¡Ay, Dios mío! Este caso del doble homicidio en Alajuelita sigue dando qué hablar. Resulta que el hijo de Doña Mauren Molina, una de las víctimas, salió con la cara larga y confirmó que la foto que mandó el OIJ coincide con el tipo que andaba moviéndose por la zona y ahora es el principal sospechoso. ¡Imagínate el susto!
Como bien saben, Don Antonio Badilla y Doña Mauren eran dueños del restaurante Finca Lajas, un lugar que muchos andábamos visitando los fines de semana. Según cuentan los vecinos, eran personas trabajadoras, siempre con ganas de echar pa’lante. Pero parece que alguien decidió acabar con esa tranquilidad. El hecho ocurrió la semana pasada, un domingo por la mañana, cuando una señora llegó a la finca y se topó con la escena… pues imagínensela.
Gerardo Sandí, el hijo de Doña Mauren, nos contó que sus padres constantemente necesitaban mano de obra para mantener la finca funcionando. “Siempre traían peones de otras propiedades,” explicó entre lágrimas. “No sé si este muchacho estaba trabajando con ellos ahorita, pero la verdad es que pasaba mucha gente por ahí. Un fin de semana sí, otro no... tenías que estar pendiente.” Añadió que sentía que era raro tantos peones nuevos.
Lo que más preocupa es cómo pudo pasar esto. La Policía Judicial está investigando a fondo, buscando pistas que los lleven hasta el responsable. Según el informe del OIJ, ambos adultos mayores sufrieron heridas causadas por armas blancas. Un golpe bajo, sin duda alguna. La desesperación de la familia es palpable; quieren justicia y respuestas cuanto antes.
“Es increíble la cantidad de personas que le dieron una manito a mi mamá y a mi papá durante todos estos años”, continuó Sandí visiblemente afectado. “A veces pienso, ¿cómo pudieron llegar a esto? Uno cree conocer a la gente, pero nunca sabes quién anda tramando cosas por detrás.” Esto te demuestra que nunca hay que confiar ciegamente en nadie, diay.
El OIJ ha pedido a la población que cualquier información que pueda aportar ayude a esclarecer este lamentable hecho. Han habilitado líneas telefónicas y WhatsApp para recibir denuncias anónimas. Es importante recordar que la colaboración ciudadana es fundamental para resolver estos casos y darle paz a la familia de las víctimas. Por eso, si ven algo, digan algo.
Este caso resalta la importancia de la seguridad en nuestras comunidades. ¿Cómo podemos crear entornos más seguros para nuestros seres queridos? Hay que reflexionar sobre esto porque estas cosas no deberían pasar. Mucha gente piensa que esto sólo pasa en otros países, pero aquí estamos viendo que la delincuencia está cambiando mucho, y no para bien.
Ahora me pregunto, ¿cree usted que la creciente informalidad laboral en las fincas podría haber facilitado la entrada de criminales? ¿Deberíamos exigir registros más rigurosos de quienes trabajan en propiedades privadas? Dejen sus opiniones abajo, quiero leerlos y ver qué piensa el foro sobre este asunto que nos tiene a todos pensando.
Como bien saben, Don Antonio Badilla y Doña Mauren eran dueños del restaurante Finca Lajas, un lugar que muchos andábamos visitando los fines de semana. Según cuentan los vecinos, eran personas trabajadoras, siempre con ganas de echar pa’lante. Pero parece que alguien decidió acabar con esa tranquilidad. El hecho ocurrió la semana pasada, un domingo por la mañana, cuando una señora llegó a la finca y se topó con la escena… pues imagínensela.
Gerardo Sandí, el hijo de Doña Mauren, nos contó que sus padres constantemente necesitaban mano de obra para mantener la finca funcionando. “Siempre traían peones de otras propiedades,” explicó entre lágrimas. “No sé si este muchacho estaba trabajando con ellos ahorita, pero la verdad es que pasaba mucha gente por ahí. Un fin de semana sí, otro no... tenías que estar pendiente.” Añadió que sentía que era raro tantos peones nuevos.
Lo que más preocupa es cómo pudo pasar esto. La Policía Judicial está investigando a fondo, buscando pistas que los lleven hasta el responsable. Según el informe del OIJ, ambos adultos mayores sufrieron heridas causadas por armas blancas. Un golpe bajo, sin duda alguna. La desesperación de la familia es palpable; quieren justicia y respuestas cuanto antes.
“Es increíble la cantidad de personas que le dieron una manito a mi mamá y a mi papá durante todos estos años”, continuó Sandí visiblemente afectado. “A veces pienso, ¿cómo pudieron llegar a esto? Uno cree conocer a la gente, pero nunca sabes quién anda tramando cosas por detrás.” Esto te demuestra que nunca hay que confiar ciegamente en nadie, diay.
El OIJ ha pedido a la población que cualquier información que pueda aportar ayude a esclarecer este lamentable hecho. Han habilitado líneas telefónicas y WhatsApp para recibir denuncias anónimas. Es importante recordar que la colaboración ciudadana es fundamental para resolver estos casos y darle paz a la familia de las víctimas. Por eso, si ven algo, digan algo.
Este caso resalta la importancia de la seguridad en nuestras comunidades. ¿Cómo podemos crear entornos más seguros para nuestros seres queridos? Hay que reflexionar sobre esto porque estas cosas no deberían pasar. Mucha gente piensa que esto sólo pasa en otros países, pero aquí estamos viendo que la delincuencia está cambiando mucho, y no para bien.
Ahora me pregunto, ¿cree usted que la creciente informalidad laboral en las fincas podría haber facilitado la entrada de criminales? ¿Deberíamos exigir registros más rigurosos de quienes trabajan en propiedades privadas? Dejen sus opiniones abajo, quiero leerlos y ver qué piensa el foro sobre este asunto que nos tiene a todos pensando.