¡Ay, Dios mío, qué bronca! Aquí seguimos con el circo del caso Zúñiga, y ahora la ex presidenta Laura Chinchilla se suma al relajo. Resulta que la señora no está nada contenta con cómo algunos funcionarios del Gobierno de Chaves, incluyendo al INAMU, se meten en el asunto del director suspendido del OIJ, Randall Zúñiga. La cosa pinta cada vez más turbia, má’.
Todo empezó con una denuncia en Turrialba donde una doña asegura que la jerarca del INAMU, Yerling Zúñiga, intentaba manipularla para que pusiera cargos falsos contra Randall. ¡Imagínate! Le ofrecían recompensas, una jugadita para que testificara en contra del hombre. Luego salió otra dama contando lo mismo, así que la cosa ya huele raro, ¿eh?
Y ni hablar de lo que dijo la ex presidenta en Twitter – o X, como le dicen ahora – . La señora puso sus redes hirviendo porque no entiende cómo la gente se alegra tanto por lo que le pasa a Randall. Según ella, el tipo es de los mejores funcionarios que tenemos, un maquina combatiendo al crimen organizado y a esas bandas peligrosas que nos andan atormentando. ¿Quién no quiere tener a alguien así en el país, diay?
Pero ahí no quedó la cosa, porque Chinchilla también lanzó unas indirectas potentes. Se preguntó si acaso hay tanta prisa y entusiasmo por meterle mano a Randall, justo cuando él estaba haciendo un buen trabajo. Remarcó, incluso, que ciertos canales de comunicación del gobierno – que no sean el Canal 13, claro – parecen demasiado felices con la caída del jefe del OIJ. ¡Le pegó pa’ todos lados!
Según la denuncia presentada ante la Fiscalía, la señora Yerling Zúñiga Céspedes, acompañada de otra funcionaria del INAMU llamada Claudia Blanco, fue directamente a casa de la denunciante en Turrialba. Llevaron consigo un documento ya redactado, ¡listo para que lo firmara!, acusándolo de delitos sexuales. ¡Tremenda torta, má! Parece sacado de una telenovela, pero esto pasó aquí, en Costa Rica.
La denunciante detalló que la entrevista con el INAMU ya venía preparada, con la denuncia prácticamente lista para firmar. No dieron espacio para que la señora pensara ni consultara con nadie. Esto levanta muchas sospechas sobre la manipulación y la presión que estaban ejerciendo desde la institución estatal. Ya se empieza a preguntar quién está detrás de todo este embrollo, ¿verdad?
Este caso ha encendido todas las alarmas porque pone en tela de juicio la independencia del Poder Judicial y la integridad de nuestras instituciones. Recordemos que el OIJ es clave en la lucha contra el narcotráfico y otras actividades ilícitas, y cualquier intento de politización podría comprometer gravemente la seguridad nacional. Y encima, nos toca ver cómo el gobierno se mete en medio… ¡qué cosas!
Con toda esta novela, surge la pregunta inevitable: ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el gobierno para debilitar al OIJ y silenciar a aquellos que persiguen el crimen? ¿Será que hay intereses oscuros moviéndose tras bambalinas que buscan desestabilizar nuestro sistema judicial? Déjenme saber sus opiniones al respecto, ¿creen que hay motivos sólidos para investigar a Randall Zúñiga o estamos frente a una cacería política orquestada desde el gobierno?
Todo empezó con una denuncia en Turrialba donde una doña asegura que la jerarca del INAMU, Yerling Zúñiga, intentaba manipularla para que pusiera cargos falsos contra Randall. ¡Imagínate! Le ofrecían recompensas, una jugadita para que testificara en contra del hombre. Luego salió otra dama contando lo mismo, así que la cosa ya huele raro, ¿eh?
Y ni hablar de lo que dijo la ex presidenta en Twitter – o X, como le dicen ahora – . La señora puso sus redes hirviendo porque no entiende cómo la gente se alegra tanto por lo que le pasa a Randall. Según ella, el tipo es de los mejores funcionarios que tenemos, un maquina combatiendo al crimen organizado y a esas bandas peligrosas que nos andan atormentando. ¿Quién no quiere tener a alguien así en el país, diay?
Pero ahí no quedó la cosa, porque Chinchilla también lanzó unas indirectas potentes. Se preguntó si acaso hay tanta prisa y entusiasmo por meterle mano a Randall, justo cuando él estaba haciendo un buen trabajo. Remarcó, incluso, que ciertos canales de comunicación del gobierno – que no sean el Canal 13, claro – parecen demasiado felices con la caída del jefe del OIJ. ¡Le pegó pa’ todos lados!
Según la denuncia presentada ante la Fiscalía, la señora Yerling Zúñiga Céspedes, acompañada de otra funcionaria del INAMU llamada Claudia Blanco, fue directamente a casa de la denunciante en Turrialba. Llevaron consigo un documento ya redactado, ¡listo para que lo firmara!, acusándolo de delitos sexuales. ¡Tremenda torta, má! Parece sacado de una telenovela, pero esto pasó aquí, en Costa Rica.
La denunciante detalló que la entrevista con el INAMU ya venía preparada, con la denuncia prácticamente lista para firmar. No dieron espacio para que la señora pensara ni consultara con nadie. Esto levanta muchas sospechas sobre la manipulación y la presión que estaban ejerciendo desde la institución estatal. Ya se empieza a preguntar quién está detrás de todo este embrollo, ¿verdad?
Este caso ha encendido todas las alarmas porque pone en tela de juicio la independencia del Poder Judicial y la integridad de nuestras instituciones. Recordemos que el OIJ es clave en la lucha contra el narcotráfico y otras actividades ilícitas, y cualquier intento de politización podría comprometer gravemente la seguridad nacional. Y encima, nos toca ver cómo el gobierno se mete en medio… ¡qué cosas!
Con toda esta novela, surge la pregunta inevitable: ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el gobierno para debilitar al OIJ y silenciar a aquellos que persiguen el crimen? ¿Será que hay intereses oscuros moviéndose tras bambalinas que buscan desestabilizar nuestro sistema judicial? Déjenme saber sus opiniones al respecto, ¿creen que hay motivos sólidos para investigar a Randall Zúñiga o estamos frente a una cacería política orquestada desde el gobierno?