Maes, agárrense porque esta vara está para novela. Resulta que el Ministerio de Hacienda se puso en las más finas y decidió que no va a girar los ₡11.521 millones que faltan del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) de este año. ¿La razón? Que si los diputados no aprueban los famosos eurobonos, no hay plata. Así, sin vaselina. Las cinco universidades públicas más grandes del país —UCR, UNA, TEC, UNED y UTN— están, básicamente, guindando y viendo a ver qué hacen, porque ese dinero ya estaba presupuestado y es crucial para un montón de proyectos y para el brete diario.
El rector de la UCR, Carlos Araya, fue el que salió a ponerle el cascabel al gato. El mae, con toda la razón del mundo, calificó la jugada de Hacienda como algo totalmente "fuera de base". Y es que, seamos honestos, mezclar la aprobación de los eurobonos con un giro de plata que es un deber constitucional es, por lo bajo, una movida muy cuestionable. Araya explicó que desde el Consejo Nacional de Rectores (Conare) ya le habían mandado una carta al exministro Nogui Acosta hace semanas, recordándole que esa plata no es un favor, es una obligación legal. Pero diay, parece que la carta se perdió en el limbo burocrático, porque hasta el sol de hoy, no hay respuesta oficial.
Aquí es donde la cosa se pone más enredada y huele a torta política. Póngale cuidado a la cronología: al principio, Hacienda decía que no podía girar la plata por un tema legal. Y tenía sentido. Como esos ₡11.521 millones se aprobaron en la Asamblea Legislativa después de que las U ya habían enviado sus presupuestos a la Contraloría, cada una tuvo que hacer un presupuesto extraordinario para poder recibir el dinero. Ese trámite duró casi todo el primer semestre. Pero ya se completó. Según Araya, "ahora ya no hay ningún impedimento legal". Entonces, ¿cuál es el problema? ¡Ah! Que el gobierno se sacó de la manga la excusa de los eurobonos. El mismo Nogui Acosta, antes de irse para lanzarse de candidato, dejó la bomba armada confirmando que sin eurobonos, no había plata.
Lo más frustrante de todo este despiche es el silencio. Acosta se fue y dejó el chicharrón en manos del nuevo ministro, Rudolf Lucke. Este medio (y nosotros de paso) intentó contactar a Lucke y al Ministerio de Hacienda para ver si la condición se mantiene, pero nada. Silencio total. Es como si estuvieran esperando a ver quién parpadea primero: si los rectores, que necesitan la plata para operar, o los diputados, que están en el estira y encoge con el tema de los eurobonos. Mientras tanto, las universidades públicas, que son uno de los motores del país, quedan en el medio de un pleito que no les corresponde.
Para que no se nos olvide, este dinero ni siquiera fue un regalo. Fue el resultado de una negociación durísima en la Asamblea el año pasado. El Gobierno quería dar un aumento de apenas el 1% al FEES, mientras que las U pedían un 4,06% para cubrir la inflación y sus necesidades. Al final, los diputados del PLN, PUSC y Frente Amplio llegaron a un acuerdo y aprobaron un 2%, que son precisamente estos ₡11.521 millones. O sea, fue un acuerdo democrático y legislativo. Condicionarlo ahora a otro proyecto de ley suena a chantaje y a una falta de respeto al trabajo de los mismos diputados. La pregunta del millón para el foro es: ¿Creen que Hacienda está usando el FEES como ficha de cambio para presionar a los diputados, o de verdad el país está tan quebrado que no hay de dónde sacar la plata? ¿O es pura torta política para medir fuerzas?
El rector de la UCR, Carlos Araya, fue el que salió a ponerle el cascabel al gato. El mae, con toda la razón del mundo, calificó la jugada de Hacienda como algo totalmente "fuera de base". Y es que, seamos honestos, mezclar la aprobación de los eurobonos con un giro de plata que es un deber constitucional es, por lo bajo, una movida muy cuestionable. Araya explicó que desde el Consejo Nacional de Rectores (Conare) ya le habían mandado una carta al exministro Nogui Acosta hace semanas, recordándole que esa plata no es un favor, es una obligación legal. Pero diay, parece que la carta se perdió en el limbo burocrático, porque hasta el sol de hoy, no hay respuesta oficial.
Aquí es donde la cosa se pone más enredada y huele a torta política. Póngale cuidado a la cronología: al principio, Hacienda decía que no podía girar la plata por un tema legal. Y tenía sentido. Como esos ₡11.521 millones se aprobaron en la Asamblea Legislativa después de que las U ya habían enviado sus presupuestos a la Contraloría, cada una tuvo que hacer un presupuesto extraordinario para poder recibir el dinero. Ese trámite duró casi todo el primer semestre. Pero ya se completó. Según Araya, "ahora ya no hay ningún impedimento legal". Entonces, ¿cuál es el problema? ¡Ah! Que el gobierno se sacó de la manga la excusa de los eurobonos. El mismo Nogui Acosta, antes de irse para lanzarse de candidato, dejó la bomba armada confirmando que sin eurobonos, no había plata.
Lo más frustrante de todo este despiche es el silencio. Acosta se fue y dejó el chicharrón en manos del nuevo ministro, Rudolf Lucke. Este medio (y nosotros de paso) intentó contactar a Lucke y al Ministerio de Hacienda para ver si la condición se mantiene, pero nada. Silencio total. Es como si estuvieran esperando a ver quién parpadea primero: si los rectores, que necesitan la plata para operar, o los diputados, que están en el estira y encoge con el tema de los eurobonos. Mientras tanto, las universidades públicas, que son uno de los motores del país, quedan en el medio de un pleito que no les corresponde.
Para que no se nos olvide, este dinero ni siquiera fue un regalo. Fue el resultado de una negociación durísima en la Asamblea el año pasado. El Gobierno quería dar un aumento de apenas el 1% al FEES, mientras que las U pedían un 4,06% para cubrir la inflación y sus necesidades. Al final, los diputados del PLN, PUSC y Frente Amplio llegaron a un acuerdo y aprobaron un 2%, que son precisamente estos ₡11.521 millones. O sea, fue un acuerdo democrático y legislativo. Condicionarlo ahora a otro proyecto de ley suena a chantaje y a una falta de respeto al trabajo de los mismos diputados. La pregunta del millón para el foro es: ¿Creen que Hacienda está usando el FEES como ficha de cambio para presionar a los diputados, o de verdad el país está tan quebrado que no hay de dónde sacar la plata? ¿O es pura torta política para medir fuerzas?