Maes, vieras que uno a veces anda en la luna y no se da cuenta de las varas tan chivas que se están cocinando aquí mismo, en nuestro patio. Estamos tan acostumbrados a pensar que la tecnología de punta viene de afuera, que cuando nos topamos con una empresa 100% tica que la está rompiendo a nivel internacional, es para quitarse el sombrero. Y no, no les hablo de otra app para pedir comida, les hablo de un software que se mete de lleno en uno de los motores del país: el agro. La empresa se llama S&G Solutions y su creación, Panal360, es básicamente un cerebro digital para las fincas. ¡Qué nivel de brete!
Diay, la vara es que administrar una finca de miles de hectáreas de piña o banano no es como jugar Farmville. Es un despiche logístico de proporciones épicas. Me contaba Pablo Suárez, uno de los capos detrás de la iniciativa, que el problema en el campo es que los costos se van acumulando por meses, o hasta años, antes de ver un producto final. No es como una fábrica que saca chunches en serie. Aquí, un trabajador puede hacer cinco labores distintas en un día, con pagos diferentes, y todo eso hay que registrarlo y asociarlo a un lote específico. Antes, todo eso era un dolor de cabeza con papeles y Excels dispersos. Lo que hace Panal360 es poner orden en ese caos. No es solo un registro de lo que ya pasó, sino que monitorea todo en tiempo real. Si algo se está saliendo de presupuesto o un proceso está siendo ineficiente, el sistema levanta la bandera al toque, permitiendo corregir el rumbo antes de que la torta sea gigante.
Y para que vean que esto no es cualquier cosa, los clientes que usan este sistema son pesos pesados. Estamos hablando de gigantes como Grupo Acón, con casi 16 mil hectáreas entre banano y piña, o Productos Agropecuarios Visa, con 11 mil. O sea, no le están vendiendo el software a la pulpería de la esquina. Son corporaciones que necesitan un control milimétrico para ser rentables. Pero lo que me pareció más tuanis es que la vara no se queda solo en los peces gordos. Tienen proyectos hasta con chayoteros en Ujarrás y, ojo a esto, mantienen una alianza con la Universidad EARTH. ¡Qué carga que lo usen para formar a los futuros agrónomos! Les están enseñando a los estudiantes a gestionar una finca con tecnología de primer mundo desde las aulas. Eso es pensar a futuro.
Por si fuera poco, los maes de Panal360 no se quedaron dormidos en los laureles y le metieron un módulo de sostenibilidad. Con el empujón de Procomer, desarrollaron una herramienta para calcular la huella de carbono de toda la operación. Esto no es solo para pegar una calca de una hojita verde en la caja de banano; es pura estrategia. La Unión Europea y otros mercados grandes ya están empezando a exigir este tipo de certificaciones. Con el Pacto Verde, o tenés tus números claros y demostrás que sos sostenible, o te quedás fuera del mercado. Así de simple. Este software les da a las empresas agrícolas ticas una ventaja competitiva enorme, porque ya tienen toda la información centralizada para poder certificarse como carbono neutral.
Lo que empezó como un proyecto interno en la transnacional Dole allá por el 2003, hoy es una empresa independiente con un equipo de 20 personas que ya está cruzando fronteras. Ya tienen presencia en México y están cerrando negocios en Colombia y Ecuador, con la mira puesta en Perú. Pasaron de ser una herramienta para un gigante a ser una solución que busca estandarizar operaciones a nivel global. Es el ejemplo perfecto de cómo una necesidad específica del mercado local puede convertirse en un producto de exportación de altísimo valor. Un recordatorio de que aquí, entre el gallo pinto y el "pura vida", también se gesta innovación que compite en cualquier parte del mundo. Diay, ¿qué opinan ustedes? ¿Creen que este tipo de innovación tecnológica es la verdadera clave para que el agro tico siga siendo una potencia en el futuro?
Diay, la vara es que administrar una finca de miles de hectáreas de piña o banano no es como jugar Farmville. Es un despiche logístico de proporciones épicas. Me contaba Pablo Suárez, uno de los capos detrás de la iniciativa, que el problema en el campo es que los costos se van acumulando por meses, o hasta años, antes de ver un producto final. No es como una fábrica que saca chunches en serie. Aquí, un trabajador puede hacer cinco labores distintas en un día, con pagos diferentes, y todo eso hay que registrarlo y asociarlo a un lote específico. Antes, todo eso era un dolor de cabeza con papeles y Excels dispersos. Lo que hace Panal360 es poner orden en ese caos. No es solo un registro de lo que ya pasó, sino que monitorea todo en tiempo real. Si algo se está saliendo de presupuesto o un proceso está siendo ineficiente, el sistema levanta la bandera al toque, permitiendo corregir el rumbo antes de que la torta sea gigante.
Y para que vean que esto no es cualquier cosa, los clientes que usan este sistema son pesos pesados. Estamos hablando de gigantes como Grupo Acón, con casi 16 mil hectáreas entre banano y piña, o Productos Agropecuarios Visa, con 11 mil. O sea, no le están vendiendo el software a la pulpería de la esquina. Son corporaciones que necesitan un control milimétrico para ser rentables. Pero lo que me pareció más tuanis es que la vara no se queda solo en los peces gordos. Tienen proyectos hasta con chayoteros en Ujarrás y, ojo a esto, mantienen una alianza con la Universidad EARTH. ¡Qué carga que lo usen para formar a los futuros agrónomos! Les están enseñando a los estudiantes a gestionar una finca con tecnología de primer mundo desde las aulas. Eso es pensar a futuro.
Por si fuera poco, los maes de Panal360 no se quedaron dormidos en los laureles y le metieron un módulo de sostenibilidad. Con el empujón de Procomer, desarrollaron una herramienta para calcular la huella de carbono de toda la operación. Esto no es solo para pegar una calca de una hojita verde en la caja de banano; es pura estrategia. La Unión Europea y otros mercados grandes ya están empezando a exigir este tipo de certificaciones. Con el Pacto Verde, o tenés tus números claros y demostrás que sos sostenible, o te quedás fuera del mercado. Así de simple. Este software les da a las empresas agrícolas ticas una ventaja competitiva enorme, porque ya tienen toda la información centralizada para poder certificarse como carbono neutral.
Lo que empezó como un proyecto interno en la transnacional Dole allá por el 2003, hoy es una empresa independiente con un equipo de 20 personas que ya está cruzando fronteras. Ya tienen presencia en México y están cerrando negocios en Colombia y Ecuador, con la mira puesta en Perú. Pasaron de ser una herramienta para un gigante a ser una solución que busca estandarizar operaciones a nivel global. Es el ejemplo perfecto de cómo una necesidad específica del mercado local puede convertirse en un producto de exportación de altísimo valor. Un recordatorio de que aquí, entre el gallo pinto y el "pura vida", también se gesta innovación que compite en cualquier parte del mundo. Diay, ¿qué opinan ustedes? ¿Creen que este tipo de innovación tecnológica es la verdadera clave para que el agro tico siga siendo una potencia en el futuro?