¡Ay, Dios mío! Aquí andamos nosotros, siempre pendientes de lo que pasa en el mundo, y resulta que Eurofarma, esa empresa europea que hace cositas raras con las medicinas, abrió un centro enorme en Montes Claros, Minas Gerais, Brasil. Ya saben, eso sí está lejos, pero nos afecta porque hablan de crecer a nivel mundial, y eso, mae, significa que quizás algún día lleguen nuestros bolsillos con precios más accesibles… o no. Veremos.
La movida es que esta nueva planta, según dicen los gringos – perdón, los brasileños – es la más grande que tienen a nivel mundial, ¡imagínate! Es un complejo industrial que lo puede sostener todo, y promete un crecimiento bastante bueno para las próximas décadas. Parece sacado de película de ciencia ficción, con tanta maquinaria y tecnología de punta que dan ganas de ir a ver cómo funciona todo, aunque probablemente no entendamos ni jota.
Lo que sí me late es que dicen que van a invertir en la comunidad. No sé yo si esas promesas cumplen siempre, pero bueno, vamos a darle el beneficio de la duda. Además, planean hacer cosas bacanas para el medio ambiente, buscando un “equilibrio” entre ganar plata y cuidar el planeta. Qué buenísimo, siempre y cuando no sean puras migajas verdes, diay. ¿Será que por fin las empresas se pondrán las pilas con estas vainas?
Roberta Costa, la encargada de echarle ganas ahí, dice que esperan duplicar la producción mundial. ¡Imagínate la cantidad de pastillas y jarabes que van a fabricar! En 2024 ya estaban produciendo como unos 600 millones de unidades, ¡una locura! Eso significa más opciones para la gente, acceso a tratamientos nuevos... si es que el precio lo permite, claro está. Porque a veces te anuncian maravillas y al final te quedas mirando el techo.
María del Pilar Muñoz, otra gerente importante de la compañía, habla de “ganancias de escala” y “ecoeficiencia”. Ufff, palabras técnicas que a nosotros nos cuestan de entender. Pero básicamente, quieren hacer más dinero de forma sostenible, usando menos recursos y contaminando menos. Suena bien en teoría, pero habrá que ver cómo se traduce esto en la práctica. Esa visión 2072 que mencionan suena a planes grandiosos, esperemos que no se les vaya todo al traste.
El lugar elegido para este megacomplejo es Montes Claros, que parece que se quiere convertir en la capital farmacéutica de Latinoamérica. Ya han conseguido atraer otras inversiones del sector, así que ahora ya son como una especie de imán para las empresas. Según cuentan, tendrán más de dos mil trabajos directos y casi mil indirectos cuando estén a toda máquina. Eso sí es un empujón para la economía de la zona, ¡qué alivio!
Y no solo eso, sino que también están invirtiendo en educación. Parece que tienen un programa llamado Instituto Eurofarma que ya le dio la graduación a 30 técnicos en enfermería en Montes Claros. Eso sí que es ayudar a la juventud a conseguir un buen brete, y tener la oportunidad de trabajar en el nuevo complejo, ¡qué chévere! También están echando una mano a la salud pública donando medicinas, lo cual es algo que todos agradeceríamos que hicieran más seguido.
Esta planta es un jaleo tremendo, con 515 mil metros cuadrados en total y casi 250 mil construidos. Están haciendo todo por partes, para poder crecer poco a poco. Pero mi pregunta es, ¿cree usted que esta inversión extranjera traerá beneficios reales para Costa Rica, o solamente servirá para engordar las arcas de las empresas farmacéuticas? ¿Deberíamos exigir mayores garantías ambientales y laborales para estos proyectos?
La movida es que esta nueva planta, según dicen los gringos – perdón, los brasileños – es la más grande que tienen a nivel mundial, ¡imagínate! Es un complejo industrial que lo puede sostener todo, y promete un crecimiento bastante bueno para las próximas décadas. Parece sacado de película de ciencia ficción, con tanta maquinaria y tecnología de punta que dan ganas de ir a ver cómo funciona todo, aunque probablemente no entendamos ni jota.
Lo que sí me late es que dicen que van a invertir en la comunidad. No sé yo si esas promesas cumplen siempre, pero bueno, vamos a darle el beneficio de la duda. Además, planean hacer cosas bacanas para el medio ambiente, buscando un “equilibrio” entre ganar plata y cuidar el planeta. Qué buenísimo, siempre y cuando no sean puras migajas verdes, diay. ¿Será que por fin las empresas se pondrán las pilas con estas vainas?
Roberta Costa, la encargada de echarle ganas ahí, dice que esperan duplicar la producción mundial. ¡Imagínate la cantidad de pastillas y jarabes que van a fabricar! En 2024 ya estaban produciendo como unos 600 millones de unidades, ¡una locura! Eso significa más opciones para la gente, acceso a tratamientos nuevos... si es que el precio lo permite, claro está. Porque a veces te anuncian maravillas y al final te quedas mirando el techo.
María del Pilar Muñoz, otra gerente importante de la compañía, habla de “ganancias de escala” y “ecoeficiencia”. Ufff, palabras técnicas que a nosotros nos cuestan de entender. Pero básicamente, quieren hacer más dinero de forma sostenible, usando menos recursos y contaminando menos. Suena bien en teoría, pero habrá que ver cómo se traduce esto en la práctica. Esa visión 2072 que mencionan suena a planes grandiosos, esperemos que no se les vaya todo al traste.
El lugar elegido para este megacomplejo es Montes Claros, que parece que se quiere convertir en la capital farmacéutica de Latinoamérica. Ya han conseguido atraer otras inversiones del sector, así que ahora ya son como una especie de imán para las empresas. Según cuentan, tendrán más de dos mil trabajos directos y casi mil indirectos cuando estén a toda máquina. Eso sí es un empujón para la economía de la zona, ¡qué alivio!
Y no solo eso, sino que también están invirtiendo en educación. Parece que tienen un programa llamado Instituto Eurofarma que ya le dio la graduación a 30 técnicos en enfermería en Montes Claros. Eso sí que es ayudar a la juventud a conseguir un buen brete, y tener la oportunidad de trabajar en el nuevo complejo, ¡qué chévere! También están echando una mano a la salud pública donando medicinas, lo cual es algo que todos agradeceríamos que hicieran más seguido.
Esta planta es un jaleo tremendo, con 515 mil metros cuadrados en total y casi 250 mil construidos. Están haciendo todo por partes, para poder crecer poco a poco. Pero mi pregunta es, ¿cree usted que esta inversión extranjera traerá beneficios reales para Costa Rica, o solamente servirá para engordar las arcas de las empresas farmacéuticas? ¿Deberíamos exigir mayores garantías ambientales y laborales para estos proyectos?