¡Aguántense!, porque esto está que arde. Resulta que el presi Mulino, en medio de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, tuvo que salir a defender con uñas y dientes que el Canal de Panamá sigue siendo nuestro y que nadie nos va a quitar ni una piedrita. Parece que el viejito Trump, que anda tramando cosas raras, quiere meterle mano al canal, alegando que está bajo influencia china. ¡Pero quién le hace caso al señor ese!
Para refrescarles la memoria, el Canal de Panamá, después de haber sido un brete gringo durante años –desde 1914 hasta finales del siglo XX–, volvió a ser nuestro en el año 2000 gracias a los tratados Torrijos-Carter. Desde entonces, hemos demostrado al mundo entero que somos capaces de administrarlo con gallardía, generando riqueza y facilitando el comercio internacional. ¡Y ahora resulta que alguien viene a cuestionarnos cómo hacemos las cosas!
En su discurso, Mulino dejó claro que la neutralidad del canal es fundamental para proteger nuestra seguridad y, además, beneficia a toda la comunidad internacional. Dijo textualmente, "La neutralidad es la fórmula más adecuada para proteger la seguridad de nuestro canal, un bien de utilidad global". ¡Pa’ que sepan que no nos andamos con rodeos cuando se trata de defender lo nuestro! Este mae sabe cómo poner las cosas en su lugar.
Como si fuera poco, Trump ha estado insistiendo en que los barcos estadounidenses deberían pasar por el canal sin pagar peajes. ¡Pero qué loca idea es esa! Los tratados internacionales ya quedaron claros: todos los barcos, sin importar de dónde vengan o a dónde vayan, deben pagar según el tamaño y el tipo de carga. No hay excepciones, ni siquiera para los yanquis. Eso sí que es tener las ideas claras.
Lo bueno es que Panamá ha sabido manejar este asunto con maestría. Hemos demostrado ser un ejemplo a seguir en la administración de vías acuáticas, contribuyendo al crecimiento económico del país y garantizando el flujo seguro del 5% del comercio marítimo mundial que pasa por nuestras aguas. ¡Un papelón de orgullo nacional, diay!
Y no solo eso, también tenemos que recordar que Estados Unidos y China son nuestros principales clientes en el canal, así que cualquier intento de interferencia podría afectar gravemente nuestra economía. Por eso, la postura firme de Mulino es crucial para mantener la estabilidad y asegurar que sigamos siendo un actor clave en el escenario internacional. ¡Esto no es juego de niños, chunches!
Ahora bien, hablando de temas más amplios, Mulino aprovechó la oportunidad para abogar por el fortalecimiento del multilateralismo. Señaló que, en tiempos de crisis y desafíos globales, es más importante que nunca trabajar juntos para encontrar soluciones comunes. ¡Qué sabiduría, mae! Un llamado a la unidad y a la cooperación en un mundo cada vez más complejo.
En fin, la defensa del Canal de Panamá por parte de Mulino en la ONU ha sido contundente y oportuna. Ha reafirmado nuestra soberanía y ha dejado claro que no cederemos ante presiones externas. Pero me pregunto, considerando el panorama político actual y las tensiones entre Estados Unidos y China, ¿creen ustedes que este conflicto por el Canal de Panamá se intensificará en los próximos meses o lograremos mantener la calma y la estabilidad en la zona?
Para refrescarles la memoria, el Canal de Panamá, después de haber sido un brete gringo durante años –desde 1914 hasta finales del siglo XX–, volvió a ser nuestro en el año 2000 gracias a los tratados Torrijos-Carter. Desde entonces, hemos demostrado al mundo entero que somos capaces de administrarlo con gallardía, generando riqueza y facilitando el comercio internacional. ¡Y ahora resulta que alguien viene a cuestionarnos cómo hacemos las cosas!
En su discurso, Mulino dejó claro que la neutralidad del canal es fundamental para proteger nuestra seguridad y, además, beneficia a toda la comunidad internacional. Dijo textualmente, "La neutralidad es la fórmula más adecuada para proteger la seguridad de nuestro canal, un bien de utilidad global". ¡Pa’ que sepan que no nos andamos con rodeos cuando se trata de defender lo nuestro! Este mae sabe cómo poner las cosas en su lugar.
Como si fuera poco, Trump ha estado insistiendo en que los barcos estadounidenses deberían pasar por el canal sin pagar peajes. ¡Pero qué loca idea es esa! Los tratados internacionales ya quedaron claros: todos los barcos, sin importar de dónde vengan o a dónde vayan, deben pagar según el tamaño y el tipo de carga. No hay excepciones, ni siquiera para los yanquis. Eso sí que es tener las ideas claras.
Lo bueno es que Panamá ha sabido manejar este asunto con maestría. Hemos demostrado ser un ejemplo a seguir en la administración de vías acuáticas, contribuyendo al crecimiento económico del país y garantizando el flujo seguro del 5% del comercio marítimo mundial que pasa por nuestras aguas. ¡Un papelón de orgullo nacional, diay!
Y no solo eso, también tenemos que recordar que Estados Unidos y China son nuestros principales clientes en el canal, así que cualquier intento de interferencia podría afectar gravemente nuestra economía. Por eso, la postura firme de Mulino es crucial para mantener la estabilidad y asegurar que sigamos siendo un actor clave en el escenario internacional. ¡Esto no es juego de niños, chunches!
Ahora bien, hablando de temas más amplios, Mulino aprovechó la oportunidad para abogar por el fortalecimiento del multilateralismo. Señaló que, en tiempos de crisis y desafíos globales, es más importante que nunca trabajar juntos para encontrar soluciones comunes. ¡Qué sabiduría, mae! Un llamado a la unidad y a la cooperación en un mundo cada vez más complejo.
En fin, la defensa del Canal de Panamá por parte de Mulino en la ONU ha sido contundente y oportuna. Ha reafirmado nuestra soberanía y ha dejado claro que no cederemos ante presiones externas. Pero me pregunto, considerando el panorama político actual y las tensiones entre Estados Unidos y China, ¿creen ustedes que este conflicto por el Canal de Panamá se intensificará en los próximos meses o lograremos mantener la calma y la estabilidad en la zona?
