¡Ay, Dios mío! Quién lo diría... José Miguel Villalobos, nuestro querido (o no tanto) JMVU, anda metido en un brete gordo con la CCSS. Más de trescientos millones de colones le adeuda a la institución, y ahora que quiere llegar de diputado, la pregunta que ronda en el foro es: ¿Le van a poder tocar el sueldo?
Como bien saben, Villalobos siempre ha tenido su peculiar forma de ver las cosas. Ha expresado algunas dudas sobre la deuda, lo cual, sinceramente, no ayuda mucho a calmar las aguas. Pero la realidad es clara: la CCSS ha estado tratando de cobrarle desde hace tiempo, pero encontrar al buenazo para darle notificación ha sido como buscar chorreadera en espuma.
Ahora resulta que la Asesoría Legal de la Asamblea Legislativa dice que sí, que se puede embargar el salario de los diputados. ¡Hasta para quienes no son trabajadores del Estado! Parece que la Sala Constitucional, allá por el '91, dejó claro que el salario de un diputado no es intocable. Imagínense eso, ni siquiera ser congresista te salva de un embargo por morosidad. ¡Qué nivel!
Según los expertos, el Código de Trabajo también lo respalda. Artículo 172, ahí lo tienen: las dietas se consideran salario para fines de embargos. Así que, aunque Villalobos piense que está ejerciendo un rol especial, la ley no va precisamente con él. Eso sí, que se prepare porque entre pensiones alimenticias y otros mandamientos judiciales, el sueldo de diputado no da para muchos lujos.
Volviendo al caso específico de Villalobos, una auditoría de la CCSS confirma que todavía le debe ¢312 millones. La mitad como patrón físico (dice, ¡qué manera de meterse en líos!), y la otra mitad como trabajador independiente. Actualmente, aparece en el SICRE como un “patrono físico inactivo” y “trabajador independiente activo”, qué combinación más rara. ¡Parece que el mae está jugando a disfrazarse!
Lo peor de todo es que la CCSS ha tenido problemas para contactarlo. Han enviado correos electrónicos, han ido a sus direcciones… ¡Nada! Resulta que no tiene bienes inmuebles inscritos, así que encontrarlo físicamente es casi misión imposible. La historia cuenta que incluso intentaron localizarlo por medio de Correos de Costa Rica, pero sin éxito. Al final, tuvieron que recurrir al correo electrónico registrado en el SICRE, como si eso fuera fácil.
Pero esto no es un problema aislado. La CCSS enfrenta serias dificultades para recuperar deudas de varias personas, y la falta de bienes inmuebles y la dificultad para notificar agravan la situación. Están manejando hasta una “Declaratoria de Difícil Recuperación” (DIR) para este caso, que no suena nada prometedor para Villalobos. Entre 2020 y 2024, ¡han perdido la pista de 3 avisos de cobro!
Y ahora llegamos a la pregunta clave para todos ustedes, mis queridos lectores del Foro: Con este panorama, ¿creen que la CCSS realmente podrá recuperar el dinero de Villalobos, o será otro caso de deuda impagable que terminará afectando a todos los costarricenses? ¿Deberían endurecer las leyes para evitar que situaciones como esta ocurran, o es responsabilidad exclusiva del deudor cumplir con sus obligaciones? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
Como bien saben, Villalobos siempre ha tenido su peculiar forma de ver las cosas. Ha expresado algunas dudas sobre la deuda, lo cual, sinceramente, no ayuda mucho a calmar las aguas. Pero la realidad es clara: la CCSS ha estado tratando de cobrarle desde hace tiempo, pero encontrar al buenazo para darle notificación ha sido como buscar chorreadera en espuma.
Ahora resulta que la Asesoría Legal de la Asamblea Legislativa dice que sí, que se puede embargar el salario de los diputados. ¡Hasta para quienes no son trabajadores del Estado! Parece que la Sala Constitucional, allá por el '91, dejó claro que el salario de un diputado no es intocable. Imagínense eso, ni siquiera ser congresista te salva de un embargo por morosidad. ¡Qué nivel!
Según los expertos, el Código de Trabajo también lo respalda. Artículo 172, ahí lo tienen: las dietas se consideran salario para fines de embargos. Así que, aunque Villalobos piense que está ejerciendo un rol especial, la ley no va precisamente con él. Eso sí, que se prepare porque entre pensiones alimenticias y otros mandamientos judiciales, el sueldo de diputado no da para muchos lujos.
Volviendo al caso específico de Villalobos, una auditoría de la CCSS confirma que todavía le debe ¢312 millones. La mitad como patrón físico (dice, ¡qué manera de meterse en líos!), y la otra mitad como trabajador independiente. Actualmente, aparece en el SICRE como un “patrono físico inactivo” y “trabajador independiente activo”, qué combinación más rara. ¡Parece que el mae está jugando a disfrazarse!
Lo peor de todo es que la CCSS ha tenido problemas para contactarlo. Han enviado correos electrónicos, han ido a sus direcciones… ¡Nada! Resulta que no tiene bienes inmuebles inscritos, así que encontrarlo físicamente es casi misión imposible. La historia cuenta que incluso intentaron localizarlo por medio de Correos de Costa Rica, pero sin éxito. Al final, tuvieron que recurrir al correo electrónico registrado en el SICRE, como si eso fuera fácil.
Pero esto no es un problema aislado. La CCSS enfrenta serias dificultades para recuperar deudas de varias personas, y la falta de bienes inmuebles y la dificultad para notificar agravan la situación. Están manejando hasta una “Declaratoria de Difícil Recuperación” (DIR) para este caso, que no suena nada prometedor para Villalobos. Entre 2020 y 2024, ¡han perdido la pista de 3 avisos de cobro!
Y ahora llegamos a la pregunta clave para todos ustedes, mis queridos lectores del Foro: Con este panorama, ¿creen que la CCSS realmente podrá recuperar el dinero de Villalobos, o será otro caso de deuda impagable que terminará afectando a todos los costarricenses? ¿Deberían endurecer las leyes para evitar que situaciones como esta ocurran, o es responsabilidad exclusiva del deudor cumplir con sus obligaciones? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
