¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que estamos otra vez metidos en esto de las elecciones a Secretario General de la ONU. Después de tanto tiempo, parece que nos prendemos a la rifa justo cuando necesitamos que alguien nos represente bien ahí afuera. Y ahora sale Rebeca Grynspan, nuestra ex Presidenta, con todas las ganas de meterse entre tanta vaca flaca internacional... ¡qué tremedal!
Pero vamos al grano, porque hay mucho que explicarle a la gente que no está enganchada a los temas de política mundial. Básicamente, el Secretario General es como el jefe de la ONU, el que coordina todo, media conflictos, habla con los países… Un brete, vamos. Tiene que tener pinta, labia y, sobre todo, saberse desenvolver en un ambiente donde todo el mundo quiere sacar raja. Es un puesto de muchísima influencia, diay.
Ahora, ¿por qué es importante que Costa Rica esté buscando este puesto? Porque si conseguimos que Grynspan llegue, sería un espaldazo enorme para nosotros. No solo porque tendría una tica en un cargo tan alto –algo histórico, teniendo en cuenta que nunca había habido una mujer–, sino también porque demostraríamos que somos capaces de aportar talento y experiencia a nivel global. Además, imagínate el chancleta que le daríamos a otros países latinoamericanos, mostrando que acá tenemos gente preparada pa’ cosas grandes.
Pero no es fácil, claro que no. Hay competidores duros, como Michelle Bachelet, que tiene un currículum impresionante, o Kristalina Georgieva, que viene del Fondo Monetario Internacional. Todas esas señoras saben manejar el tema y tienen el respaldo de sus países. Grynspan tiene que demostrar que su experiencia como funcionaria pública y diplomática la hacen única, y que puede aportar una perspectiva fresca y necesaria a la ONU.
Una de las cosas que ella ha recalcado es que la midan por su trayectoria, no por su religión. Ahí tocó un punto sensible, porque algunos han intentado politizar el asunto. Ella dejó claro que su identidad judía le da empatía, no sesgos, y que eso debería ser un valor agregado, no un impedimento. ¡Qué viva la transparencia! Y ojalá que nadie intente echarle agua con ese cuento, porque aquí tenemos demasiados problemas propios para andar inventándonoslos.
Hablando de problemas, Grynspan también tuvo que aclarar su postura sobre el conflicto en Gaza. Como buenos costarricenses, siempre hemos apoyado la solución de dos estados, y ella reiteró ese compromiso. No es fácil navegar esos temas, porque hay muchos intereses en juego y opiniones encontradas. Pero creo que es importante mantener una posición clara y basada en el derecho internacional, y Grynspan parece entender eso.
Y hablando de lo que entiende, digamos que Grynspan no es precisamente una novata en estos asuntos. Ha trabajado en organizaciones internacionales, ha sido Ministra, Presidenta… conoce el terreno como la palma de la mano. Por supuesto, hay quienes dicen que es demasiado “pro” sistema, que ha pasado tanto tiempo en la esfera internacional que ya se olvidó de los problemas de la calle. Pero yo pienso que su experiencia es justamente lo que nos hace competitivos, ¡vamos, que no podemos mandar a un turista a negociar con los poderosos del mundo!
En fin, la campaña está echada, y esperamos que Grynspan pueda hacer historia. Sea cual sea el resultado, esto es una oportunidad para que Costa Rica gane visibilidad y demuestre su capacidad de liderazgo. Ahora, dime tú: ¿crees que Rebeca Grynspan tiene lo que se necesita para ganar este puesto y representar a Costa Rica con orgullo en la ONU? ¿O la competencia es simplemente demasiado fuerte?
Pero vamos al grano, porque hay mucho que explicarle a la gente que no está enganchada a los temas de política mundial. Básicamente, el Secretario General es como el jefe de la ONU, el que coordina todo, media conflictos, habla con los países… Un brete, vamos. Tiene que tener pinta, labia y, sobre todo, saberse desenvolver en un ambiente donde todo el mundo quiere sacar raja. Es un puesto de muchísima influencia, diay.
Ahora, ¿por qué es importante que Costa Rica esté buscando este puesto? Porque si conseguimos que Grynspan llegue, sería un espaldazo enorme para nosotros. No solo porque tendría una tica en un cargo tan alto –algo histórico, teniendo en cuenta que nunca había habido una mujer–, sino también porque demostraríamos que somos capaces de aportar talento y experiencia a nivel global. Además, imagínate el chancleta que le daríamos a otros países latinoamericanos, mostrando que acá tenemos gente preparada pa’ cosas grandes.
Pero no es fácil, claro que no. Hay competidores duros, como Michelle Bachelet, que tiene un currículum impresionante, o Kristalina Georgieva, que viene del Fondo Monetario Internacional. Todas esas señoras saben manejar el tema y tienen el respaldo de sus países. Grynspan tiene que demostrar que su experiencia como funcionaria pública y diplomática la hacen única, y que puede aportar una perspectiva fresca y necesaria a la ONU.
Una de las cosas que ella ha recalcado es que la midan por su trayectoria, no por su religión. Ahí tocó un punto sensible, porque algunos han intentado politizar el asunto. Ella dejó claro que su identidad judía le da empatía, no sesgos, y que eso debería ser un valor agregado, no un impedimento. ¡Qué viva la transparencia! Y ojalá que nadie intente echarle agua con ese cuento, porque aquí tenemos demasiados problemas propios para andar inventándonoslos.
Hablando de problemas, Grynspan también tuvo que aclarar su postura sobre el conflicto en Gaza. Como buenos costarricenses, siempre hemos apoyado la solución de dos estados, y ella reiteró ese compromiso. No es fácil navegar esos temas, porque hay muchos intereses en juego y opiniones encontradas. Pero creo que es importante mantener una posición clara y basada en el derecho internacional, y Grynspan parece entender eso.
Y hablando de lo que entiende, digamos que Grynspan no es precisamente una novata en estos asuntos. Ha trabajado en organizaciones internacionales, ha sido Ministra, Presidenta… conoce el terreno como la palma de la mano. Por supuesto, hay quienes dicen que es demasiado “pro” sistema, que ha pasado tanto tiempo en la esfera internacional que ya se olvidó de los problemas de la calle. Pero yo pienso que su experiencia es justamente lo que nos hace competitivos, ¡vamos, que no podemos mandar a un turista a negociar con los poderosos del mundo!
En fin, la campaña está echada, y esperamos que Grynspan pueda hacer historia. Sea cual sea el resultado, esto es una oportunidad para que Costa Rica gane visibilidad y demuestre su capacidad de liderazgo. Ahora, dime tú: ¿crees que Rebeca Grynspan tiene lo que se necesita para ganar este puesto y representar a Costa Rica con orgullo en la ONU? ¿O la competencia es simplemente demasiado fuerte?
