¡Ay, Dios mío! Esto sí que cayó parejo, mi gente. Resulta que un tribunal en Italia, allá en el Piamonte, ha hecho una movida que está sacudiendo el mundo entero: han ligado la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 con un problema neurológico bien chungo llamado mielitis transversa. ¡Qué bronca! Imaginen la sorpresa, así nomás, dicen que hay una conexión directa.
La cosa es que una señora de 52 años, que ya estaba toda contenta por haberse puesto las dos dosis, terminó perdiendo la capacidad de caminar. Después de batallar judicialmente – porque al principio el Ministerio de Salud italiano le dijo que no, ¡qué lata! –, finalmente ganó el juicio y ahora le van a estar pagando una pensión mensual de 3.000 euros. Eso sí que es darle la cara, diay.
Ahora, para ponerlos al día, la mielitis transversa es una inflamación bien seria de la médula espinal. Te deja con debilidades en las piernas y brazos, te quita la sensación, te duele como el infierno y hasta te complica con los intestinos y la vejiga. Un brete, vamos. Según los médicos, este problema le pegó a la señora poco después de vacunarse, y ahí fue cuando empezaron a sospechar que algo andaba medio turbio, ¿me entienden?
Lo que hizo que este caso avanzara fue que encontraron un reporte médico que decía textualmente: ‘No se puede descartar un papel desencadenante de la vacuna’. ¡Eso dio mucho que hablar! Dos doctores expertos analizaron el caso y llegaron a la conclusión de que había una relación “muy fuerte” entre la vacuna y el daño neurológico. Los jueces, basándose en eso, dieron la razón a la señora, ¡pura verdad!
Esto es inédito, mi pana. Nunca antes un juzgado había reconocido que una vacuna contra el COVID-19 puede causar este tipo de problemas neurológicos. De hecho, la Agencia Italiana del Fármaco (AIFA) había reportado alrededor de 593 casos de mielitis transversa después de la vacunación, y casi la mitad de esos casos estaban ligados a las vacunas de ARNm. ¡Imagínate qué controversia está causando esto! Algunos ya están diciendo que esto va a abrir un pandemónium de juicios, diay.
Y ojo, porque los expertos aseguran que esto sigue siendo un caso excepcional, que los beneficios de las vacunas siguen siendo mayores que los riesgos. Pero claro, esto abre un debate interesante sobre la transparencia en la información de los posibles efectos secundarios. Porque bueno, todos sabemos que estas vacunas fueron desarrolladas súper rápido, entonces siempre hubo cierta incertidumbre, ¿verdad?
Pfizer, por supuesto, todavía no ha dado una respuesta oficial. Han reconocido que pueden haber algunos efectos adversos cardiacos, como la miocarditis, pero sobre esto de los problemas neurológicos, se han quedado calladitos. ¡A ver si pronto dan la cara y explican qué está pasando! Mientras tanto, la señora, que antes tenía una tabaquería, sigue rehabilitándose y esperando que esta compensación le ayude a recuperar un poquito de normalidad en su vida, aunque, claro, eso no le va a devolver la salud, ¿verdad?
La cosa es que una señora de 52 años, que ya estaba toda contenta por haberse puesto las dos dosis, terminó perdiendo la capacidad de caminar. Después de batallar judicialmente – porque al principio el Ministerio de Salud italiano le dijo que no, ¡qué lata! –, finalmente ganó el juicio y ahora le van a estar pagando una pensión mensual de 3.000 euros. Eso sí que es darle la cara, diay.
Ahora, para ponerlos al día, la mielitis transversa es una inflamación bien seria de la médula espinal. Te deja con debilidades en las piernas y brazos, te quita la sensación, te duele como el infierno y hasta te complica con los intestinos y la vejiga. Un brete, vamos. Según los médicos, este problema le pegó a la señora poco después de vacunarse, y ahí fue cuando empezaron a sospechar que algo andaba medio turbio, ¿me entienden?
Lo que hizo que este caso avanzara fue que encontraron un reporte médico que decía textualmente: ‘No se puede descartar un papel desencadenante de la vacuna’. ¡Eso dio mucho que hablar! Dos doctores expertos analizaron el caso y llegaron a la conclusión de que había una relación “muy fuerte” entre la vacuna y el daño neurológico. Los jueces, basándose en eso, dieron la razón a la señora, ¡pura verdad!
Esto es inédito, mi pana. Nunca antes un juzgado había reconocido que una vacuna contra el COVID-19 puede causar este tipo de problemas neurológicos. De hecho, la Agencia Italiana del Fármaco (AIFA) había reportado alrededor de 593 casos de mielitis transversa después de la vacunación, y casi la mitad de esos casos estaban ligados a las vacunas de ARNm. ¡Imagínate qué controversia está causando esto! Algunos ya están diciendo que esto va a abrir un pandemónium de juicios, diay.
Y ojo, porque los expertos aseguran que esto sigue siendo un caso excepcional, que los beneficios de las vacunas siguen siendo mayores que los riesgos. Pero claro, esto abre un debate interesante sobre la transparencia en la información de los posibles efectos secundarios. Porque bueno, todos sabemos que estas vacunas fueron desarrolladas súper rápido, entonces siempre hubo cierta incertidumbre, ¿verdad?
Pfizer, por supuesto, todavía no ha dado una respuesta oficial. Han reconocido que pueden haber algunos efectos adversos cardiacos, como la miocarditis, pero sobre esto de los problemas neurológicos, se han quedado calladitos. ¡A ver si pronto dan la cara y explican qué está pasando! Mientras tanto, la señora, que antes tenía una tabaquería, sigue rehabilitándose y esperando que esta compensación le ayude a recuperar un poquito de normalidad en su vida, aunque, claro, eso no le va a devolver la salud, ¿verdad?
