¡Ay, Dios mío, qué bronca! La cosa está que arde en el panorama político nacional y parece que Laura Fernández, la aspirante a presidenta por el PPSO, se anda haciendo robar. Sus rivales, Ana Virginia Calzada, Álvaro Ramos y Claudia Dobles, le han declarado la guerra abierta, exigiendo a gritos un debate mano a mano para ver quién manda aquí.
Desde hace semanas, la exministra ha mantenido un perfil bajo, evitando los encuentros públicos y los conversatorios mediáticos. Algunos dicen que es una estrategia maestra para evitar quedar mal; otros, que simplemente le da miedo enfrentarse a preguntas incómodas. Lo cierto es que esta actitud ha provocado un revuelo generalizado y ha dado pie a todas clases de especulaciones.
Calzada, con su estilo directo y frontal, fue la primera en soltar prenda. Lanzó un video con su número de teléfono, invitándola a llamarla para agendar el debate. “Aquí estoy lista”, sentenció en redes sociales, con un tono desafiante. Luego, añadió un contador digital en su página web, mostrando cuántos días llevaba Fernández esquivando los debates. ¡Una verdadera torta!
Álvaro Ramos, por su parte, fue más diplomático, aunque igual de firme. Aseguró que las encuestas apuntan a un duelo directo entre él y Fernández, y que un debate sería fundamental para que el pueblo pueda tomar una decisión informada. Soltó la frasecita: “Evadir un debate no es táctica, es darle la espalda al pueblo”. ¡Más claro imposible!
Claudia Dobles tampoco se quedó atrás. Decidió recurrir a un contador público en sus redes sociales, mostrando la cantidad de eventos a los que Fernández no había asistido. Argumentó que “la democracia se construye dialogando, no huyendo”. Aunque algunos criticaron su método como infantil, Dobles defendió su postura, afirmando que quería llamar la atención sobre la falta de transparencia de la candidata oficialista.
Lo curioso de todo este asunto es que, pese a la presión constante, Fernández sigue guardándose silencio. Hasta el momento, no ha emitido ninguna declaración pública sobre las acusaciones ni ha aceptado formalmente ningún debate. Según fuentes cercanas a su campaña, estaría preparando una serie de anuncios sorpresa para enero, pero eso no ha calmado las aguas. Algunos analistas sugieren que podría estar esperando a que la popularidad de sus rivales disminuya antes de salir a escena.
Y hablando de reacciones, Diario Extra intentó contactar a la campaña de Fernández para obtener su versión de la historia, pero no obtuvimos respuesta. ¡Qué despiche! Parece que prefieren seguir jugando a desaparecer, esperando que la polémica se calme por arte de magia. Pero en la política, como en la vida, a veces es mejor enfrentar los problemas de frente.
Ahora bien, ¿creen ustedes que Laura Fernández se está equivocando al evitar los debates, o que realmente tiene una estrategia secreta que nadie comprende? ¿Les parece justo que sus rivales la presionen de esta manera, o deberían darle un respiro? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios, ¡quiero leerlos!
Desde hace semanas, la exministra ha mantenido un perfil bajo, evitando los encuentros públicos y los conversatorios mediáticos. Algunos dicen que es una estrategia maestra para evitar quedar mal; otros, que simplemente le da miedo enfrentarse a preguntas incómodas. Lo cierto es que esta actitud ha provocado un revuelo generalizado y ha dado pie a todas clases de especulaciones.
Calzada, con su estilo directo y frontal, fue la primera en soltar prenda. Lanzó un video con su número de teléfono, invitándola a llamarla para agendar el debate. “Aquí estoy lista”, sentenció en redes sociales, con un tono desafiante. Luego, añadió un contador digital en su página web, mostrando cuántos días llevaba Fernández esquivando los debates. ¡Una verdadera torta!
Álvaro Ramos, por su parte, fue más diplomático, aunque igual de firme. Aseguró que las encuestas apuntan a un duelo directo entre él y Fernández, y que un debate sería fundamental para que el pueblo pueda tomar una decisión informada. Soltó la frasecita: “Evadir un debate no es táctica, es darle la espalda al pueblo”. ¡Más claro imposible!
Claudia Dobles tampoco se quedó atrás. Decidió recurrir a un contador público en sus redes sociales, mostrando la cantidad de eventos a los que Fernández no había asistido. Argumentó que “la democracia se construye dialogando, no huyendo”. Aunque algunos criticaron su método como infantil, Dobles defendió su postura, afirmando que quería llamar la atención sobre la falta de transparencia de la candidata oficialista.
Lo curioso de todo este asunto es que, pese a la presión constante, Fernández sigue guardándose silencio. Hasta el momento, no ha emitido ninguna declaración pública sobre las acusaciones ni ha aceptado formalmente ningún debate. Según fuentes cercanas a su campaña, estaría preparando una serie de anuncios sorpresa para enero, pero eso no ha calmado las aguas. Algunos analistas sugieren que podría estar esperando a que la popularidad de sus rivales disminuya antes de salir a escena.
Y hablando de reacciones, Diario Extra intentó contactar a la campaña de Fernández para obtener su versión de la historia, pero no obtuvimos respuesta. ¡Qué despiche! Parece que prefieren seguir jugando a desaparecer, esperando que la polémica se calme por arte de magia. Pero en la política, como en la vida, a veces es mejor enfrentar los problemas de frente.
Ahora bien, ¿creen ustedes que Laura Fernández se está equivocando al evitar los debates, o que realmente tiene una estrategia secreta que nadie comprende? ¿Les parece justo que sus rivales la presionen de esta manera, o deberían darle un respiro? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios, ¡quiero leerlos!