¡Ay, Dios mío! Este país nos da sustos de película, ¿verdad que sí? Pues resulta que esta mañana amanecimos con el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría (AIJS) cerrado, un verdadero despache. Vuelos cancelados, viajeros varados... ¡una torta! Pero eso no es lo peor, porque ahora sale a relucir que esto llevaba tiempo cocinándose, y parece que nadie le puso atención.
Según el Sindicato de Controladores Profesionales de Aproximación de Costa Rica (SIPROC), desde junio estaban advirtiendo sobre fallas graves en los radares y sistemas de comunicación del aeropuerto. Imagínate, ¡unos señalamientos claros! Se reunieron con el ministro de Obras Públicas y Transportes, Efraim Zeledón Leiva, y con el director de Aviación Civil, Marcos Castillo Masís, explicando que esas deficiencias podían llevar a un apagón total, justo lo que ocurrió. Un brete para todos los que dependemos del transporte aéreo, mándale.
Los controladores, que son los que realmente tienen la responsabilidad de mantenernos seguros en el aire, dicen que sus advertencias cayeron en saco roto. Dicen que los jerarcas del MOPT y la DGAC no les dieron la importancia necesaria, como si estuvieran jugando a las canicas. ¡Qué carga! Ponen en peligro nuestras vidas y ni siquiera les toman en serio. Luego nos sorprende que pasan estas cosas, diay...
Y es que aquí en Costa Rica, a veces tenemos la costumbre de dejar las cosas para el último momento, ¿no es así? Esperamos a que explote la olla para luego empezar a movernos. En este caso, parece que el sistema de radar estaba funcionando al límite, con componentes viejos y desgastados, esperando a que se fuera al traste. Una irresponsabilidad tremenda, ¿eh?
SIPROC ha dejado claro que no van a seguir trabajando bajo estas condiciones peligrosas. Amenazan con parar el trabajo si no se soluciona pronto este problema. Y con toda razón, qué esperaban. No pueden poner en riesgo la vida de los pasajeros y tripulantes solo para complacer a alguien. ¡La seguridad no es pa’ bromear, chunche!
Las autoridades han dicho que el problema ya está solucionado y que el espacio aéreo volvió a operar normalmente a las 10:54 a.m. Pero la gran pregunta es: ¿realmente está solucionado? ¿O simplemente parcharon el problema temporalmente para poder decir que hicieron algo? Porque si no se invierte en modernización y mantenimiento adecuado, tarde o temprano volveremos a pasar por esta situación desagradable. Además, ¿quién va a asumir la responsabilidad por los daños y perjuicios causados a los pasajeros y aerolíneas?
Muchos recordarán que hace unos años tuvimos problemas similares con el tráfico aéreo debido a la falta de personal capacitado. Parece que estamos condenados a repetir los mismos errores una y otra vez. La falta de planificación y la burocracia excesiva nos están costando caro, tanto en términos económicos como en términos de seguridad. Y mientras tanto, seguimos diciendo “Pura Vida” tratando de minimizar la gravedad de la situación. ¿No será hora de cambiar la actitud y empezar a tomar las cosas en serio?
Ahora bien, ¿ustedes creen que las autoridades tomarán medidas concretas para evitar que esto vuelva a suceder, o seguiremos arrastrando los pies hasta que ocurra otro incidente similar? ¿Será que necesitamos una intervención externa para que nuestro sistema de aviación civil funcione correctamente?
Según el Sindicato de Controladores Profesionales de Aproximación de Costa Rica (SIPROC), desde junio estaban advirtiendo sobre fallas graves en los radares y sistemas de comunicación del aeropuerto. Imagínate, ¡unos señalamientos claros! Se reunieron con el ministro de Obras Públicas y Transportes, Efraim Zeledón Leiva, y con el director de Aviación Civil, Marcos Castillo Masís, explicando que esas deficiencias podían llevar a un apagón total, justo lo que ocurrió. Un brete para todos los que dependemos del transporte aéreo, mándale.
Los controladores, que son los que realmente tienen la responsabilidad de mantenernos seguros en el aire, dicen que sus advertencias cayeron en saco roto. Dicen que los jerarcas del MOPT y la DGAC no les dieron la importancia necesaria, como si estuvieran jugando a las canicas. ¡Qué carga! Ponen en peligro nuestras vidas y ni siquiera les toman en serio. Luego nos sorprende que pasan estas cosas, diay...
Y es que aquí en Costa Rica, a veces tenemos la costumbre de dejar las cosas para el último momento, ¿no es así? Esperamos a que explote la olla para luego empezar a movernos. En este caso, parece que el sistema de radar estaba funcionando al límite, con componentes viejos y desgastados, esperando a que se fuera al traste. Una irresponsabilidad tremenda, ¿eh?
SIPROC ha dejado claro que no van a seguir trabajando bajo estas condiciones peligrosas. Amenazan con parar el trabajo si no se soluciona pronto este problema. Y con toda razón, qué esperaban. No pueden poner en riesgo la vida de los pasajeros y tripulantes solo para complacer a alguien. ¡La seguridad no es pa’ bromear, chunche!
Las autoridades han dicho que el problema ya está solucionado y que el espacio aéreo volvió a operar normalmente a las 10:54 a.m. Pero la gran pregunta es: ¿realmente está solucionado? ¿O simplemente parcharon el problema temporalmente para poder decir que hicieron algo? Porque si no se invierte en modernización y mantenimiento adecuado, tarde o temprano volveremos a pasar por esta situación desagradable. Además, ¿quién va a asumir la responsabilidad por los daños y perjuicios causados a los pasajeros y aerolíneas?
Muchos recordarán que hace unos años tuvimos problemas similares con el tráfico aéreo debido a la falta de personal capacitado. Parece que estamos condenados a repetir los mismos errores una y otra vez. La falta de planificación y la burocracia excesiva nos están costando caro, tanto en términos económicos como en términos de seguridad. Y mientras tanto, seguimos diciendo “Pura Vida” tratando de minimizar la gravedad de la situación. ¿No será hora de cambiar la actitud y empezar a tomar las cosas en serio?
Ahora bien, ¿ustedes creen que las autoridades tomarán medidas concretas para evitar que esto vuelva a suceder, o seguiremos arrastrando los pies hasta que ocurra otro incidente similar? ¿Será que necesitamos una intervención externa para que nuestro sistema de aviación civil funcione correctamente?