¡Ay, Dios mío! Esto sí que te pone la piel de gallina. La Fiscalía Adjunta contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes (Factra) mandó meterle las manos a un tipo, don Zúñiga Zúñiga, porque sospechan que anduvo haciendo cosas terribles con varios ninos y niñas. Un caso bien turbio, vamos.
Según nos cuentan, la movida empezó hace unos meses, allá en noviembre, cuando una agencia gringo alertó sobre unas 23 cositas raras que estaban pasando. Parece que este señor, además de hacer daño directamente, andaba produciendo y descargando imagénes bien feas, material con abuso sexual infantil. ¡Imagínate la atrocidad!
La Policía le puso sus ojos encima y este miércoles, temprano, a las seis de la mañana, entraron a su casita en Cacao, en Tambor de Alajuela. Dicen que tuvieron que pedirle ayuda a los cibercrimenes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Estos muchachos ya saben cómo investigar estas varas bien complicadas.
Ahora, la Fiscalía va a preguntarle a Zúñiga qué pasó, le van a hacer la declaración indagatoria, pa’ ver si da luz sobre toda esta vaina. Después, decidirán si lo meten preso o qué medidas tienen que ponerle. Esperemos que esto sirva para proteger a los más chiquitos, porque estos temas dan pavor.
Lo que más preocupa es que esto no sea la única red operando en nuestro país. La Factra anda buscando otros casos sospechosos, tratando de desenmascarar a todos esos maleantes que se aprovechan de la inocencia de los niños. ¡Qué pocavergüenza!
Hace poco salió una movida grande en España, la Operación Víbora, donde encontraron a alguien parecido a este caso en Barva de Heredia, involucrado en grupos de pornografía infantil. Eso demuestra que esta plaga no conoce fronteras y que hay que estar siempre alertas. Es un brete querer combatir todo esto, pero no podemos bajar los brazos.
Desde la Fiscalía han hecho un llamado a la gente de Tambor, y a todos los que tengan alguna información, para que hablen. Hay números de teléfono disponibles – 2295-3600, 2295-3181 – y también un correo electrónico: [email protected]. No importa cuán pequeña parezca la información, puede ser crucial para ayudar a otros posibles victims y tumbar esta red de abusadores.
Es una situación muy triste y preocupante. La protección de nuestros niños debe ser una prioridad nacional. Con este caso, debemos reflexionar: ¿Cómo podemos fortalecer aún más la vigilancia y la educación en nuestras comunidades para prevenir que estos horrores vuelvan a ocurrir?
Según nos cuentan, la movida empezó hace unos meses, allá en noviembre, cuando una agencia gringo alertó sobre unas 23 cositas raras que estaban pasando. Parece que este señor, además de hacer daño directamente, andaba produciendo y descargando imagénes bien feas, material con abuso sexual infantil. ¡Imagínate la atrocidad!
La Policía le puso sus ojos encima y este miércoles, temprano, a las seis de la mañana, entraron a su casita en Cacao, en Tambor de Alajuela. Dicen que tuvieron que pedirle ayuda a los cibercrimenes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Estos muchachos ya saben cómo investigar estas varas bien complicadas.
Ahora, la Fiscalía va a preguntarle a Zúñiga qué pasó, le van a hacer la declaración indagatoria, pa’ ver si da luz sobre toda esta vaina. Después, decidirán si lo meten preso o qué medidas tienen que ponerle. Esperemos que esto sirva para proteger a los más chiquitos, porque estos temas dan pavor.
Lo que más preocupa es que esto no sea la única red operando en nuestro país. La Factra anda buscando otros casos sospechosos, tratando de desenmascarar a todos esos maleantes que se aprovechan de la inocencia de los niños. ¡Qué pocavergüenza!
Hace poco salió una movida grande en España, la Operación Víbora, donde encontraron a alguien parecido a este caso en Barva de Heredia, involucrado en grupos de pornografía infantil. Eso demuestra que esta plaga no conoce fronteras y que hay que estar siempre alertas. Es un brete querer combatir todo esto, pero no podemos bajar los brazos.
Desde la Fiscalía han hecho un llamado a la gente de Tambor, y a todos los que tengan alguna información, para que hablen. Hay números de teléfono disponibles – 2295-3600, 2295-3181 – y también un correo electrónico: [email protected]. No importa cuán pequeña parezca la información, puede ser crucial para ayudar a otros posibles victims y tumbar esta red de abusadores.
Es una situación muy triste y preocupante. La protección de nuestros niños debe ser una prioridad nacional. Con este caso, debemos reflexionar: ¿Cómo podemos fortalecer aún más la vigilancia y la educación en nuestras comunidades para prevenir que estos horrores vuelvan a ocurrir?
