¡Ay, Dios mío! Se armó un quite largo en Aguas Zarcas. Hallaron al señor Randall Carvajal Benavides, un informático de 34 tacos, muerto dentro de su propia casa. La movida, según el OIJ, parece tener que ver con un robo, pero vaya que esto huele a más, diay.
La escena, contaron los vecinos, era de película. Según la información que nos llegó, la casa estaba en medio del potrero, bien apartada, sin nadie cerca que pudiera haber visto ni escuchado algo. Imagínate el susto que le pegó a la mamá cuando fue a buscarlo y encontró eso... Qué pesar.
Lo encontraron la madre, buscando al muchacho porque no aparecía desde el fin de semana. La pobre mujer, desesperada, fue corriendo a avisarle a los carros de la Fuerza Pública, y de ahí pasó todo rápido. Al parecer, el tipo recibió varias heridas fuertes en el pecho. No sé ustedes, pero yo me quedé pensando qué clase de gente hace esas cosas.
Según confirmaron desde el OIJ, faltaban unas cositas personales dentro de la vivienda. Nada muy específico, dijeron, pero suficiente para levantar sospechas de que la intención inicial era robar. Aunque, claro, siempre queda la duda si hubo alguna otra motivación detrás de todo este brete.
El director regional de la Fuerza Pública, Randall Picado (sí, mismo apellido), declaró que había señales claras de forcejeo y desorden en la casa. Esto indica, dicen ellos, que la víctima pudo haberse defendido, o que sus agresores estaban buscando algo en particular, más allá de simples objetos de valor. Uno nunca sabe, ¿verdad?
El caso está ahora en manos de la policía judicial, quienes están tratando de armar el rompecabezas. Están revisando cámaras de seguridad de la zona (si es que hay alguna, porque estamos en Aguas Zarcas, pa' que les digá), entrevistando a familiares y amigos, y rastreando cualquier pista que pueda llevarlos a los responsables. Esta vara promete ser complicada, créeme.
Y hablando de complicados, algunos vecinos comentaron que el señor Carvajal era un chico tranquilo, metido en sus cosas, que iba y venía de la ciudad. Nadie parecía tener problemas con él. Eso sí, cuenta la leyenda que últimamente andaba construyendo una galería para instalar paneles solares en su propiedad. Quizás alguien quería hacerle una fechoría por eso, quién sabe… Estas cosas pasan, diay.
Este caso nos deja pensando en cómo la tranquilidad de nuestras zonas rurales se va perdiendo poco a poco. Es preocupante que actos violentos como este ocurran incluso en lugares apartados como Garabito de Aguas Zarcas. ¿Ustedes creen que el aumento de la criminalidad en Costa Rica está relacionado con la falta de oportunidades económicas o con otros factores sociales? Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan al respecto de este triste acontecimiento.
La escena, contaron los vecinos, era de película. Según la información que nos llegó, la casa estaba en medio del potrero, bien apartada, sin nadie cerca que pudiera haber visto ni escuchado algo. Imagínate el susto que le pegó a la mamá cuando fue a buscarlo y encontró eso... Qué pesar.
Lo encontraron la madre, buscando al muchacho porque no aparecía desde el fin de semana. La pobre mujer, desesperada, fue corriendo a avisarle a los carros de la Fuerza Pública, y de ahí pasó todo rápido. Al parecer, el tipo recibió varias heridas fuertes en el pecho. No sé ustedes, pero yo me quedé pensando qué clase de gente hace esas cosas.
Según confirmaron desde el OIJ, faltaban unas cositas personales dentro de la vivienda. Nada muy específico, dijeron, pero suficiente para levantar sospechas de que la intención inicial era robar. Aunque, claro, siempre queda la duda si hubo alguna otra motivación detrás de todo este brete.
El director regional de la Fuerza Pública, Randall Picado (sí, mismo apellido), declaró que había señales claras de forcejeo y desorden en la casa. Esto indica, dicen ellos, que la víctima pudo haberse defendido, o que sus agresores estaban buscando algo en particular, más allá de simples objetos de valor. Uno nunca sabe, ¿verdad?
El caso está ahora en manos de la policía judicial, quienes están tratando de armar el rompecabezas. Están revisando cámaras de seguridad de la zona (si es que hay alguna, porque estamos en Aguas Zarcas, pa' que les digá), entrevistando a familiares y amigos, y rastreando cualquier pista que pueda llevarlos a los responsables. Esta vara promete ser complicada, créeme.
Y hablando de complicados, algunos vecinos comentaron que el señor Carvajal era un chico tranquilo, metido en sus cosas, que iba y venía de la ciudad. Nadie parecía tener problemas con él. Eso sí, cuenta la leyenda que últimamente andaba construyendo una galería para instalar paneles solares en su propiedad. Quizás alguien quería hacerle una fechoría por eso, quién sabe… Estas cosas pasan, diay.
Este caso nos deja pensando en cómo la tranquilidad de nuestras zonas rurales se va perdiendo poco a poco. Es preocupante que actos violentos como este ocurran incluso en lugares apartados como Garabito de Aguas Zarcas. ¿Ustedes creen que el aumento de la criminalidad en Costa Rica está relacionado con la falta de oportunidades económicas o con otros factores sociales? Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan al respecto de este triste acontecimiento.