Maes, ¿a alguien más casi le da un yeyo este fin de semana revisando las cuentas del BAC? Porque yo fui una de esas. Entrar a la Banca en Línea con la santa paz de un domingo, esperando ver el saldo para planificar la semana, y toparse con que las cuentas no cargan o, peor aún, con movimientos que simplemente no aparecen. El primer pensamiento es el de siempre: “listo, ya me hackearon”. Pero no, parece que el problema era más casero. Varios empezamos a reportar el mismo chasco, y quedó claro que el BAC se estaba jalando una torta de las buenas con su sistema.
La vara, según lo que se sabe, es que desde el sábado o domingo la plataforma digital del banco empezó a dar problemas serios. No era solo un asunto de que la página estuviera lenta; era un despiche en toda regla. Los saldos no se actualizaban, las transferencias hechas el domingo quedaron en el limbo y más de uno se quedó con la duda de si el pago que hizo realmente se procesó o si se lo van a cobrar doble después. ¡Qué sal! Justo cuando uno necesita hacer las compras del súper o pagar alguna cuenta pendiente, al chunche este le da por fallar.
Como era de esperarse, el BAC sacó el comunicado de rigor pidiendo disculpas y explicando que su “equipo de Tecnología trabaja a toda marcha”. La vicepresidenta de Relaciones Corporativas, Laura Moreno, salió a ponerle el pecho a las balas asegurando que estaban redoblando esfuerzos y metiendo horas extra. Diay, es lo mínimo que uno espera, pero la procesión va por dentro. Me imagino a la pobre gente de TI en un puro corre corre, con cafeína hasta en las venas, tratando de arreglar el enredo mientras miles de clientes les recordamos a sus mamás por Twitter. Un brete nada envidiable, la verdad.
Pero más allá del chiste y del meme, este tipo de fallos nos recuerda lo increíblemente dependientes que somos de estos sistemas. Una cosa es leer el comunicado del banco y otra muy distinta es ser usted, lunes por la mañana, necesitando pagar el recibo de la luz o confirmar que ya le depositaron la quincena, y que la aplicación simplemente no le dé la gana de funcionar. El microsusto de abrir la app y ver un saldo en cero, o de no poder hacer un Sinpe para pagar el almuerzo, no se lo quita a uno nadie. Para muchos, que el sistema se vaya al traste no es un “inconveniente”, es un problema real que afecta el día a día.
La promesa oficial es que todo debería estar funcionando a cachete para antes del mediodía de este lunes. Esperemos que así sea y que las transacciones pendientes por fin se reflejen correctamente. Pero diay, la pregunta del millón queda en el aire. Con lo que cobran de comisiones y lo grande que es una entidad como el BAC, ¿es aceptable que un sistema tan crítico se caiga un fin de semana completo? Entendemos que los fierros fallan, pero la comunicación y la velocidad de respuesta a veces dejan mucho que desear. ¿Ustedes qué dicen, maes? ¿Les tocó la mala pata? ¿Es un simple despiche técnico perdonable o ya es hora de ponernos más serios con la estabilidad que le exigimos a los bancos? Cuenten sus historias de terror del finde.
La vara, según lo que se sabe, es que desde el sábado o domingo la plataforma digital del banco empezó a dar problemas serios. No era solo un asunto de que la página estuviera lenta; era un despiche en toda regla. Los saldos no se actualizaban, las transferencias hechas el domingo quedaron en el limbo y más de uno se quedó con la duda de si el pago que hizo realmente se procesó o si se lo van a cobrar doble después. ¡Qué sal! Justo cuando uno necesita hacer las compras del súper o pagar alguna cuenta pendiente, al chunche este le da por fallar.
Como era de esperarse, el BAC sacó el comunicado de rigor pidiendo disculpas y explicando que su “equipo de Tecnología trabaja a toda marcha”. La vicepresidenta de Relaciones Corporativas, Laura Moreno, salió a ponerle el pecho a las balas asegurando que estaban redoblando esfuerzos y metiendo horas extra. Diay, es lo mínimo que uno espera, pero la procesión va por dentro. Me imagino a la pobre gente de TI en un puro corre corre, con cafeína hasta en las venas, tratando de arreglar el enredo mientras miles de clientes les recordamos a sus mamás por Twitter. Un brete nada envidiable, la verdad.
Pero más allá del chiste y del meme, este tipo de fallos nos recuerda lo increíblemente dependientes que somos de estos sistemas. Una cosa es leer el comunicado del banco y otra muy distinta es ser usted, lunes por la mañana, necesitando pagar el recibo de la luz o confirmar que ya le depositaron la quincena, y que la aplicación simplemente no le dé la gana de funcionar. El microsusto de abrir la app y ver un saldo en cero, o de no poder hacer un Sinpe para pagar el almuerzo, no se lo quita a uno nadie. Para muchos, que el sistema se vaya al traste no es un “inconveniente”, es un problema real que afecta el día a día.
La promesa oficial es que todo debería estar funcionando a cachete para antes del mediodía de este lunes. Esperemos que así sea y que las transacciones pendientes por fin se reflejen correctamente. Pero diay, la pregunta del millón queda en el aire. Con lo que cobran de comisiones y lo grande que es una entidad como el BAC, ¿es aceptable que un sistema tan crítico se caiga un fin de semana completo? Entendemos que los fierros fallan, pero la comunicación y la velocidad de respuesta a veces dejan mucho que desear. ¿Ustedes qué dicen, maes? ¿Les tocó la mala pata? ¿Es un simple despiche técnico perdonable o ya es hora de ponernos más serios con la estabilidad que le exigimos a los bancos? Cuenten sus historias de terror del finde.