¡Ay, Dios mío, qué vaina! A pocos días de irnos a las urnas y parece que seguimos dando vueltas en círculos. Las encuestas siguen mostrando a Laura Fernández arriba, pero con un colchón peligrosamente delgado. Y ahora sale con que su apoyo más firme viene de un sector bastante específico... vamos a verle el caso, ¿eh?
Según el último estudio del Idespo, la señora Fernández se apoya en un núcleo duro de votantes tradicionales, gente que siempre ha ido a votar, que le pone empeño a la política y que ya echó su baloto en 2022. No son precisamente los jóvenes idealistas que andan buscando cambio radical, sino más bien el público maduro que prefiere la estabilidad, digámoslo así. Que si les gusta el ritmo lento, como dicen por Guanacaste.
Y ojo, porque este núcleo duro no es un bloque homogéneo. Predominan los hombres (61%), muchos de ellos superando los 50 años. La educación se concentra entre quienes terminaron la secundaria o incluso tienen estudios primarios, lo cual nos da una idea de a quiénes está apuntando con su discurso. No son universitarios los que van a meterle bala a Fernández, eso seguro.
Pero lo que realmente me picó el diente es el tema de la religiosidad. Resulta que la mayoría de sus seguidores se identifican como católicos (48,1%), pero también cosecha un buen puñado de votos entre los evangélicos protestantes (32,1%). Esto demuestra que Fernández sabe cómo conectar con diferentes corrientes religiosas, algo que otros candidatos han pasado factura por no hacer. Al final, tocarle la fibra sensible de la fe es un arma poderosa, no hay que negarlo.
Por otro lado, resulta curioso que casi la mitad de sus partidarios afirman sentirse con una condición económica alta. ¡Pero bueno, nadie quiere admitir que está corto!, ¿verdad, compas? Quizás ahí haya una desconexión con la realidad de la mayoría de los costarricenses, que siguen batallando para llegar a fin de mes. Un poco raro, eh, que te sientas de lujo mientras tanto el pueblo anda apretado.
Miren, mientras Fernández se agarra a esta base fiel, el resto de los contendientes se quedan rezagados. Álvaro Ramos (PLN) lleva un tímido 6,6%, Claudia Dobles (CAC) un pírrico 5,2%, y Ariel Robles (Frente Amplio) apenas llega al 3,7%. Todos tratando de conseguir un respiro, de captar la atención de esos indecisos que todavía no se han decidido por nadie. Ramos cuenta con el apoyo de las mujeres y los mayordomos; Dobles se refugia en el voto universitario; y Robles intenta seducir a los jóvenes con un discurso de cambio. Pero todos parecen nadar contracorriente.
Este estudio, realizado a finales de noviembre con 868 entrevistas y un margen de error de ±3,3%, pinta un panorama complejo. Aunque Fernández va puntea, la verdad es que el resultado final depende de esos tantos por ciento de votantes indecisos que pueden decidirlo todo. Con tanta incertidumbre, cualquier cosa puede pasar en estas últimas semanas. Podríamos vernos sorpresas chivísimas, como cuando ganaron los Yankees a los Astros, ¡totalmente inesperado!
Entonces, mi pregunta para ustedes, mis queridos lectores del Foro: ¿Cree usted que la estrategia de Fernández, enfocándose en este sector conservador, será suficiente para asegurar la victoria? ¿O cree que los indecisos finalmente optarán por un candidato diferente, buscando un cambio de rumbo para el país?
Según el último estudio del Idespo, la señora Fernández se apoya en un núcleo duro de votantes tradicionales, gente que siempre ha ido a votar, que le pone empeño a la política y que ya echó su baloto en 2022. No son precisamente los jóvenes idealistas que andan buscando cambio radical, sino más bien el público maduro que prefiere la estabilidad, digámoslo así. Que si les gusta el ritmo lento, como dicen por Guanacaste.
Y ojo, porque este núcleo duro no es un bloque homogéneo. Predominan los hombres (61%), muchos de ellos superando los 50 años. La educación se concentra entre quienes terminaron la secundaria o incluso tienen estudios primarios, lo cual nos da una idea de a quiénes está apuntando con su discurso. No son universitarios los que van a meterle bala a Fernández, eso seguro.
Pero lo que realmente me picó el diente es el tema de la religiosidad. Resulta que la mayoría de sus seguidores se identifican como católicos (48,1%), pero también cosecha un buen puñado de votos entre los evangélicos protestantes (32,1%). Esto demuestra que Fernández sabe cómo conectar con diferentes corrientes religiosas, algo que otros candidatos han pasado factura por no hacer. Al final, tocarle la fibra sensible de la fe es un arma poderosa, no hay que negarlo.
Por otro lado, resulta curioso que casi la mitad de sus partidarios afirman sentirse con una condición económica alta. ¡Pero bueno, nadie quiere admitir que está corto!, ¿verdad, compas? Quizás ahí haya una desconexión con la realidad de la mayoría de los costarricenses, que siguen batallando para llegar a fin de mes. Un poco raro, eh, que te sientas de lujo mientras tanto el pueblo anda apretado.
Miren, mientras Fernández se agarra a esta base fiel, el resto de los contendientes se quedan rezagados. Álvaro Ramos (PLN) lleva un tímido 6,6%, Claudia Dobles (CAC) un pírrico 5,2%, y Ariel Robles (Frente Amplio) apenas llega al 3,7%. Todos tratando de conseguir un respiro, de captar la atención de esos indecisos que todavía no se han decidido por nadie. Ramos cuenta con el apoyo de las mujeres y los mayordomos; Dobles se refugia en el voto universitario; y Robles intenta seducir a los jóvenes con un discurso de cambio. Pero todos parecen nadar contracorriente.
Este estudio, realizado a finales de noviembre con 868 entrevistas y un margen de error de ±3,3%, pinta un panorama complejo. Aunque Fernández va puntea, la verdad es que el resultado final depende de esos tantos por ciento de votantes indecisos que pueden decidirlo todo. Con tanta incertidumbre, cualquier cosa puede pasar en estas últimas semanas. Podríamos vernos sorpresas chivísimas, como cuando ganaron los Yankees a los Astros, ¡totalmente inesperado!
Entonces, mi pregunta para ustedes, mis queridos lectores del Foro: ¿Cree usted que la estrategia de Fernández, enfocándose en este sector conservador, será suficiente para asegurar la victoria? ¿O cree que los indecisos finalmente optarán por un candidato diferente, buscando un cambio de rumbo para el país?
