Ay, mi gente, ¡qué vaina! El juicio contra don Celso Gamboa, el exdiputado que anda dando vueltas en los líos judiciales, comenzó este martes con más ‘despiche’ que un baile de borukeros. Con casi hora y media de retraso, el tribunal finalmente se sentó a escuchar el caso del presunto uso de un documento falso que lo sacó del ojo de torbellino de un juicio previo.
La bronca empezó porque resulta que uno de los jueces no llegó puntual – aparentemente, tuvo un percance en el camino. Eso ya nos puso a todos con la mosca detrás de la oreja, pensando qué estaría pasando ahí. Luego vino la presentación del señor Barahona, el juez que originalmente tenía el caso, quien salió con la lengua afuera reclamando que lo citaron para el jueves anterior y luego lo mandaron a correr sin avisarle nada. Un tratamiento de esos, ¡qué poca consideración!
Y para colmo, lo llamaron para interrumpir otro juicio que él está llevando, uno delicado, de delitos sexuales contra menores. Imagínate el brete que se armó allá, tratando de cuadrar todo. Al final, tuvieron que suspender el juicio del día, culpar a la Fiscalía por no tramitar los documentos correctos. En fin, una cadena de situaciones que pusieron a todos a pensar si esto va a llegar a buen término. Como dicen por ahí, ‘si el río suena, agua lleva’, y este caso huele raro, muy raro.
Lo importante del asunto es que según el señor Barahona, la ausencia de Gamboa en ese juicio anterior fue la gota que derramó el vaso. “Fue el que faltó y por eso no se hizo,” declaró contundentemente. Añadió que por esa razón se le quitó el caso, argumentando que había cometido un “abandono de defensa”. Pues claro, si te vas corriendo de la justicia, ¿qué quieres que te pase?
Este cuento de Gamboa arrastra desde el lejano 2019, cuando debía comparecer en Cartago como abogado. Se ausentó y para justificarlo, presentó una supuesta certificación de la Policía de Control Fiscal firmada por Irving Malespín, otro personaje envuelto en la maraña legal. Pero la jugada no funcionó, ya que se cuestionó la veracidad del documento. Ese Malespín siempre metiéndose en ‘varetas’ ajenas, diay.
Pero la cosa no terminó ahí. Este martes, al intentar retomar el juicio en un formato exprés, encontraron un error en la acusación: una fecha mezclada. Ante semejante ‘torta’, el tribunal rechazó la corrección, dejando el caso en una situación precaria. Parece que el destino del juicio está más movidizo que un chiquito en carnaval. ¡Qué pena, ay!
La verdad es que todo este embrollo ha levantado muchas cejas en el país. Ver a un exdiputado, y encima con tantos problemas legales, generando tanto revuelo en la justicia, no sienta nada bien. Da la impresión de que hay intereses oscuros jugando, de que alguien está protegiendo a alguien. No sé ustedes, pero yo siento que todavía falta mucho por salir a la luz en este caso. Las cosas suelen funcionar así en nuestro amado Costa Rica; siempre hay ‘chunches’ escondidos debajo de la alfombra.
En fin, este caso sigue siendo un completo ‘sal’. Y me pregunto, ¿ustedes creen que este juicio llegará alguna vez a una conclusión justa, o seguirá siendo un circo interminable de demoras y sorpresas desagradables? Dejen sus opiniones en el foro, estoy ansioso por saber qué piensa la gente sobre este rollo.
La bronca empezó porque resulta que uno de los jueces no llegó puntual – aparentemente, tuvo un percance en el camino. Eso ya nos puso a todos con la mosca detrás de la oreja, pensando qué estaría pasando ahí. Luego vino la presentación del señor Barahona, el juez que originalmente tenía el caso, quien salió con la lengua afuera reclamando que lo citaron para el jueves anterior y luego lo mandaron a correr sin avisarle nada. Un tratamiento de esos, ¡qué poca consideración!
Y para colmo, lo llamaron para interrumpir otro juicio que él está llevando, uno delicado, de delitos sexuales contra menores. Imagínate el brete que se armó allá, tratando de cuadrar todo. Al final, tuvieron que suspender el juicio del día, culpar a la Fiscalía por no tramitar los documentos correctos. En fin, una cadena de situaciones que pusieron a todos a pensar si esto va a llegar a buen término. Como dicen por ahí, ‘si el río suena, agua lleva’, y este caso huele raro, muy raro.
Lo importante del asunto es que según el señor Barahona, la ausencia de Gamboa en ese juicio anterior fue la gota que derramó el vaso. “Fue el que faltó y por eso no se hizo,” declaró contundentemente. Añadió que por esa razón se le quitó el caso, argumentando que había cometido un “abandono de defensa”. Pues claro, si te vas corriendo de la justicia, ¿qué quieres que te pase?
Este cuento de Gamboa arrastra desde el lejano 2019, cuando debía comparecer en Cartago como abogado. Se ausentó y para justificarlo, presentó una supuesta certificación de la Policía de Control Fiscal firmada por Irving Malespín, otro personaje envuelto en la maraña legal. Pero la jugada no funcionó, ya que se cuestionó la veracidad del documento. Ese Malespín siempre metiéndose en ‘varetas’ ajenas, diay.
Pero la cosa no terminó ahí. Este martes, al intentar retomar el juicio en un formato exprés, encontraron un error en la acusación: una fecha mezclada. Ante semejante ‘torta’, el tribunal rechazó la corrección, dejando el caso en una situación precaria. Parece que el destino del juicio está más movidizo que un chiquito en carnaval. ¡Qué pena, ay!
La verdad es que todo este embrollo ha levantado muchas cejas en el país. Ver a un exdiputado, y encima con tantos problemas legales, generando tanto revuelo en la justicia, no sienta nada bien. Da la impresión de que hay intereses oscuros jugando, de que alguien está protegiendo a alguien. No sé ustedes, pero yo siento que todavía falta mucho por salir a la luz en este caso. Las cosas suelen funcionar así en nuestro amado Costa Rica; siempre hay ‘chunches’ escondidos debajo de la alfombra.
En fin, este caso sigue siendo un completo ‘sal’. Y me pregunto, ¿ustedes creen que este juicio llegará alguna vez a una conclusión justa, o seguirá siendo un circo interminable de demoras y sorpresas desagradables? Dejen sus opiniones en el foro, estoy ansioso por saber qué piensa la gente sobre este rollo.
