Diay, maes, ¿cómo va todo? Estaba aquí, tomándome un cafecito y leyendo las noticias del día, y me topé con una que me llamó la atención. Ya uno está acostumbrado a que todas las inauguraciones, las inversiones y el despiche de presas sea aquí, en la GAM. Pareciera que más allá del Zurquí o de Ochomogo el país se vuelve invisible para las grandes empresas. Pero de vez en cuando, hay una que otra movida que rompe el molde y vale la pena ponerle el ojo encima.
La vara es que Grupo Unicomer, los dueños de Gollo, acaban de abrir dos tiendas nuevas de Gollo Motors. Y no, no fue en Escazú ni en Curri. Se mandaron a Bataán de Limón y a Nicoya en Guanacaste. Y la verdad, ¡qué tuanis que se fijen en esas zonas! Según leí, la inversión para levantar esos dos locales fue de unos 100 mil dólares. Obviamente no es que están construyendo un estadio, pero para dos tiendas de motos en zonas rurales, es una señal de que no están jugando de casita. Además, abrieron una Gollo Ópticas en Miramar de Puntarenas, así que se ve que la estrategia de salirse de Chepe va en serio.
Lo que me parece más carga de la jugada es el análisis que hacen para escoger los lugares. No es que tiraron un dardo en el mapa de Costa Rica. El toque es que están leyendo las necesidades de la gente. En Bataán, por ejemplo, la moto no es un lujo, mae, es el chunche de brete. Es la herramienta para pulsearla, para moverse en una zona donde el transporte público a veces no da la talla y la economía es súper dinámica. En Nicoya, la lógica es otra: el boom turístico. Con tanto hotel y movimiento, se necesita transporte ágil y económico, tanto para los que bretean ahí como para los mismos turistas que quieren ir a su aire. La moto, de nuevo, es la solución perfecta.
Y aquí es donde la cosa se pone interesante. Eduardo Córdoba, el gerente de mercadeo de Unicomer, dijo algo que suena a discurso corporativo pero que tiene bastante de cierto: "La motocicleta no es solo un medio de transporte, también es un apoyo para la productividad, el turismo y la vida diaria de miles de familias". Traducido al buen tico: se dieron cuenta de que vender motos en la ruralidad no es vender un hobby, es vender progreso, es darle a la gente una herramienta para que su negocio o su trabajo camine más rápido. Es una visión que va más allá de simplemente abrir una tienda y esperar a que la gente llegue a comprar.
Ahora, seamos realistas. Esto no va a solucionar el centralismo del país de la noche a la mañana. Pero es un paso. Es una empresa grande diciéndole al mercado: "Hey, hay vida, clientes y oportunidades de negocio fuera de la Ruta 27". El plan de ellos es duplicar estas tiendas para 2026, lo que significa que la apuesta es a largo plazo. Al final del día, esto se traduce en más opciones para la gente de la zona, quizás un par de empleos directos y, sobre todo, la sensación de que no están completamente olvidados por el desarrollo. Es una señal, pequeña si quieren, pero señal al fin, de que el billete puede y debe moverse fuera de Chepe.
Así que me queda la pregunta para ustedes, la gente pensante de este foro. ¿Creen que esta es la ruta correcta para que más empresas grandes le pongan atención a las costas y zonas rurales? ¿O es pura hablada de mercadeo y al final del día no cambia mucho la vara para la gente de a pie? ¡Los leo!
La vara es que Grupo Unicomer, los dueños de Gollo, acaban de abrir dos tiendas nuevas de Gollo Motors. Y no, no fue en Escazú ni en Curri. Se mandaron a Bataán de Limón y a Nicoya en Guanacaste. Y la verdad, ¡qué tuanis que se fijen en esas zonas! Según leí, la inversión para levantar esos dos locales fue de unos 100 mil dólares. Obviamente no es que están construyendo un estadio, pero para dos tiendas de motos en zonas rurales, es una señal de que no están jugando de casita. Además, abrieron una Gollo Ópticas en Miramar de Puntarenas, así que se ve que la estrategia de salirse de Chepe va en serio.
Lo que me parece más carga de la jugada es el análisis que hacen para escoger los lugares. No es que tiraron un dardo en el mapa de Costa Rica. El toque es que están leyendo las necesidades de la gente. En Bataán, por ejemplo, la moto no es un lujo, mae, es el chunche de brete. Es la herramienta para pulsearla, para moverse en una zona donde el transporte público a veces no da la talla y la economía es súper dinámica. En Nicoya, la lógica es otra: el boom turístico. Con tanto hotel y movimiento, se necesita transporte ágil y económico, tanto para los que bretean ahí como para los mismos turistas que quieren ir a su aire. La moto, de nuevo, es la solución perfecta.
Y aquí es donde la cosa se pone interesante. Eduardo Córdoba, el gerente de mercadeo de Unicomer, dijo algo que suena a discurso corporativo pero que tiene bastante de cierto: "La motocicleta no es solo un medio de transporte, también es un apoyo para la productividad, el turismo y la vida diaria de miles de familias". Traducido al buen tico: se dieron cuenta de que vender motos en la ruralidad no es vender un hobby, es vender progreso, es darle a la gente una herramienta para que su negocio o su trabajo camine más rápido. Es una visión que va más allá de simplemente abrir una tienda y esperar a que la gente llegue a comprar.
Ahora, seamos realistas. Esto no va a solucionar el centralismo del país de la noche a la mañana. Pero es un paso. Es una empresa grande diciéndole al mercado: "Hey, hay vida, clientes y oportunidades de negocio fuera de la Ruta 27". El plan de ellos es duplicar estas tiendas para 2026, lo que significa que la apuesta es a largo plazo. Al final del día, esto se traduce en más opciones para la gente de la zona, quizás un par de empleos directos y, sobre todo, la sensación de que no están completamente olvidados por el desarrollo. Es una señal, pequeña si quieren, pero señal al fin, de que el billete puede y debe moverse fuera de Chepe.
Así que me queda la pregunta para ustedes, la gente pensante de este foro. ¿Creen que esta es la ruta correcta para que más empresas grandes le pongan atención a las costas y zonas rurales? ¿O es pura hablada de mercadeo y al final del día no cambia mucho la vara para la gente de a pie? ¡Los leo!