El Parque Nacional Isla San Lucas, una joya histórica y natural de Costa Rica, está a punto de recibir un moderno atracadero, gracias a un acuerdo entre el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) y la Junta Directiva del parque.
Este proyecto, valorado en 825,5 millones de colones, busca mejorar la accesibilidad y promover el turismo en la isla, sustituyendo el antiguo embarcadero en mal estado. Con la firma del convenio, los ministros de Turismo y Ambiente destacaron la importancia de esta obra para potenciar el ecoturismo y preservar la biodiversidad del parque.
El nuevo atracadero no solo facilitará el desembarque y embarque de turistas, sino que también contribuirá al impulso del ecoturismo en la región. El ministro de Turismo, William Rodríguez, enfatizó el compromiso del ICT de colaborar con otras instituciones para elevar la oferta turística del país, mientras que Franz Tattenbach, ministro de Ambiente y Energía, subrayó que esta obra es crucial para la nueva visión del Parque Nacional Isla San Lucas, haciendo el parque más accesible y atrayendo a más visitantes.
Este parque, ubicado en el Golfo de Nicoya y declarado parque nacional en agosto de 2020, es un patrimonio invaluable para los costarricenses. La construcción del atracadero ha sido diseñada para no alterar las condiciones naturales y las estructuras patrimoniales de la isla, con la aprobación de la Oficina de Patrimonio. Además, el ICT se encargará del mantenimiento del atracadero durante los primeros dos años, después de lo cual la Junta Directiva del parque asumirá esta responsabilidad con los recursos generados por la visitación al parque.
Sin embargo, aunque este desarrollo es un paso positivo para el turismo y la conservación del medio ambiente, queda la interrogante de si será suficiente para garantizar un impacto duradero y positivo en la comunidad local y el ecosistema.
En un país conocido por sus políticas ambientales progresistas, este proyecto puede ser un ejemplo a seguir, pero también un recordatorio de que la conservación y el desarrollo deben ir de la mano. La verdadera prueba residirá en la implementación efectiva y la gestión continua de este y otros proyectos similares.
El Parque Nacional Isla San Lucas, con su historia y biodiversidad, sigue siendo un baluarte del patrimonio costarricense.
Este nuevo atracadero promete mejorar la experiencia de los visitantes, siempre y cuando se mantenga el delicado equilibrio entre desarrollo y conservación.
Este proyecto, valorado en 825,5 millones de colones, busca mejorar la accesibilidad y promover el turismo en la isla, sustituyendo el antiguo embarcadero en mal estado. Con la firma del convenio, los ministros de Turismo y Ambiente destacaron la importancia de esta obra para potenciar el ecoturismo y preservar la biodiversidad del parque.
El nuevo atracadero no solo facilitará el desembarque y embarque de turistas, sino que también contribuirá al impulso del ecoturismo en la región. El ministro de Turismo, William Rodríguez, enfatizó el compromiso del ICT de colaborar con otras instituciones para elevar la oferta turística del país, mientras que Franz Tattenbach, ministro de Ambiente y Energía, subrayó que esta obra es crucial para la nueva visión del Parque Nacional Isla San Lucas, haciendo el parque más accesible y atrayendo a más visitantes.
Este parque, ubicado en el Golfo de Nicoya y declarado parque nacional en agosto de 2020, es un patrimonio invaluable para los costarricenses. La construcción del atracadero ha sido diseñada para no alterar las condiciones naturales y las estructuras patrimoniales de la isla, con la aprobación de la Oficina de Patrimonio. Además, el ICT se encargará del mantenimiento del atracadero durante los primeros dos años, después de lo cual la Junta Directiva del parque asumirá esta responsabilidad con los recursos generados por la visitación al parque.
Sin embargo, aunque este desarrollo es un paso positivo para el turismo y la conservación del medio ambiente, queda la interrogante de si será suficiente para garantizar un impacto duradero y positivo en la comunidad local y el ecosistema.
En un país conocido por sus políticas ambientales progresistas, este proyecto puede ser un ejemplo a seguir, pero también un recordatorio de que la conservación y el desarrollo deben ir de la mano. La verdadera prueba residirá en la implementación efectiva y la gestión continua de este y otros proyectos similares.
El Parque Nacional Isla San Lucas, con su historia y biodiversidad, sigue siendo un baluarte del patrimonio costarricense.
Este nuevo atracadero promete mejorar la experiencia de los visitantes, siempre y cuando se mantenga el delicado equilibrio entre desarrollo y conservación.