¡Ay, Dios mío! La comunidad de Goicoechea está que ardiendo, literal. Se vino abajo el ánimo con la partida de Luis Roberto López Angulo, más conocido como ‘Luilli’ o ‘Topo’, un corredor reconocido y querido en estos rincones. El pobre hombre, haciendo lo que más le gustaba, echar unos kilómetros corriendo, fue víctima de un accidente terrible este fin de semana.
La cosa pasó así: Luilli transitaba por la acera, entrenando solito, cuando un carro, aparentemente sin control, se saltó los límites y lo fue a tocar. Un golpe certero que lo dejó mal herido, y pese a los esfuerzos médicos, finalmente no superó. La noticia cayó como un balde de agua fría, dejando a toda su familia y amigos desconsolados. ¡Qué pena, mae!
Priscilla López, la hermana de Luilli, hablando con nosotros, apenas contenía las lágrimas mientras expresaba el dolor profundo que siente la familia. "Es un vacío inmenso, algo que nunca podremos llenar", nos dijo entre sollozos. Pero además del duelo, hay rabia, una frustración palpable ante la aparente impunidad al volante. Según ella, esto demuestra que las leyes de tránsito en Costa Rica necesitan urgentemente una revisión profunda y sanciones más contundentes. Necesitamos que el que se monte tras el volante tenga responsabilidad y respeto por la vida ajena."
“Ya basta, señores”, enfatizó Priscilla con firmeza, “no podemos seguir perdiendo vidas inocentes por culpa de conductores irresponsables. Mi hermano era un hombre trabajador, dedicado a su familia y apasionado por el deporte. Su sueño era seguir corriendo, representando a nuestro país... y ahora, eso se acabó de manera tan injusta.” De verdad que da qué pensar cómo alguien puede estar tan descuidado al manejar y arruinarle la vida a otros, ¿no?
Luilli, además de ser un excelente corredor, era un fanático del Deportivo Saprissa. Era de esos que se sabía todos los nombres de los jugadores, iba a todas las finales… un verdiblanco hasta la médula. La familia ha expresado el deseo de que el club lo reconozca de alguna forma, ya sea con un homenaje o una placa conmemorativa. Sería lindo recordar a Luilli como parte de la historia saprizuna, porque él siempre vivió y respiró fútbol.
Las investigaciones del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) están en curso para determinar exactamente cómo ocurrió el accidente. Hasta ahora, las primeras versiones indican que el vehículo perdió el control, invadió la acera y chocó contra Luilli. Lo bueno es que, al parecer, el conductor estaba sobrio, tal como confirmó la prueba de alcoholemia. Eso no justifica nada, obvio, pero al menos elimina ese factor. Ahora toca averiguar si hubo exceso de velocidad, negligencia o algún otro problema.
La noticia ha generado mucha conmoción en redes sociales, donde miles de personas han expresado sus condolencias a la familia López Angulo. Hay mensajes de cariño, apoyo e incluso llamados a la reflexión sobre la seguridad vial en Costa Rica. Muchos piden más controles policiales, campañas de concientización y castigos ejemplares para quienes ponen en riesgo la vida de los demás. ¡Que se espabilen, diay! Porque así no vamos a poder bajar la alarmante cifra de accidentes en nuestras carreteras.
La pérdida de Luilli es una tragedia que nos duele a todos los costarricenses. Una vida truncada, un sueño destrozado y una familia devastada. Y la pregunta que queda flotando en el aire, compañeros del Foro: ¿Qué medidas concretas debemos tomar desde ya como sociedad para evitar que tragedias como ésta se repitan? ¿Deberíamos endurecer las penas para los conductores culpables de causar accidentes graves? Compartan sus ideas y propuestas para construir un país más seguro para todos.
La cosa pasó así: Luilli transitaba por la acera, entrenando solito, cuando un carro, aparentemente sin control, se saltó los límites y lo fue a tocar. Un golpe certero que lo dejó mal herido, y pese a los esfuerzos médicos, finalmente no superó. La noticia cayó como un balde de agua fría, dejando a toda su familia y amigos desconsolados. ¡Qué pena, mae!
Priscilla López, la hermana de Luilli, hablando con nosotros, apenas contenía las lágrimas mientras expresaba el dolor profundo que siente la familia. "Es un vacío inmenso, algo que nunca podremos llenar", nos dijo entre sollozos. Pero además del duelo, hay rabia, una frustración palpable ante la aparente impunidad al volante. Según ella, esto demuestra que las leyes de tránsito en Costa Rica necesitan urgentemente una revisión profunda y sanciones más contundentes. Necesitamos que el que se monte tras el volante tenga responsabilidad y respeto por la vida ajena."
“Ya basta, señores”, enfatizó Priscilla con firmeza, “no podemos seguir perdiendo vidas inocentes por culpa de conductores irresponsables. Mi hermano era un hombre trabajador, dedicado a su familia y apasionado por el deporte. Su sueño era seguir corriendo, representando a nuestro país... y ahora, eso se acabó de manera tan injusta.” De verdad que da qué pensar cómo alguien puede estar tan descuidado al manejar y arruinarle la vida a otros, ¿no?
Luilli, además de ser un excelente corredor, era un fanático del Deportivo Saprissa. Era de esos que se sabía todos los nombres de los jugadores, iba a todas las finales… un verdiblanco hasta la médula. La familia ha expresado el deseo de que el club lo reconozca de alguna forma, ya sea con un homenaje o una placa conmemorativa. Sería lindo recordar a Luilli como parte de la historia saprizuna, porque él siempre vivió y respiró fútbol.
Las investigaciones del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) están en curso para determinar exactamente cómo ocurrió el accidente. Hasta ahora, las primeras versiones indican que el vehículo perdió el control, invadió la acera y chocó contra Luilli. Lo bueno es que, al parecer, el conductor estaba sobrio, tal como confirmó la prueba de alcoholemia. Eso no justifica nada, obvio, pero al menos elimina ese factor. Ahora toca averiguar si hubo exceso de velocidad, negligencia o algún otro problema.
La noticia ha generado mucha conmoción en redes sociales, donde miles de personas han expresado sus condolencias a la familia López Angulo. Hay mensajes de cariño, apoyo e incluso llamados a la reflexión sobre la seguridad vial en Costa Rica. Muchos piden más controles policiales, campañas de concientización y castigos ejemplares para quienes ponen en riesgo la vida de los demás. ¡Que se espabilen, diay! Porque así no vamos a poder bajar la alarmante cifra de accidentes en nuestras carreteras.
La pérdida de Luilli es una tragedia que nos duele a todos los costarricenses. Una vida truncada, un sueño destrozado y una familia devastada. Y la pregunta que queda flotando en el aire, compañeros del Foro: ¿Qué medidas concretas debemos tomar desde ya como sociedad para evitar que tragedias como ésta se repitan? ¿Deberíamos endurecer las penas para los conductores culpables de causar accidentes graves? Compartan sus ideas y propuestas para construir un país más seguro para todos.
