Maes, la vara es así: hoy toda la expectativa estaba puesta en la Asamblea Legislativa. Se suponía que el Fiscal General, Carlo Díaz, iba a llegar a Cuesta de Moras a soltar la sopa, a darnos la carnita del caso contra el presi Rodrigo Chaves y el ministro de Cultura por el supuesto delito de concusión. ¿Y qué pasó? Pues que el hombre llegó a... diay, a no decir casi nada. Fue como ir al cine a ver la película más esperada del año y que solo te pongan los trailers. Una introducción general, un par de formalidades y cero, pero CERO, evidencia contundente que nos permita entender de qué va este enredo.
La sesión de la comisión que tiene que decidir si les levantan la inmunidad a Chaves y a su ministro se convirtió en un monólogo bastante flojo. ¡Qué despiche! Los diputados, con toda la razón del mundo, quedaron con cara de '¿y entonces?'. Esperaban un expediente robusto, pruebas, declaraciones, algo a lo que hincarle el diente para tomar una decisión tan delicada. En lugar de eso, recibieron un resumen de servilleta. El propio diputado oficialista, Daniel Vargas, lo dijo clarito: tomar una decisión tan importante 'a ciegas' sería una irresponsabilidad total. Y tiene toda la boca llena de razón. No se puede jugar con el fuero de un presidente con base en una presentación que dejó más dudas que certezas.
Para echarle más leña al fuego, don Carlo Díaz arrancó pidiendo que la audiencia fuera secreta. ¡Imagínense! Quería que todo este asunto, que nos interesa a todos los ticos, se discutiera a puerta cerrada, amparándose en el carácter privado de la investigación. Por dicha, los diputados se plantaron firmes y le dijeron que nanay, que la transparencia era lo primero. Esta jugada del Fiscal no hizo más que levantar cejas y generar más preguntas. ¿Por qué tanto misterio si el caso supuestamente es sólido? Como era de esperarse, el presi Chaves no se quedó callado y desde Zapote criticó duramente esa intención de secretismo.
El clímax del brete en la comisión llegó cuando el diputado Vargas, que de verdad se puso la camiseta de fiscalizador, le paró el carro en seco a don Carlo. Le reclamó directamente que en el expediente que les dieron no aparecía ni por asomo lo que supuestamente dijo un testigo clave, el famoso 'testigo de la corona'. El Fiscal insistió en que el expediente estaba completo, pero Vargas no se comió el cuento y lo refutó con una claridad que ya quisiéramos ver más a menudo: 'Don Carlo, de esta primera introducción esperaba que hoy nos presentara elementos más contundentes... Lo que estamos viendo es que todo quedará para después... pero nosotros tenemos que tomar una decisión ahora'. ¡Tome chichí! Un cruce de palabras que dejó en evidencia la principal torta de este proceso: la falta de sustancia en el momento más crucial.
Ahora, la papa caliente pasa a la siguiente audiencia, el 22 de agosto, donde Chaves y el ministro Rodríguez Vives tendrán que presentar sus alegatos. Pero la gran pregunta que queda en el aire es: ¿alegatos contra qué, exactamente? Si ni los diputados que tienen que juzgar el caso tienen claro el fundamento de la acusación, ¿cómo se espera que avance el proceso? La pelota está en la cancha de la Fiscalía, que tiene la obligación de presentar un caso sólido o admitir que, de momento, lo que tienen no alcanza. Toda esta vara huele a que se va a ir al traste si no se ponen serios y presentan las pruebas como es debido. El país no está para circos ni para novelas por entregas.
Maes, ahora en serio: ¿Ustedes creen que esto es una estrategia calculada de la Fiscalía para manejar los tiempos o simplemente se jalaron una torta monumental llegando sin la tarea hecha? ¿Hay algo más de fondo o es pura incompetencia? ¡Abro debate en el foro!
La sesión de la comisión que tiene que decidir si les levantan la inmunidad a Chaves y a su ministro se convirtió en un monólogo bastante flojo. ¡Qué despiche! Los diputados, con toda la razón del mundo, quedaron con cara de '¿y entonces?'. Esperaban un expediente robusto, pruebas, declaraciones, algo a lo que hincarle el diente para tomar una decisión tan delicada. En lugar de eso, recibieron un resumen de servilleta. El propio diputado oficialista, Daniel Vargas, lo dijo clarito: tomar una decisión tan importante 'a ciegas' sería una irresponsabilidad total. Y tiene toda la boca llena de razón. No se puede jugar con el fuero de un presidente con base en una presentación que dejó más dudas que certezas.
Para echarle más leña al fuego, don Carlo Díaz arrancó pidiendo que la audiencia fuera secreta. ¡Imagínense! Quería que todo este asunto, que nos interesa a todos los ticos, se discutiera a puerta cerrada, amparándose en el carácter privado de la investigación. Por dicha, los diputados se plantaron firmes y le dijeron que nanay, que la transparencia era lo primero. Esta jugada del Fiscal no hizo más que levantar cejas y generar más preguntas. ¿Por qué tanto misterio si el caso supuestamente es sólido? Como era de esperarse, el presi Chaves no se quedó callado y desde Zapote criticó duramente esa intención de secretismo.
El clímax del brete en la comisión llegó cuando el diputado Vargas, que de verdad se puso la camiseta de fiscalizador, le paró el carro en seco a don Carlo. Le reclamó directamente que en el expediente que les dieron no aparecía ni por asomo lo que supuestamente dijo un testigo clave, el famoso 'testigo de la corona'. El Fiscal insistió en que el expediente estaba completo, pero Vargas no se comió el cuento y lo refutó con una claridad que ya quisiéramos ver más a menudo: 'Don Carlo, de esta primera introducción esperaba que hoy nos presentara elementos más contundentes... Lo que estamos viendo es que todo quedará para después... pero nosotros tenemos que tomar una decisión ahora'. ¡Tome chichí! Un cruce de palabras que dejó en evidencia la principal torta de este proceso: la falta de sustancia en el momento más crucial.
Ahora, la papa caliente pasa a la siguiente audiencia, el 22 de agosto, donde Chaves y el ministro Rodríguez Vives tendrán que presentar sus alegatos. Pero la gran pregunta que queda en el aire es: ¿alegatos contra qué, exactamente? Si ni los diputados que tienen que juzgar el caso tienen claro el fundamento de la acusación, ¿cómo se espera que avance el proceso? La pelota está en la cancha de la Fiscalía, que tiene la obligación de presentar un caso sólido o admitir que, de momento, lo que tienen no alcanza. Toda esta vara huele a que se va a ir al traste si no se ponen serios y presentan las pruebas como es debido. El país no está para circos ni para novelas por entregas.
Maes, ahora en serio: ¿Ustedes creen que esto es una estrategia calculada de la Fiscalía para manejar los tiempos o simplemente se jalaron una torta monumental llegando sin la tarea hecha? ¿Hay algo más de fondo o es pura incompetencia? ¡Abro debate en el foro!