¡Ay, Dios mío, qué historia nos salió! Resulta que nuestro querido Ernesto Raffo, el mae creativo de TikTok, nos dio para pensar con un video que se viralizó rapidito. De repente, el tipo decide enfrentar el brete de la vida de soltero, y el primer paso… ¡tirarle los calzoncillos viejos a la basura! Sí, así nomás, pa' que Noemí, la ayudante de hogar, se encargue de deshacerse de esos trozos de tela que ya dieron más de lo que podían.
Para ponerlos en contexto, Ernesto lleva unos cinco añitos lidiando con la ausencia de su esposa e hija, y aunque siempre ha sido abierto sobre sus sentimientos, esta vez se puso bien nostálgico. Imagínense la escena: ahí está él, mostrando los calzoncillos con unos agujeros que dan pena ajena, mientras le pide a Noemí que los mande directo al basurero. Pero claro, no todo es tan sencillo, ¿verdad?
“¿Estos dos están pa’ tirar, me dijiste?”, le pregunta Ernesto con esa sonrisa socarrona que lo caracteriza. Y la respuesta no se hace esperar: ¡Noemí le confirma que sí! Pero entonces, él saca otro par, y allí, justo en la entrepierna, aparece un agujero de dimensiones épicas. “Tristes realidades de un hombre soltero”, comenta con ironía, pero todos sabemos que detrás de esa frase hay mucho más que una simple broma. Ahí está la lucha interna de alguien que intenta soltar el pasado y avanzar.
El video, que publicó en su cuenta de TikTok (@ernestraffo), explotó en cuestión de horas. Se pasaron las diez mil reproducciones y los comentarios llegaron hasta donde no daba ni pa’ imaginarse. La gente se identificó con la sencillez del momento y con la vulnerabilidad de Ernesto al mostrar una parte de su vida tan íntima. Lo bueno es que el mae sabe reírse de sí mismo, y eso contagió a todos.
Pero más allá del humor, el video tocó fibras sensibles en muchísima gente. Muchos comentaron que era una metáfora perfecta sobre el proceso de superación tras una pérdida. Como si deshacerse de esos calzoncillos desgastados fuera un símbolo de dejar atrás hábitos, rutinas y recuerdos que ya no sirven. Porque, díganlo ustedes, soltar cosas no es fácil, aunque parezca una cosita simple. Uno se agarra a las varas que le quedan como náufrago a un tronco.
Las reacciones en las redes fueron de todo tipo. Algunos bromeaban diciendo: “¡Tira todo, Ernesto! ¡Es hora de renovar!”. Otros, con más sensibilidad, le enviaban mensajes de apoyo: “Te acompañamos en tu pérdida y te mandamos fuerzas para superar este dolor.” La verdad, la combinación del humor tico con la emotividad de la historia fue una receta ganadora. Es que a veces, en medio de tanta tragedia en el mundo, necesitamos unas risas para poder seguir adelante, ¿no creen?
Este caso de Ernesto nos recuerda que las redes sociales no son solo para presumir viajes lujosos o selfies posadas. También son un espacio para compartir la vida tal cual es, con sus alegrías y sus tristezas, con sus virtudes y sus defectos. Y eso es precisamente lo que conecta a la gente. Mostrar honestidad y autenticidad, incluso cuando se trata de algo tan cotidiano como decidir qué ropa donar. Porque, al final, todos estamos buscando maneras de sanar y encontrar la paz interior. Y a veces, un buen video de TikTok puede ser un excelente punto de partida.
Al final del día, la historia de Ernesto nos deja pensando: ¿Cuántas cosas materiales nos aferramos innecesariamente porque están cargadas de recuerdos y emociones? ¿Nos resulta difícil soltar esas conexiones con el pasado, aunque ya no nos sirvan? ¡Compartan sus experiencias en los comentarios! Cuéntennos, ¿qué objeto sentimental les costó más trabajo dejar ir y por qué?
Para ponerlos en contexto, Ernesto lleva unos cinco añitos lidiando con la ausencia de su esposa e hija, y aunque siempre ha sido abierto sobre sus sentimientos, esta vez se puso bien nostálgico. Imagínense la escena: ahí está él, mostrando los calzoncillos con unos agujeros que dan pena ajena, mientras le pide a Noemí que los mande directo al basurero. Pero claro, no todo es tan sencillo, ¿verdad?
“¿Estos dos están pa’ tirar, me dijiste?”, le pregunta Ernesto con esa sonrisa socarrona que lo caracteriza. Y la respuesta no se hace esperar: ¡Noemí le confirma que sí! Pero entonces, él saca otro par, y allí, justo en la entrepierna, aparece un agujero de dimensiones épicas. “Tristes realidades de un hombre soltero”, comenta con ironía, pero todos sabemos que detrás de esa frase hay mucho más que una simple broma. Ahí está la lucha interna de alguien que intenta soltar el pasado y avanzar.
El video, que publicó en su cuenta de TikTok (@ernestraffo), explotó en cuestión de horas. Se pasaron las diez mil reproducciones y los comentarios llegaron hasta donde no daba ni pa’ imaginarse. La gente se identificó con la sencillez del momento y con la vulnerabilidad de Ernesto al mostrar una parte de su vida tan íntima. Lo bueno es que el mae sabe reírse de sí mismo, y eso contagió a todos.
Pero más allá del humor, el video tocó fibras sensibles en muchísima gente. Muchos comentaron que era una metáfora perfecta sobre el proceso de superación tras una pérdida. Como si deshacerse de esos calzoncillos desgastados fuera un símbolo de dejar atrás hábitos, rutinas y recuerdos que ya no sirven. Porque, díganlo ustedes, soltar cosas no es fácil, aunque parezca una cosita simple. Uno se agarra a las varas que le quedan como náufrago a un tronco.
Las reacciones en las redes fueron de todo tipo. Algunos bromeaban diciendo: “¡Tira todo, Ernesto! ¡Es hora de renovar!”. Otros, con más sensibilidad, le enviaban mensajes de apoyo: “Te acompañamos en tu pérdida y te mandamos fuerzas para superar este dolor.” La verdad, la combinación del humor tico con la emotividad de la historia fue una receta ganadora. Es que a veces, en medio de tanta tragedia en el mundo, necesitamos unas risas para poder seguir adelante, ¿no creen?
Este caso de Ernesto nos recuerda que las redes sociales no son solo para presumir viajes lujosos o selfies posadas. También son un espacio para compartir la vida tal cual es, con sus alegrías y sus tristezas, con sus virtudes y sus defectos. Y eso es precisamente lo que conecta a la gente. Mostrar honestidad y autenticidad, incluso cuando se trata de algo tan cotidiano como decidir qué ropa donar. Porque, al final, todos estamos buscando maneras de sanar y encontrar la paz interior. Y a veces, un buen video de TikTok puede ser un excelente punto de partida.
Al final del día, la historia de Ernesto nos deja pensando: ¿Cuántas cosas materiales nos aferramos innecesariamente porque están cargadas de recuerdos y emociones? ¿Nos resulta difícil soltar esas conexiones con el pasado, aunque ya no nos sirvan? ¡Compartan sus experiencias en los comentarios! Cuéntennos, ¿qué objeto sentimental les costó más trabajo dejar ir y por qué?