¡Ay, Dios mío! Se armó un bronca tremenda con la constructora Idepsa. Resulta que varias familias, con toda la ilusión de tener su casita propia, han salido con la cresta de gallo tras pagarle a esta compañía por casas prefabricadas que nunca existieron. Una ola de denuncias ha golpeado a Idepsa, y la cosa pinta fea, muy fea.
Según las primeras informaciones que nos llegó, y que ya publicamos la semana pasada, la empresa, liderada por una arquitecta de nombre Ferro Gámez, prometía maravillas: casas baratas, entregas rápidas… ¡el paquete completo! Pero al final, muchas familias se quedaron con el agua al cuello y sin techo encima. Algunos dicen que ni siquiera llegaron a poner una teja, solo unas columnas y ya quedó todo ahí, parado. Otros, directamente, desapareció la plata y la empresa dejó de contestar el teléfono. Un verdadero despiche, vamos.
Lo que más molesta es la forma en que han dejado varadas a estas familias. Imagínate, le ponen todas las esperanzas a tener su hogar, juntan los aguacates durante años, y al final, ¡zas!, se quedan con las manos vacías. Han perdido el sudor de su frente, compas. De hecho, ya hay más de cinco familias que han levantado la voz y presentado denuncias formales ante las autoridades competentes, aunque parece que la maraña burocrática va pa’ arriba y la solución tarda en llegar.
Y ahora, para complicar aún más la cosa, Idepsa sale con la excusa de la insolvencia. Su representante legal, un tal Jorge Ulloa, le dice a CR Hoy que la empresa no pudo cumplir con los compromisos porque “entró en una especie de insolvencia”. ¡Pero dígame, señor abogado! Eso no consuela a las familias que se quedaron sin casa, ¿verdad? Lo único que les da es más tristeza y frustración. Parece que ahora quieren echarle la culpa a la economía o a factores externos, pero eso no cambia el hecho de que engañaron a la gente.
Lo más curioso (o lo más salado, dependiendo cómo lo mires) es que el mismo abogado, Ulloa, también es víctima de la situación. Resulta que Idepsa le debe una vara importante por sus servicios legales. ¡Se comieron su propia medicina! Además, tuvieron que desalojar un edificio que alquilaban en La Sabana porque no pudieron pagar el alquiler. ¡Qué carga! A este paso, van a terminar perdiendo todo.
Entre tanto, el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) ha confirmado que Ferro Gámez, la arquitecta propietaria, enfrenta procesos administrativos abiertos en su contra. Al parecer, las cosas no están yendo bien para ella tampoco. Aunque el abogado insiste en que algunas denuncias han sido desestimadas alegando insolvencia en lugar de estafa, la verdad es que la mayoría de los afectados siguen esperando justicia. Están buscando acceder a un crédito grande, dicen, para poder salir adelante y honrar sus compromisos, pero con la reputación manchada, no será tarea fácil.
La deuda con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) asciende a unos ¢47,5 millones, y ya está en cobro judicial. Ahí tienen una idea del alcance del problema. Ya no solo afecta a las familias que compraron las casas, sino que también arrastra consigo problemas financieros con instituciones clave del país. Están buscando salidas, tratando de enderezar la patada, pero con tantas denuncias y deudas acumuladas, la situación se pone cada vez más complicada para Idepsa. Parece que Ferro Gámez, según cuenta el abogado, no tiene paz mental con todo esto.
Ahora bien, teniendo en cuenta todo lo dicho, me pregunto: ¿Cree usted que Idepsa realmente está sufriendo una insolvencia genuina o estamos ante un caso de estafa premeditada disfrazada de crisis económica? ¿Deberían las autoridades investigar a fondo la situación financiera de la empresa y las cuentas personales de Ferro Gámez para determinar responsabilidades? Comparta su opinión en el foro, ¡queremos saber qué piensa nuestro público!
Según las primeras informaciones que nos llegó, y que ya publicamos la semana pasada, la empresa, liderada por una arquitecta de nombre Ferro Gámez, prometía maravillas: casas baratas, entregas rápidas… ¡el paquete completo! Pero al final, muchas familias se quedaron con el agua al cuello y sin techo encima. Algunos dicen que ni siquiera llegaron a poner una teja, solo unas columnas y ya quedó todo ahí, parado. Otros, directamente, desapareció la plata y la empresa dejó de contestar el teléfono. Un verdadero despiche, vamos.
Lo que más molesta es la forma en que han dejado varadas a estas familias. Imagínate, le ponen todas las esperanzas a tener su hogar, juntan los aguacates durante años, y al final, ¡zas!, se quedan con las manos vacías. Han perdido el sudor de su frente, compas. De hecho, ya hay más de cinco familias que han levantado la voz y presentado denuncias formales ante las autoridades competentes, aunque parece que la maraña burocrática va pa’ arriba y la solución tarda en llegar.
Y ahora, para complicar aún más la cosa, Idepsa sale con la excusa de la insolvencia. Su representante legal, un tal Jorge Ulloa, le dice a CR Hoy que la empresa no pudo cumplir con los compromisos porque “entró en una especie de insolvencia”. ¡Pero dígame, señor abogado! Eso no consuela a las familias que se quedaron sin casa, ¿verdad? Lo único que les da es más tristeza y frustración. Parece que ahora quieren echarle la culpa a la economía o a factores externos, pero eso no cambia el hecho de que engañaron a la gente.
Lo más curioso (o lo más salado, dependiendo cómo lo mires) es que el mismo abogado, Ulloa, también es víctima de la situación. Resulta que Idepsa le debe una vara importante por sus servicios legales. ¡Se comieron su propia medicina! Además, tuvieron que desalojar un edificio que alquilaban en La Sabana porque no pudieron pagar el alquiler. ¡Qué carga! A este paso, van a terminar perdiendo todo.
Entre tanto, el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) ha confirmado que Ferro Gámez, la arquitecta propietaria, enfrenta procesos administrativos abiertos en su contra. Al parecer, las cosas no están yendo bien para ella tampoco. Aunque el abogado insiste en que algunas denuncias han sido desestimadas alegando insolvencia en lugar de estafa, la verdad es que la mayoría de los afectados siguen esperando justicia. Están buscando acceder a un crédito grande, dicen, para poder salir adelante y honrar sus compromisos, pero con la reputación manchada, no será tarea fácil.
La deuda con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) asciende a unos ¢47,5 millones, y ya está en cobro judicial. Ahí tienen una idea del alcance del problema. Ya no solo afecta a las familias que compraron las casas, sino que también arrastra consigo problemas financieros con instituciones clave del país. Están buscando salidas, tratando de enderezar la patada, pero con tantas denuncias y deudas acumuladas, la situación se pone cada vez más complicada para Idepsa. Parece que Ferro Gámez, según cuenta el abogado, no tiene paz mental con todo esto.
Ahora bien, teniendo en cuenta todo lo dicho, me pregunto: ¿Cree usted que Idepsa realmente está sufriendo una insolvencia genuina o estamos ante un caso de estafa premeditada disfrazada de crisis económica? ¿Deberían las autoridades investigar a fondo la situación financiera de la empresa y las cuentas personales de Ferro Gámez para determinar responsabilidades? Comparta su opinión en el foro, ¡queremos saber qué piensa nuestro público!
