El Festival de la Luz 2025 quedó marcado por un ritmo rapidísimo, dejando a muchos boquiabiertos y, aparentemente, bastante contentos, especialmente al alcalde Diego Miranda. Parece que este año decidieron darle un empujoncito al asunto, cambiando la ruta y evitando el tradicional cruce por Paseo Colón y la Avenida Segunda. Al final, a diferencia de años anteriores donde nos hacíamos una pila hasta la media noche, la cosa terminó considerablemente antes, alrededor de las 8:30 – 9:00 p.m., ¡una maravilla para los mae que tenemos horarios!
Según el alcalde y Marcelito Solano, director de la Policía Municipal, la organización funcionó a pedir de Dios. Solano recalcó que no tuvieron que atender nada grave durante el evento, lo cual es digno de aplaudir, considerando la cantidad de gente que se junta en esos momentos. Y eso sí, a pesar de que llovío’ a cántaros un rato antes, llegaron muchísima gente, demostrando que los festivales de estos son imbatibles aunque te mojes como gato.
En términos de seguridad, parece que cumplieron cabalmente. La Fuerza Pública tuvo que hacer algunas detenciones por hurtos, y la Policía Municipal mantuvo el orden, aunque aparentemente no tuvieron que intervenir directamente en ninguna riña mayor. El PANI tuvo que encargarse de encontrar a unos cuantos niños que se perdieron entre la multitud, ¡qué susto para los papás!, pero afortunadamente todos regresaron sanos y salvos con sus familiares. Un detalle que no pasó tan tranquilo fueron algunos decomisos de vendedores ambulantes, como siempre, buscando hacer su brevetazo, y algunos conatos de pelea que se manejaron a tiempo.
Ahora, entrando en detalles más técnicos, surgió un tema que generó un poco de controversia en redes sociales: la iluminación, o la falta de ella, en el Parque Metropolitano La Sabana. Muchos se quejaron de que ciertos sectores estaban casi a oscuras, lo cual obviamente afectó la experiencia visual de quienes se ubicaron allá. Pero según el alcalde, no todo fue casualidad; explicó que apagaron intencionalmente algunas áreas para evitar accidentes y prevenir problemas de seguridad.
“Mucha de la iluminación que no hubo ahí fue adrede, precisamente para que la gente no se ubicara allí porque había zonas que identificamos como riesgosas”, soltó el alcalde. Según explicó, esas zonas incluían curvas peligrosas y lugares propicios para caídas o daños a los participantes. Una medida preventiva, digamos, aunque no convenció a todos los que esperaban disfrutar del espectáculo con toda la luz del mundo. Es evidente que tenían la intención de evitar que la gente se agolpara en esos puntos conflictivos.
El alcalde también planteó la posibilidad de instalar luces similares a las del Paseo Colón y la Avenida Segunda en La Sabana, para futuras ocasiones. “Siempre hay espacio para mejorar”, insistió. Esto podría solucionar el problema de iluminación y ofrecer una experiencia más completa y segura a los asistentes. Otras áreas verdes como el Parque Nacional, Central y España ya cuentan con iluminación especial para estas fechas, así que replicar esa iniciativa en La Sabana parece una idea sensata.
Más allá de los aspectos técnicos y organizativos, lo importante es que la mayoría de la gente se fue contenta del festival. El alcalde, visiblemente satisfecho, resaltó que la apuesta arriesgada de cambiar la ruta y optimizar los tiempos resultó exitosa. Aunque siempre habrá críticos y detractores que busquen sembrar dudas o promover sus propias agendas, lo fundamental es reconocer el esfuerzo realizado y celebrar el éxito de un evento que sigue siendo una tradición muy querida por los costarricenses. Como dice el dicho, ‘el que quiere celeste, que le den morado’, y parece que este año la mayoría se conformó con el rojo, amarillo y verde del festival.
Con todo esto, me pregunto… ¿Creen ustedes que la decisión de limitar la iluminación en La Sabana fue realmente necesaria para garantizar la seguridad, o simplemente fue una excusa para evitar enfrentar un problema mayor con la organización del parque? Compartan sus opiniones en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensan!
Según el alcalde y Marcelito Solano, director de la Policía Municipal, la organización funcionó a pedir de Dios. Solano recalcó que no tuvieron que atender nada grave durante el evento, lo cual es digno de aplaudir, considerando la cantidad de gente que se junta en esos momentos. Y eso sí, a pesar de que llovío’ a cántaros un rato antes, llegaron muchísima gente, demostrando que los festivales de estos son imbatibles aunque te mojes como gato.
En términos de seguridad, parece que cumplieron cabalmente. La Fuerza Pública tuvo que hacer algunas detenciones por hurtos, y la Policía Municipal mantuvo el orden, aunque aparentemente no tuvieron que intervenir directamente en ninguna riña mayor. El PANI tuvo que encargarse de encontrar a unos cuantos niños que se perdieron entre la multitud, ¡qué susto para los papás!, pero afortunadamente todos regresaron sanos y salvos con sus familiares. Un detalle que no pasó tan tranquilo fueron algunos decomisos de vendedores ambulantes, como siempre, buscando hacer su brevetazo, y algunos conatos de pelea que se manejaron a tiempo.
Ahora, entrando en detalles más técnicos, surgió un tema que generó un poco de controversia en redes sociales: la iluminación, o la falta de ella, en el Parque Metropolitano La Sabana. Muchos se quejaron de que ciertos sectores estaban casi a oscuras, lo cual obviamente afectó la experiencia visual de quienes se ubicaron allá. Pero según el alcalde, no todo fue casualidad; explicó que apagaron intencionalmente algunas áreas para evitar accidentes y prevenir problemas de seguridad.
“Mucha de la iluminación que no hubo ahí fue adrede, precisamente para que la gente no se ubicara allí porque había zonas que identificamos como riesgosas”, soltó el alcalde. Según explicó, esas zonas incluían curvas peligrosas y lugares propicios para caídas o daños a los participantes. Una medida preventiva, digamos, aunque no convenció a todos los que esperaban disfrutar del espectáculo con toda la luz del mundo. Es evidente que tenían la intención de evitar que la gente se agolpara en esos puntos conflictivos.
El alcalde también planteó la posibilidad de instalar luces similares a las del Paseo Colón y la Avenida Segunda en La Sabana, para futuras ocasiones. “Siempre hay espacio para mejorar”, insistió. Esto podría solucionar el problema de iluminación y ofrecer una experiencia más completa y segura a los asistentes. Otras áreas verdes como el Parque Nacional, Central y España ya cuentan con iluminación especial para estas fechas, así que replicar esa iniciativa en La Sabana parece una idea sensata.
Más allá de los aspectos técnicos y organizativos, lo importante es que la mayoría de la gente se fue contenta del festival. El alcalde, visiblemente satisfecho, resaltó que la apuesta arriesgada de cambiar la ruta y optimizar los tiempos resultó exitosa. Aunque siempre habrá críticos y detractores que busquen sembrar dudas o promover sus propias agendas, lo fundamental es reconocer el esfuerzo realizado y celebrar el éxito de un evento que sigue siendo una tradición muy querida por los costarricenses. Como dice el dicho, ‘el que quiere celeste, que le den morado’, y parece que este año la mayoría se conformó con el rojo, amarillo y verde del festival.
Con todo esto, me pregunto… ¿Creen ustedes que la decisión de limitar la iluminación en La Sabana fue realmente necesaria para garantizar la seguridad, o simplemente fue una excusa para evitar enfrentar un problema mayor con la organización del parque? Compartan sus opiniones en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensan!
