¡Ay, Dios mío! Playa Hermosa amaneció con más movimiento que un pique de motocarros en temporada alta. Agentes del OIJ y fiscales llegaron temprano a Condovac La Costa, ese lugar icónico que ha sido refugio de tantos turistas y socios por décadas. Parece que la cosa está más caliente que un gallito de pelea.
Este allanamiento, amigos, es la culminación de un conflicto que venía hirviendo a fuego lento desde hace años. Según fuentes cercanas, la Fiscalía Adjunta de Liberia abrió una investigación por cosas gordas: administración fraudulenta, estafas a personitas de la tercera edad, enriquecimiento ilícito, fraude… ¡una sopa boba! Y encima, sospechan de fuga de impuestos tanto a Hacienda como a la CCSS. ¡Qué sal!
Pero, ¿cuál es la vaina? Pues resulta que un buen puñado de socios –al menos 250, dicen– están hartos de cómo se maneja el club. Aunque inicialmente presentaron la denuncia 22, la bronca es mucho más grande. Dicen que las juntas directivas pasadas le estaban jugando feo al asunto, tomando decisiones que nadie entiende y que, según ellos, solo beneficiaban a unos pocos.
Y ojo, porque las acusaciones son fuertes. Por ejemplo, cambiaron el lugar de las asambleas de San José, donde viven la mayoría de los socios –muchos ya jubilados– a Guanacaste, y las programaban a las siete de la mañana un sábado. ¡Imagínate! ¿Quién se levanta tan temprano un sábado para ir a una junta? Era pa’ que no fueran, claro. Además, dicen que el gerente general y su esposa tienen control total, con más de 500 acciones entre ambos. Eso sí que es tener el voto asegurado, diay.
A eso súmale que el hotel, que era la joya de la corona, parece que se fue al traste. Las piscinas turbias, el restaurante con poca gente, áreas verdes descuidadas... Dicen que todo esto es producto de un mal manejo de los fondos, que los socios nunca vieron dónde se estaba invirtiendo el dinero. Algunos murmuran que se iban los billetes en viajes lujosos y fiestas costosas. Un brete, vamos.
El cambio de modelo de negocio en 2011 también generó muchas quejas. Introdujeron el sistema ‘todo incluido’, abrieron las puertas a gente que no era socia y crearon paquetes como las “villas románticas”. Muchos socios lo vieron como una traición al espíritu original del club: un lugar exclusivo para quienes aportaban y disfrutaban de sus beneficios. Con la entrada de estos forasteros, afirman, se deterioraron las instalaciones y se perdió la esencia del lugar. Qué carga, la verdad.
Este allanamiento es un paso importante en esta novela que parece no tener fin. Si la Fiscalía encuentra pruebas de las irregularidades que denuncian, podríamos estar frente a un escándalo que sacudirá al mundo turístico de Guanacaste. Otros clubes podrían tomar nota y revisar sus propias cuentas, pa’ que no les pase lo mismo. La vara está puesta, compas.
Ahora, me pregunto: ¿Crees que la administración de Condovac La Costa podrá aclarar estas acusaciones y recuperar la confianza de los socios, o este caso terminará sentando un precedente oscuro para otros proyectos turísticos en Costa Rica? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!
Este allanamiento, amigos, es la culminación de un conflicto que venía hirviendo a fuego lento desde hace años. Según fuentes cercanas, la Fiscalía Adjunta de Liberia abrió una investigación por cosas gordas: administración fraudulenta, estafas a personitas de la tercera edad, enriquecimiento ilícito, fraude… ¡una sopa boba! Y encima, sospechan de fuga de impuestos tanto a Hacienda como a la CCSS. ¡Qué sal!
Pero, ¿cuál es la vaina? Pues resulta que un buen puñado de socios –al menos 250, dicen– están hartos de cómo se maneja el club. Aunque inicialmente presentaron la denuncia 22, la bronca es mucho más grande. Dicen que las juntas directivas pasadas le estaban jugando feo al asunto, tomando decisiones que nadie entiende y que, según ellos, solo beneficiaban a unos pocos.
Y ojo, porque las acusaciones son fuertes. Por ejemplo, cambiaron el lugar de las asambleas de San José, donde viven la mayoría de los socios –muchos ya jubilados– a Guanacaste, y las programaban a las siete de la mañana un sábado. ¡Imagínate! ¿Quién se levanta tan temprano un sábado para ir a una junta? Era pa’ que no fueran, claro. Además, dicen que el gerente general y su esposa tienen control total, con más de 500 acciones entre ambos. Eso sí que es tener el voto asegurado, diay.
A eso súmale que el hotel, que era la joya de la corona, parece que se fue al traste. Las piscinas turbias, el restaurante con poca gente, áreas verdes descuidadas... Dicen que todo esto es producto de un mal manejo de los fondos, que los socios nunca vieron dónde se estaba invirtiendo el dinero. Algunos murmuran que se iban los billetes en viajes lujosos y fiestas costosas. Un brete, vamos.
El cambio de modelo de negocio en 2011 también generó muchas quejas. Introdujeron el sistema ‘todo incluido’, abrieron las puertas a gente que no era socia y crearon paquetes como las “villas románticas”. Muchos socios lo vieron como una traición al espíritu original del club: un lugar exclusivo para quienes aportaban y disfrutaban de sus beneficios. Con la entrada de estos forasteros, afirman, se deterioraron las instalaciones y se perdió la esencia del lugar. Qué carga, la verdad.
Este allanamiento es un paso importante en esta novela que parece no tener fin. Si la Fiscalía encuentra pruebas de las irregularidades que denuncian, podríamos estar frente a un escándalo que sacudirá al mundo turístico de Guanacaste. Otros clubes podrían tomar nota y revisar sus propias cuentas, pa’ que no les pase lo mismo. La vara está puesta, compas.
Ahora, me pregunto: ¿Crees que la administración de Condovac La Costa podrá aclarar estas acusaciones y recuperar la confianza de los socios, o este caso terminará sentando un precedente oscuro para otros proyectos turísticos en Costa Rica? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!