eh, cuando ves cómo gastan la lana ajena…
Y hablando de gastar la lana ajena, ¡miren esto! Las tarjetas de crédito contando historias. Durante una escapada a Estados Unidos, Estefanía se dio vuelo comprando cosas que ni te imaginas. Cartier, Trump International Hotel, Celine, Christian Dior… todo a nombre de la tarjeta. ¡Un total de $22.741 en compras! Eso sí que es vivir a full, ¿no creen? Obviamente, nadie vive así con un salario normalito de ¢363.000. Ahí huele a chorizo, mi querido público.
Luego aparecen las cuentas en Gucci, Saks Fifth Avenue, Burberry… ¡una lista interminable de boutiques de lujo! Y no hablemos de los viajes a Francia, donde gastaron más de $8.610 en pasajes aéreos. Parece que la vida de glamour era el modo de vida habitual, ey, mientras algunos de nosotros apenas damos pa’ pagar los servicios públicos. Ese contraste siempre da pena, ¿verdad?
La fiscalía sostiene que todo este festín fue posible gracias al dinero sucio del cartel. Conexiones directas, dicen, entre el estilo de vida ostentoso y la legitimación de capitales. Y para rematar, encontraron un Chevrolet Silverado valuado en $140.000 en la cochera de Estefanía, ¡un carro que ni siquiera puedes soñar con comprar si trabajas honradamente! Y ni hablar de las colegiaturas de sus hijas, que cuestan más que un alquiler decente, diay.
Pero este caso no es solo de lujos y compras extravagantes. El OIJ también decomisó 13,7 toneladas de droga, 69 armas de alto calibre y millones de colones en efectivo. ¡Parece que estaban preparando una guerra! También incautaron vehículos, motores fueraborda, terrenos, joyas, cabezas de ganado, ¡hasta ponis! Una fortuna acumulada producto de actividades ilícitas que clama venganza, pura verdad.
Con tanto revuelo y tanta información saliendo a la luz, uno no puede evitar preguntarse: ¿Cuánto daño realmente causó este cartel a nuestra sociedad? ¿Lograrán las autoridades llevar a todos los responsables ante la justicia, o este será otro caso que se queda en la impunidad? ¿Creen que debemos endurecer las penas para este tipo de delitos, o enfocarnos en atacar las causas profundas que alimentan el narcotráfico en Costa Rica? Compartan sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensan ustedes sobre este tremendo brete.
