¡Ay, Dios mío, qué despiche! El clima nos jugó una muy mala pasada este lunes. Según el IMN, el país entero recibió una paliza de vientos huracanados, pero ojo, que Guanacaste se llevó la peor parte. Ráfagas que superaron los 90 kilómetros por hora dejaron a muchos pensando si debíamos estar buscando refugio en cuevas, diay.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) reportó que la máxima velocidad registrada fue de 92.2 km/h en La Cruz, Guanacaste. Imagínate la cosa, maé. Mientras tanto, en Iztarú, Cartago, aunque la cifra fue menor con 40.8 km/h, aún así era suficiente para sacudirnos como hojas secas. Parece que el viento no discriminó ni siquiera las zonas altas.
Y no pienses que eso es todo. El Volcán Irazú, siempre movido, también sintió la furia del viento, con ráfagas que rondaban los 79 km/h. Incluso los aeropuertos internacionales, Juan Santamaría y Liberia, tuvieron que lidiar con velocidades entre 62 y 79 km/h. Pura bronca para los viajeros, chunches retrasados, cancelaciones, el rollo completo.
La verdad es que, haber si esto no va a más. Muchos lugareños en Guanacaste comentan que nunca habían visto vientos tan fuertes en diciembre. Dicen que hasta los árboles estaban bailando salsa a toda máquina y que las casas temblaban como gelatina. La gente andaba preocupada, claro, porque estos fenómenos pueden traer consecuencias graves. Qué vara, justo cuando estamos entrando a fin de año y todos quieren pasarla tranquilos.
Las autoridades ya han emitido algunas recomendaciones, principalmente para evitar salir de casa si no es estrictamente necesario y asegurar bien cualquier objeto que pueda volar. Además, piden estar atentos a las actualizaciones del IMN, porque dicen que todavía podrían haber cambios en el pronóstico. Siempre hay que tener cuidado, brete, no vaya a ser que nos agarre desprevenidos.
Pero, miren, acá en Costa Rica somos expertos en adaptarnos, ¿verdad? Ya la gente anda comentando cómo aprovechar la brisa para secar la ropa más rápido, jaja. Un poco de humor siempre viene bien para quitarle importancia a las cosas, maé. Aunque, siendo sinceros, cuando ves una rama gigante volando por la ventana, ya no te da tanta risa, diay.
Este fenómeno climático coincide con la época navideña, justo cuando la mayoría de nosotros nos preparamos para celebrar con familia y amigos. Esperemos que la situación mejore pronto y podamos disfrutar de unas fiestas tranquilas y seguras. Lo único que queremos es poder compartir cenas deliciosas y brindar por un nuevo año lleno de bendiciones, sin tener que escondernos bajo la mesa por culpa del viento. Vamos a ver si Don Tiempo se pone bueno, parce.
Definitivamente, este episodio nos ha recordado la fuerza de la naturaleza y la importancia de estar preparados ante cualquier eventualidad. Ahora me pregunto, ¿cree usted que deberíamos empezar a considerar medidas más drásticas para proteger nuestras viviendas y comunidades frente a este tipo de fenómenos climáticos extremos, o simplemente seguimos cruzándonos de brazos esperando lo peor?
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) reportó que la máxima velocidad registrada fue de 92.2 km/h en La Cruz, Guanacaste. Imagínate la cosa, maé. Mientras tanto, en Iztarú, Cartago, aunque la cifra fue menor con 40.8 km/h, aún así era suficiente para sacudirnos como hojas secas. Parece que el viento no discriminó ni siquiera las zonas altas.
Y no pienses que eso es todo. El Volcán Irazú, siempre movido, también sintió la furia del viento, con ráfagas que rondaban los 79 km/h. Incluso los aeropuertos internacionales, Juan Santamaría y Liberia, tuvieron que lidiar con velocidades entre 62 y 79 km/h. Pura bronca para los viajeros, chunches retrasados, cancelaciones, el rollo completo.
La verdad es que, haber si esto no va a más. Muchos lugareños en Guanacaste comentan que nunca habían visto vientos tan fuertes en diciembre. Dicen que hasta los árboles estaban bailando salsa a toda máquina y que las casas temblaban como gelatina. La gente andaba preocupada, claro, porque estos fenómenos pueden traer consecuencias graves. Qué vara, justo cuando estamos entrando a fin de año y todos quieren pasarla tranquilos.
Las autoridades ya han emitido algunas recomendaciones, principalmente para evitar salir de casa si no es estrictamente necesario y asegurar bien cualquier objeto que pueda volar. Además, piden estar atentos a las actualizaciones del IMN, porque dicen que todavía podrían haber cambios en el pronóstico. Siempre hay que tener cuidado, brete, no vaya a ser que nos agarre desprevenidos.
Pero, miren, acá en Costa Rica somos expertos en adaptarnos, ¿verdad? Ya la gente anda comentando cómo aprovechar la brisa para secar la ropa más rápido, jaja. Un poco de humor siempre viene bien para quitarle importancia a las cosas, maé. Aunque, siendo sinceros, cuando ves una rama gigante volando por la ventana, ya no te da tanta risa, diay.
Este fenómeno climático coincide con la época navideña, justo cuando la mayoría de nosotros nos preparamos para celebrar con familia y amigos. Esperemos que la situación mejore pronto y podamos disfrutar de unas fiestas tranquilas y seguras. Lo único que queremos es poder compartir cenas deliciosas y brindar por un nuevo año lleno de bendiciones, sin tener que escondernos bajo la mesa por culpa del viento. Vamos a ver si Don Tiempo se pone bueno, parce.
Definitivamente, este episodio nos ha recordado la fuerza de la naturaleza y la importancia de estar preparados ante cualquier eventualidad. Ahora me pregunto, ¿cree usted que deberíamos empezar a considerar medidas más drásticas para proteger nuestras viviendas y comunidades frente a este tipo de fenómenos climáticos extremos, o simplemente seguimos cruzándonos de brazos esperando lo peor?
