¡Ay, Dios mío! Así arrancan las precampañas para las elecciones del 2026. La encuesta del CIEP-UCR salió a la luz y, pa' mi sorpresa, la cosa está más parecida a un brete que a un camino empedrado. Más de la mitad de los votantes, ¡más de la mitad!, todavía no saben por quién van a echar su boleta. Esto significa que estamos entrando en una etapa donde cualquier cosa puede pasar, y eso, mis queridos lectores, le da sabor a la parranda política.
Verán, desde que el TSE convocó a elecciones, todos esperábamos ver nombres claros, estrategias definidas… pero no. En cambio, nos encontramos con un mar de indecisión. Un 55% de los que dicen que sí van a votar, todavía andan dando vueltas como pollo sin cabeza. Eso, señores, es un caldo de cultivo perfecto para que los candidatos hagan sus movimientos y traten de convencer a esos votantes flotantes. Imaginen el esfuerzo que les espera a los equipos de campaña. ¡Una torta!
Y hablando de candidatos, Laura Fernández (PPSO), va a la cabeza con un 25% de intención de voto. Suena bien, ¿verdad? Pues no tanto. Necesita casi el doble para poder ganarle en primera. Ábalos nunca tuvo tanta bronca así, eh. Detrás de ella, tenemos a Álvaro Ramos (PLN) con un magro 7%, y luego Claudia Dobles (Agenda Ciudadana) y Ariel Robles (Frente Amplio) empatados en un 3%. Los demás, pues ahí, buscando espantar moscas. Demasiada dispersión, diría yo.
Pero lo que realmente me dejó boquiabierto fue el desplome de Fabricio Alvarado. Ese mae que dio tanto que hablar en otras elecciones, ahora anda pidiendo limosna de votos. Con apenas un 0.6%, parece que los escándalos lo persiguieron hasta el hoyo. Lo del abuso, diay, qué pena. Nadie esperaba que cayera tan bajo. Ya se fue al traste, simple y sencillamente.
La encuesta también revela perfiles interesantes de los votantes. Los indecisos son, en su mayoría, mujeres, jóvenes, con estudios básicos y muchos viven en Limón. Además, están bastante divididos sobre Rodrigo Chaves. Por otro lado, los que apoyan a Laura Fernández suelen ser hombres adultos, con educación media, seguidores acérrimos de Chaves y con una base sólida en Puntarenas. Parece que el plebiscito de aprobación a Chaves sigue influyendo en las preferencias electorales, aunque ese porcentaje ha ido subiendo últimamente, ya llegó al 63%. ¡Aprovecharse de la ola, Laura!
Es curioso como, pese a toda esta incertidumbre, un 62% de los costarricenses expresa esperanza de cara al futuro. Pero ojo, porque un 56% también está preocupado. Hay una dualidad interesante en el ánimo nacional. Uno quiere creer en un futuro mejor, pero a la vez, siente la angustia de los problemas que enfrentamos: la economía, la inseguridad, la salud... Una mezcla de optimismo cauteloso y preocupación constante. Así somos nosotros, labriegos, siempre echándole ganas, pero con los pies en la tierra.
En resumen, estas elecciones vienen cargadas de sorpresas y desafíos. La gran pregunta es: ¿Quién logrará captar la atención y el voto de esos millones de indecisos? Las campañas tendrán que ser creativas, convincentes y, sobre todo, auténticas. Porque a nadie le gusta sentirse engañado, y los ticos somos expertos en detectar la hipocresía. Además, el asunto de la seguridad social y la reforma fiscal van a ser temas calientes, sin duda alguna. Veremos si los partidos políticos están preparados para abordar estos temas de frente y ofrecer soluciones reales.
Entonces, mi gente, díganme: ¿creen que Laura Fernández tendrá éxito en su intento de convencer a los indecisos, o habrá un giro inesperado en la carrera presidencial? ¿Cuál es el tema prioritario que debería abordar el próximo gobierno para recuperar la confianza de los ciudadanos?
Verán, desde que el TSE convocó a elecciones, todos esperábamos ver nombres claros, estrategias definidas… pero no. En cambio, nos encontramos con un mar de indecisión. Un 55% de los que dicen que sí van a votar, todavía andan dando vueltas como pollo sin cabeza. Eso, señores, es un caldo de cultivo perfecto para que los candidatos hagan sus movimientos y traten de convencer a esos votantes flotantes. Imaginen el esfuerzo que les espera a los equipos de campaña. ¡Una torta!
Y hablando de candidatos, Laura Fernández (PPSO), va a la cabeza con un 25% de intención de voto. Suena bien, ¿verdad? Pues no tanto. Necesita casi el doble para poder ganarle en primera. Ábalos nunca tuvo tanta bronca así, eh. Detrás de ella, tenemos a Álvaro Ramos (PLN) con un magro 7%, y luego Claudia Dobles (Agenda Ciudadana) y Ariel Robles (Frente Amplio) empatados en un 3%. Los demás, pues ahí, buscando espantar moscas. Demasiada dispersión, diría yo.
Pero lo que realmente me dejó boquiabierto fue el desplome de Fabricio Alvarado. Ese mae que dio tanto que hablar en otras elecciones, ahora anda pidiendo limosna de votos. Con apenas un 0.6%, parece que los escándalos lo persiguieron hasta el hoyo. Lo del abuso, diay, qué pena. Nadie esperaba que cayera tan bajo. Ya se fue al traste, simple y sencillamente.
La encuesta también revela perfiles interesantes de los votantes. Los indecisos son, en su mayoría, mujeres, jóvenes, con estudios básicos y muchos viven en Limón. Además, están bastante divididos sobre Rodrigo Chaves. Por otro lado, los que apoyan a Laura Fernández suelen ser hombres adultos, con educación media, seguidores acérrimos de Chaves y con una base sólida en Puntarenas. Parece que el plebiscito de aprobación a Chaves sigue influyendo en las preferencias electorales, aunque ese porcentaje ha ido subiendo últimamente, ya llegó al 63%. ¡Aprovecharse de la ola, Laura!
Es curioso como, pese a toda esta incertidumbre, un 62% de los costarricenses expresa esperanza de cara al futuro. Pero ojo, porque un 56% también está preocupado. Hay una dualidad interesante en el ánimo nacional. Uno quiere creer en un futuro mejor, pero a la vez, siente la angustia de los problemas que enfrentamos: la economía, la inseguridad, la salud... Una mezcla de optimismo cauteloso y preocupación constante. Así somos nosotros, labriegos, siempre echándole ganas, pero con los pies en la tierra.
En resumen, estas elecciones vienen cargadas de sorpresas y desafíos. La gran pregunta es: ¿Quién logrará captar la atención y el voto de esos millones de indecisos? Las campañas tendrán que ser creativas, convincentes y, sobre todo, auténticas. Porque a nadie le gusta sentirse engañado, y los ticos somos expertos en detectar la hipocresía. Además, el asunto de la seguridad social y la reforma fiscal van a ser temas calientes, sin duda alguna. Veremos si los partidos políticos están preparados para abordar estos temas de frente y ofrecer soluciones reales.
Entonces, mi gente, díganme: ¿creen que Laura Fernández tendrá éxito en su intento de convencer a los indecisos, o habrá un giro inesperado en la carrera presidencial? ¿Cuál es el tema prioritario que debería abordar el próximo gobierno para recuperar la confianza de los ciudadanos?